En 2016, cuando faltaban unos pocos meses para que se realizara el referendo sobre el Brexit en Reino Unido, el académico Bruce Coleman firmó una petición, junto a otros intelectuales, en la que se pedía que Londres renegociara su relación con la Unión Europea y además manifestó su respaldo a la campaña a favor de la salida del bloque. En conversación con La Tercera, este profesor de Historia Moderna Británica, en la Universidad de Exeter, analiza lo ocurrido en el Parlamento.

¿Cómo evalúa las últimas votaciones en la Cámara de los Comunes?

Las votaciones, tanto el martes como hoy (ayer) parecen haber dañado, quizás sin poder reparar, la estrategia del gobierno de hacer honor al resultado del referendo de abandonar la Unión Europea a fines de octubre, con un acuerdo comercial si es posible y sin uno si es necesario. La división en las filas conservadoras en la Cámara de los Comunes parece que es suficiente para evitar un Brexit sin acuerdo el 31 de octubre y evitar que el gobierno llame a una elección general anticipada a la espera de terminar este impasse parlamentario.

¿En qué posición queda ahora el gobierno de Boris Johnson?

El gobierno parece que se ve bien aspectado con el electorado y tiene una ventaja de tener una política clara. La oposición es mediocre ideológicamente, está dividida no solo en cuatro o cinco partidos, sino que también respecto de los objetivos. Se oponen a un Brexit sin acuerdo, pero no pueden decir qué acuerdo es el que quieren o si la Comisión Europea ofrecerá cualquier acuerdo más que el que fue fastidiosamente negociado por el gobierno de Theresa May. La oposición al gobierno de Boris Johnson se encuentra dividida entre aquellos que quieren el acuerdo de May (tal como está o enmendado), aquellos que quieren uno totalmente distinto y los que, quizás de manera siniestra, están encubriendo su oposición a cualquier Brexit, como una oposición a una salida sin acuerdo.

¿Qué se puede esperar en caso de que se concrete una elección anticipada?

Lo que pueda venir con la elección no está claro. Lo que está más que claro es que la oposición no puede formar un gobierno. Es probable que en el caso de unas elecciones no se consiga una mayoría en el Parlamento, con lo que habría una clase de gobierno, pero sin poder real o autoridad. Durante el siglo XVIII, los gobiernos en Westminster eran a menudo así, pero en los últimos 200 años se podría esperar que un gabinete y el primer ministro puedan tener y dirigir una mayoría en los Comunes. En el mundo moderno un vacío de poder en los altos rangos es peligroso. Se podrían necesitar no una, sino que dos elecciones generales antes de que se remedie la situación.