La Cámara de Representantes de Estados Unidos vivirá un momento trascendental y profundamente polarizador el miércoles, cuando es probable que vote un juicio político contra el presidente Donald Trump por acusaciones de que abusó de su cargo y obstruyó una investigación del Congreso.
Se espera que los dos grandes partidos tomen un bando cada uno la votación en la Cámara, de mayoría demócrata, lo que destaca la profunda división en el Congreso sobre la conducta de Trump y un cisma político más general en el país.
Trump se convertiría así en el tercer mandatario estadounidense en ser sometido a un juicio político, un control extraordinario del poder presidencial en caso de "crímenes y delitos menores". Ningún presidente ha sido destituido según los términos de la norma constitucional.
La votación, prevista para la tarde o temprano en la noche del miércoles, llevaría a un juicio el próximo mes en el Senado, en el cual los legisladores actuarían como fiscales. La cámara alta está controlada por los republicanos, que han mostrado poco interés en destituir a Trump.
Los demócratas de la Cámara de Representantes acusan al presidente de abusar de su poder al pedirle a Ucrania que investigue a Joe Biden, exvicepresidente de EE.UU. y uno de los principales contendientes demócratas para las elecciones de 2020. Trump también está acusado de obstruir la investigación del Congreso sobre el asunto.
El republicano insiste que no ha hecho nada malo, y el martes calificó el proceso como "una farsa total". Envió a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, una larga carta en la que la acusó de participar en una "perversión de la justicia".
El presidente denunció la investigación como un "intento de golpe de estado" y argumentó que los demócratas están tratando de deshacer los resultados de las elecciones de 2016 que lo vieron derrotar a la demócrata Hillary Clinton.
Con Trump buscando un segundo mandato el próximo año, la destitución ha dividido a la ciudadanía: la mayoría de los votantes demócratas la apoyan y la mayoría de los republicanos se oponen.
Lo que no está claro es si el drama partidista de meses tendrá algún efecto en las elecciones de 2020, además de dar a Trump razones para jactarse de haber derrotado los intentos demócratas para deponerlo.