Cientos de ucranianos acampan en la ciudad fronteriza Tijuana, en México, con la esperanza de solicitar asilo en Estados Unidos, una dramática alza de las llegadas apenas unos días después de que el gobierno del presidente Joe Biden anunciara que aceptaría hasta 100.000 ucranianos que huyen de la guerra.
Muchos de los ucranianos que escapan de la invasión rusa a su país han volado hasta la frontera entre Estados Unidos y México con la esperanza de que se les permita cruzar para reunirse con familiares o amigos estadounidenses.
Las personas están repartidas entre mantas y sillas de jardín, junto a maletas atiborradas en una zona con pasto cerca del puerto de entrada internacional San Ysidro, California. Algunos duermen en tiendas de campaña y bajo lonas.
Voluntarios estadounidenses con chalecos neón, algunos ucranianos-estadounidenses que viajaron a Tijuana después de enterarse de la llegada de los refugiados, están recopilando nombres en una lista de espera escrita a mano para realizar un seguimiento de los arribos.
Mientras unos 600 ucranianos acampan cerca de la entrada fronteriza, alrededor de 500 más se hospedan en hoteles de la ciudad, dijo Enrique Lucero, director de Asuntos Migratorios de Tijuana, citando la lista que mantienen los voluntarios. De ellos, agregó, el 40% son niños.
Lucero dijo que alrededor de 100 ucranianos pueden cruzar a Estados Unidos diariamente. La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por su sigla en inglés) dijo que datos sobre la cantidad de ucranianos ingresando a ese país estarían disponibles en las próximas semanas.
El número de personas en la frontera suroeste sigue siendo pequeño en comparación a los más de 3.8 millones de ucranianos que han huido a países vecinos de Europa, desde la invasión el 24 de febrero, que el gobierno ruso llama una “operación militar especial”.
En respuesta al éxodo, la mayor crisis de refugiados en Europa desde la Segunda Guerra Mundial, Biden se comprometió la semana pasada a aceptar a unos 100.000 ucranianos en Estados Unidos a través de varias vías legales.
Pero algunas familias desesperadas por irse han recurrido a viajar a través de una serie de países hasta la frontera sur, después de que se les negaran las visas estadounidenses o les dijera que esperaran en las embajadas de ese país en el extranjero.
Si bien ucranianos y rusos han llegado a la frontera entre Estados Unidos y México desde antes de que estallara el conflicto, ahora es “muy rápido”, dijo Julia Neusner, abogada del grupo de defensa sin fines de lucro con sede en Nueva York Human Rights First.
En promedio, los ucranianos esperan alrededor de un día desde el momento en que son incluidos en la lista compilada por voluntarios hasta que pueden cruzar a Estados Unidos, dijo Neusner.
Hace dos semanas, según un testigo de Reuters, alrededor de 15 ucranianos por día llegaban a la frontera de Tijuana y se les indicaba que pasaran de inmediato.
Mientras ucranianos ingresan a Estados Unidos, agentes fronterizos estadounidenses han dicho a rusos, mexicanos, centroamericanos y migrantes de otros países que no se acerquen, citando una política de expulsión fronteriza de la era de la pandemia de coronavirus conocida como Título 42.
El viernes, la administración de Biden anunció que pondrá fin a esa política de expulsión a fines de mayo, ya que funcionarios dijeron que ya no era necesaria para proteger la salud pública. La polémica ley ha expulsado a más de un millón de personas.