Brutal asesinato de niña de 12 años enciende debate contra la inmigración en Francia
Al saberse el origen argelino de la presunta asesina de Lola Daviet, los líderes de la extrema derecha no dudaron en pedir medidas más duras contra la inmigración, mientras que desde el gobierno de Macron señalan que “hay mucha indecencia” a la hora de politizar el crimen.
“Lleva unos pantalones de mezclilla blancos”, publicó la madre de Lola, de 12 años, en Facebook, “una polera blanca y su mochila gris”. “Ayúdanos a encontrarla”, suplicó. Bajo el mensaje de Delphine Daviet, dos fotos completaban la publicación.
Apenas unas horas después de que su madre publicara este mensaje el 14 de octubre, un hombre de 42 años descubrió el cuerpo de una niña al interior de una maleta con ruedas abandonada en el patio interior de un edificio donde vive la familia de Lola, en el distrito XIX de París.
La autopsia reveló a las horas que la niña había sido ahorcada, violada, tenía heridas en la cara y el cuerpo, y escritos en rojo los números 1 y 0 en los pies, sin que los policías pudiesen interpretar algún significado.
Se especuló sobre un asesinato relacionado al tráfico de órganos y ya al día siguiente las primeras filtraciones a la prensa hablaban de seis sospechosos capturados. Pero en realidad fueron cuatro los detenidos por la policía parisina, entre ellos el vagabundo que encontró el cuerpo de la niña en la noche del viernes y una misteriosa mujer a la que se le acusa de haberla interceptado cuando regresaba del colegio.
Dahbia B. terminó confesando el crimen, pero bajo confusas declaraciones. Según muchos medios franceses, la sospechosa habría dado una gran cantidad de crudos detalles sobre los hechos, sin que fuese posible verificarlos.
En un momento, Dahbia B. habría declarado “haber contado un sueño y no la realidad”, asegurando que se defendió “con un cuchillo de un fantasma”. Según lo indicado por ella, sería “imposible que matase a una niña”, aunque videos tomados de cámaras en el barrio XIX de París la muestran arrastrando la maleta en la que Lola fue encontrada.
Ocho horas antes del hallazgo, un video muestra a Lola regresando a su casa del colegio y siendo interceptada por la sospechosa, que la obligó a acompañarla hasta su edificio. Muchos testigos confirmaron que la mujer en el registro había estado dando vueltas por el sector, llevando muchos bultos y pidiendo ayuda para transportarlos, además de “no parecer muy cuerda”.
Dahbia B., de 24 años y nacionalidad argelina, explicó a los investigadores al ser detenida que, en ese momento, estaba quedándose temporalmente en el departamento de su hermana, en el mismo edificio en que Lola y su familia vivían. No teniendo llaves del inmueble, la sospechosa habría solicitado el pase a la madre de Lola y guardia del recinto. Ese viernes, al cruzarse con la niña, Dahbia la habría confundido con su madre, señaló la sospechosa. En un comunicado, la fiscalía parisina evoca “declaraciones fluctuantes, oscilando entre el reconocimiento y la negación de los hechos”. Ahora, la sospechosa está en aislamiento en el centro penitenciario de Fresnes.
Este martes por la mañana, en la radio, el ministro de Interior, Gérald Darmanin, confirmó que la sospechosa “no era conocida de los servicios policiales”. “Ella llegó a Francia regularmente, en tanto estudiante en territorio nacional. Hace recién un mes se le emitió una ‘obligación de abandonar el territorio’, así que los hechos sucedieron en condiciones tristemente no previsibles. Asimismo, se sabe que la persona había sido víctima de violencias conyugales”, comentó Darmanin. La “obligación de abandonar el territorio”, a causa de la expiración de la visa de estudiante, le daba 30 días de plazo a la joven para irse del país, sin por esto ser expulsada de inmediato, ya que no tenía antecedentes penales.
Signo de la amplitud de la conmoción provocada por el drama de la pequeña Lola, el Presidente Emmanuel Macron recibió este martes a sus padres, presentándole sus condolencias y asegurándoles “toda la solidaridad y apoyo en la situación que atraviesan y que nos consternan a todos”.
Lo que en un principio era un caso de prensa policial no tardó en saltar a la política: el día domingo, dos días después de hallarse el cuerpo de Lola, el excandidato a la presidencia Éric Zemmour publicó un tuit: “Mis pensamientos para sus padres. Por ellos y por Lola, la justicia tendrá que hacerse, #francocidio”. El político, líder del partido ultraderechista Reconquista, desde hace unas semanas venía intentado poner esa última palabra en el debate público, algo habitual en su retórica, que contrapone a los migrantes musulmanes con los franceses “de verdad”.
En el Parlamento, dos días más tarde, fue el diputado conservador Éric Pauget, de Los Republicanos, quien increpó al gobierno: “Si el pudor me impedía hacerles esta pregunta, la cólera no me pudo disuadir. Por la debilidad de su política de inmigración, esta niña ha sido martirizada, violada y asesinada por una clandestina que ya era objeto de una obligación de abandonar el país”, señaló el parlamentario derechista, bajo los hurras de sus compañeros. “Sí, la expulsión de delincuentes debe ser una obligación, y automática, ahora que otra vez más el lazo entre la inmigración descontrolada y la criminalidad se vuelve evidente”, declaró Pauget en una tensa sesión de preguntas en la Asamblea Nacional.
“La sospechosa de este acto bárbaro no debería haber estado en nuestro territorio desde hace más de tres años”, acusó la ultraderechista Marine Le Pen, líder del primer partido de la oposición. Para la oposición conservadora y de extrema derecha, Lola fue víctima del “laxismo migratorio” que padece Francia, resumió Radio Francia Internacional.
Como respuesta, el ministro de Justicia, Éric Dupond-Moretti, dijo en el hemiciclo: “Empezar a hacer de la pequeña política una pequeña recuperación, utilizar el ataúd de una niña de 12 años como quien salta en un trampolín, es una vergüenza”.
“En el contexto de un drama que toca a una familia, hay mucha indecencia por parte de las personas que transforman esta historia en un comunicado electoral”, ya había criticado Gérald Darmanin.
Bajo el fuego de la derecha y la extrema derecha, desde el gobierno admitieron que “había que hacer más” respecto a la expulsión de inmigrantes irregulares. La primera ministra, Élisabeth Borne, también criticó la utilización política del caso: “¿Saben ustedes lo que pidieron los padres de Lola? Respeto. La paz para su memoria. Y que les permitamos vivir su duelo en dignidad. Creo que la dignidad nos exige no explotar el dolor indecible de una familia, y de no utilizar la muerte de una niña con fines políticos. Y eso que le debemos a la memoria de Lola y toda su familia es la justicia”.
Por su parte, el portavoz del gobierno, Olivier Véran, indicó que se sigue trabajando en la situación de los inmigrantes ilegales, y que “el nivel de respeto a las OQTF (obligation de quitter le territoire français, ‘obligación de abandonar Francia’ en español) hoy es el máximo conocido desde los tiempos del quinquenio del Presidente Sarzoky”. También aseguró que la cantidad de OQTF con destinación a Argelia se multiplicaron por 20 el año pasado, aunque “evidentemente tenemos que hacerlo mejor”.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.