Dos meses después de haber recibido con un gran despliegue al "Aquarius", España abrió de nuevo este jueves uno de sus puertos a un buque con migrantes rescatados en el Mediterráneo central pero esta vez de forma más discreta.
El buque "Open Arms", de la oenegé española Proactiva Open Arms, atracó sobre las 09.20 horas locales (07.20 GMT) en un muelle de San Roque, en la bahía de Algeciras, en el extremo sur de España.
Poco después desembarcaron los 87 migrantes socorridos el 2 de agosto en el Mediterráneo central, constató la AFP. Los 75 hombres adultos y los 12 menores son casi todos originarios de Sudán, según la oenegé.
Rescatados cuando llevaban dos días a la deriva frente a las costas de Libia, estaban "muy sedientos" y "no hubieran podido sobrevivir" un día más, indicó a la prensa el coordinador de operaciones de la oenegé, Gerard Canals.
Proceden del "infierno de Darfur", según la organización, una región del oeste de Sudán devastada por 15 años de guerra civil, y han sido "abusados repetidamente en Libia".
"Esperamos que Europa se posicione y no siga abandonando a los países receptores (de migrantes) como ha estado haciendo hasta ahora porque al final, este abandono lo que lleva es a las políticas o al avance de la ultraderecha que se ha producido ya en Italia", declaró Canals.
Francia responde con apoyo
Francia acogerá a unos 20 inmigrantes de los 87 que viajaban en el buque de rescate Open Arms confirmaron a Efe fuentes del Palacio del Elíseo.
La actuación del Gobierno francés responde a un espíritu de "solidaridad europea, dada la situación que vive España, confrontada con una llegada importante de inmigrantes, y en concordancia con las conclusiones del Consejo Europeo de junio", precisó la fuente.
Una delegación de la Ofpra (Oficina Francesa de Protección de los Refugiados y Apátridas) se desplazará a España "lo más rápido posible" para proceder a la identificación de refugiados.
El gesto se repite dos meses después del desembarco del Aquarius, -otro navío gestionado por las organizaciones SOS Mediterráneo y Médicos Sin Fronteras- en el puerto de Valencia (este), cuando Francia envió a trabajadores de la oficina que gestiona las demandas de asilo y recibió a 78 refugiados en su territorio.
El Elíseo detalló que ha hecho lo mismo en el caso del Lifeline, en Malta, del que recibió a 52 de sus pasajeros el pasado 5 de julio, así como de otros barcos atracados en Sicilia.
El Parlamento francés acaba de aprobar un proyecto de ley para controlar la inmigración que busca acelerar el tratamiento de las demandas de asilo, mejorar las condiciones de acogida, pero también reforzar la lucha contra la inmigración irregular.
El Gobierno se muestra así dispuesto a acoger a refugiados, aunque no a inmigrantes económicos, y propone devolver a sus países de origen a quienes no cumplan los requisitos para obtener el asilo.