Esta mañana, luego de seis meses de trabajo, la histórica Plaza de Mayo reabrió nuevamente sus puertas a los habitantes de Buenos Aires.

El proceso de cambio no estuvo exento de polémicas, la más reciente fue la instalación de rejas que cruzan transversalmente la plaza, en remplazo a las vallas móviles que era puestas frente a la Casa Rosada para evitar disturbios, fue duramente criticada por los vecinos del lugar e incluso el Observatorio de la Ciudad presentó un recurso de amparo.

Durante el proceso también fueron removidas las baldosas pintadas con los pañuelos blancos de las reconocidas Madres de la Plaza de Mayo. Estos luego fueron llevados a centros dedicados a la recuperación de la memoria histórica.

Las integrantes de la agrupación pidieron a las autoridades que una vez reabierta la plaza fueran nuevamente pintados los símbolos en las cerámicas. Promesa que fue cumplida el 24 de mayo en el Día Nacional por la Memoria, la Verdad y la Justicia.

De acuerdo al diario La Nación, la remodelación tuvo un costo de 44 millones de pesos argentinos y significó la restauración de cuatro fuentes, el eje central de tránsito de peatones quedo despejado, en ensanchamiento de la plaza, se renovó la iluminación con tecnología LED y se instalaron reflectores blancos, entre otras medidas.

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