"Desenredar una relación construida durante más de 40 años inevitablemente dará lugar a cambios significativos en las interacciones entre Reino Unido y la Unión Europea", advirtió la Comisión Europea (CE) en un documento en que instó a los 27 países de la Unión Europea (UE) y al sector privado a "acelerar los preparativos" para todos los escenarios posibles del Brexit y advirtió sobre los riesgos de no lograr un acuerdo de salida.

En 16 páginas Bruselas señaló la necesidad de "estar preparados para todos los escenarios". En el caso que Reino Unido y la UE logren un acuerdo de salida, habrá un período de transición desde la renuncia al bloque comunitario el 30 de marzo de 2019 hasta el 31 de diciembre 2020. Durante este período las reglas de la UE seguirán aplicando en Reino Unido, pero éstos "no tendrán participación en la gobernanza, toma de decisiones, organismos o agencias de la UE". En el peor escenario, un Brexit duro en el que ambos organismos no logren un acuerdo de salida o el pacto no sea ratificado a tiempo, no existirá una transición y la legislación de la UE dejará de aplicarse en Londres desde el 30 de marzo de 2019. Esta opción fue calificada como "escenario sin acuerdo o límite", en el escrito.

La CE aclaró que a pesar de lograr un acuerdo de salida, Reino Unido será considerado como un "tercer país" que "no puede tener los mismos derechos y disfrutar de los mismos beneficios que los países miembros".

El bloque comunitario señaló que aunque el Brexit parece estar "en un nivel alto y abstracto" "sus consecuencias serán muy reales para los ciudadanos, los profesionales y los operadores comerciales".

Los riesgos de un Brexit duro implicaría profundos cambios para los británicos, especialmente en las fronteras. Desde el Brexit la UE aplicara las regulaciones a Reino Unido como a un "tercer país": "Incluyendo controles, normas aduaneras, sanitarias y fitosanitarias y la verificación del cumplimiento de las normas de la UE". Esto deja abierta la opción que los británicos necesiten una visa para viajar a los países del bloque. Si no hay acuerdo, las sedes y los cargos de la UE en Reino Unido desaparecerán, las negociaciones entre empresas cambiarían y los organismos británicos dejarían de recibir subvenciones de la UE.

La falta de progreso en las negociaciones del Brexit y la crisis interna que desencadenó la renuncia de dos ministros, Boris Johnson y David Davis, hicieron creer que ahora aumentó el riesgo de no lograr un acuerdo, según un alto diplomático de la UE, citado por el diario The Guardian.

El documento de la CE coincidió con la llegada del nuevo ministro británico del Brexit Dominic Raab a Bruselas para reunirse con Michel Barnier, de la UE. Ambos negociadores deben lograr un acuerdo de salida antes del Consejo Europeo programado en octubre. Uno de los mayores problemas es alcanzar un pacto sobre la frontera entre la República de Irlanda y Reino Unido.

Precisamente, la primera ministra Theresa May inició ayer un viaje a Irlanda del Norte para abordar esta materia.