El 17 de octubre de 2018 Canadá se convirtió en el segundo país en el mundo -después de Uruguay- en legalizar el uso recreativo de la marihuana. En ese momento, el optimismo se esparció entre los habitantes y vendedores de cannabis, generando una especie de "fiebre verde" durante las primeras semanas. Sin embargo, a más de un año de la puesta en marcha de la ley se han evidenciado una serie de deficiencias en cadena para adquirir y vender la hierba.
Una de las principales preocupaciones es que el mercado negro de cannabis no ha desaparecido precisamente. Los impuestos especiales de un dólar por gramo y los costos de operar en una industria altamente regulada, generan que el cannabis legal aumente su precio esto hace que los consumidores prefieran comprar de manera ilegal. Según el medio canadiense Global News, la marihuana cultivada en exterior se llega a vender a un costo 28 veces por sobre el de su producción, debido a los impuestos y costos asociados a la logística y distribución.
Según The Associated Press, las ventas legales sumarían en su primer año US$ 1.000 millones, una cantidad baja en comparación al mercado ilegal, que se estima entre US$ 5 mil millones y US$ 7 mil millones.
"El mercado legal del cannabis puede clasificarse como un fracaso canadiense y un éxito. La legalización ha traído consigo la capacidad de comunicarse abiertamente sobre políticas, desafíos, ciencia y estigma. La 'fiebre verde' que se creó con un optimismo ciego no se basó en un valor de mercado real, y la cadena de suministro sigue siendo inhibida por la política y ha retrasado nuestra capacidad de llevar productos al mercado", dijo a La Tercera Susan Chapelle, miembro de British Columbia Independent Cannabis Association y de la empresa de Vancouver Pasha Brands, que trabaja con cultivadores, productores y minoristas de cannabis.
Tiendas legales
Por otra parte, el panorama varía de provincia en provincia. Canadá permitió que cada región tuviera sus propias leyes dentro de un marco federal sobre la legalización de la marihuana, incluida la fijación de la edad mínima y la decisión de distribuir a través de puntos de venta estatales o privados.
Así, ahora hay más de 560 tiendas con licencia en Canadá, pero más de la mitad se encuentra en Alberta, la cuarta provincia más grande del país. Ontario y Quebec, que en conjunto representan dos tercios de la población del país, solo tienen alrededor de 45 tiendas en total. En Ontario, por ejemplo, hay solo 24 tiendas de marihuana legales para los 17,5 millones de residentes. Eso conlleva, consecuentemente, a que muchos sigan comprando en el mercado negro. Como ejemplo, en Colorado, Estados Unidos, hay cerca de 10 tiendas por cada 100.000 residentes.
"La desconexión entre los múltiples niveles de gobierno y el modelo de distribución ha sido dolorosa", dice Chapelle, y detalla que la provincia de Saskatchewan tiene un modelo "directo del productor" que ha demostrado ser exitoso, mientras que en British Columbia se "ha puesto la cartera de cannabis en el mismo ministerio que el RCMP (policía federal) y ha actuado extremadamente lento para implementar licencias para nuevos dispensarios. El modelo provincial de control de distribución ha fallado", sostiene la experta.
En un reportaje sobre la legalización de la marihuana en Canadá, The New York Times denunció que parte de la problemática es que las regulaciones fueron diseñadas solo para despenalizar el consumo de marihuana, no necesariamente para alentarlo. "El resultado es un sistema que imita el enfoque del país sobre el tabaco y bloquea en gran medida el marketing y la publicidad", dice.
Para Chapelle el mercado legal de cannabis prosperaría si "en lugar de una nueva prohibición y una cadena de suministro deficiente, los mercados locales y existentes pudieran ser inspeccionados y se les permitiera acceder al mercado lícito".
Fase dos: comestibles
Para esta Navidad entrará en vigencia la segunda fase de la ley que regula el consumo de marihuana: Cannabis 2.0. Se trata de la venta de productos comestibles, bebestibles, y extractos hechos con cannabis, y también disponible para los vaporizadores.
Según los expertos, se espera que el mercado de cannabis aumente significativamente con esta segunda ola de legalización, que incluye chocolates, golosinas y hasta cervezas de cannabis, y dará más oportunidades para las empresas que no estuvieron involucrados en la primera ola y también más oportunidades para las empresas de cannabis.