La basquetbolista estadounidense Brittney Griner se declaró culpable el jueves por posesión de drogas, en el segundo día de su juicio en Moscú, un caso que podría desembocar en una sentencia de 10 años de prisión.

La abrupta declaración de culpabilidad por parte de la pívot del Mercury de Phoenix, dos veces campeona olímpica, llegó en medio de un coro de voces que exigían a Washington hacer más por lograr su liberación, casi cinco meses después de que fue arrestada en febrero, cuando se habían agravado las tensiones entre Estados Unidos y Rusia por la invasión a Ucrania.

Un prominente diplomático ruso dijo antes que Moscú no podía tomar medida alguna en el caso de Griner sino hasta que concluyera el juicio. La declaración de culpabilidad sería un esfuerzo por parte de la basquetbolista y sus asesores para agilizar el procedimiento.

Griner, de 31 años, fue detenida en el Aeropuerto Sheremetyevo de Moscú, cuando regresaba para jugar basquetbol en Rusia. La policía afirma que halló en el equipaje de la deportista algunos cartuchos para cigarrillo electrónico que contenían cannabis.

La basquetbolista dijo a la corte que no tuvo la intención de cometer un delito y que actuó involuntariamente al empacar con prisas para viajar a Moscú.

Luego, la corte se declaró en receso hasta el 14 de julio.

Griner enfatizó que “había cometido este acto por negligencia, de manera no intencional”, manifestó su abogada Maria Blagovolina frente a la corte en el suburbio moscovita de Khimki, tras la declaración de culpabilidad.

“Desde luego, confiamos en la clemencia de la corte”, añadió. “Consideramos todas las circunstancias del caso. Tomando en cuenta la personalidad de nuestra clienta creemos que la aceptación de culpabilidad debería tomarse ciertamente en cuenta”.

Previo a la audiencia del jueves, la policía rusa escoltó a Griner para su comparecencia en el juzgado, pasando frente a un grupo de periodistas. La jugadora estaba esposada y vestía una camiseta de rojo brillante, así como pantalones deportivos.

Elizabeth Rood, jefa adjunta de misión de la embajada de Estados Unidos en Moscú, informó a la prensa tras la audiencia que habló con Griner en el juzgado y le entregó una carta del presidente Joe Biden que ella leyó.

“Come bien, puede leer libros y, bajo las circunstancias, se encuentra bien”, dijo Rood sobre Griner.

“Quisiera enfatizar nuevamente el compromiso que tiene el gobierno de Estados Unidos al más alto nivel de llevar a la señorita Griner y demás ciudadanos estadounidense detenidos injustamente de vuelta al país, así como el compromiso de la embajada de Estados Unidos en Moscú de salvaguardar los intereses de todos los ciudadanos estadounidenses detenidos o en prisión en Rusia”, dijo Rood.

El viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Ryabkov, fustigó que Estados Unidos diga que Griner fue “detenida injustamente” y advirtió que “el empeño del bando estadounidense en hacer ruido públicamente... no ayuda a que se logre un acuerdo práctico”.

La Casa Blanca dijo que Biden habló por teléfono con la esposa de Griner el miércoles para asegurarle que está haciendo todo lo que tiene a su alcance a fin de obtener su liberación lo más pronto posible. Conversaron luego que Biden leyó una carta de Griner en la que dice temer que nunca podrá volver a su casa.

Washington no ha dado conocer públicamente su estrategia en el caso, y Estados Unidos quizás no tenga mucha influencia con Muscú debido al deterioro de las relaciones tras la invasión rusa a Ucrania. El Departamento de Estado Unidos designó a Griner como detenida injustamente, lo que puso el caso bajo la supervisión del enviado presidencial para asuntos sobre rehenes, esencialmente el principal negociador de rehenes del gobierno.

A una pregunta sobre la posibilidad que Griner sea liberada a cambio de un ruso encarcelado en Estados Unidos, Ryabkov mencionó que, hasta que no concluya el juicio, “no existen motivos formales o procesales para conversar sobre otros pasos”.

Ryabkov advirtió que las críticas estadounidenses sobre la detención de Griner y los comentarios despectivos sobre el sistema judicial ruso “complican entablar una conversación sobre posibles intercambios”.