La familia del presidente Joe Biden aprovechó una reunión en Camp David para instarlo a permanecer en la carrera y seguir luchando a pesar de su terrible desempeño en el debate del jueves contra Donald Trump, y algunos miembros criticaron cómo su equipo lo preparó para el enfrentamiento, según cuatro personas familiarizadas con las discusiones citadas por The Associated Press.
Biden pasó el domingo recluido con la primera dama Jill Biden, sus hijos y sus nietos. Se trataba de un viaje previamente programado al retiro presidencial en Maryland para una sesión de fotos con Annie Leibovitz para la próxima Convención Nacional Demócrata, que tendrá lugar entre el 19 y 22 de agosto en Chicago.
Pero la reunión también fue un ejercicio para tratar de descubrir cómo sofocar la ansiedad demócrata que explotó después de la actuación de Biden el jueves. Según The Associated Press, entre los más expresivos se encuentran Jill Biden y su hijo Hunter, a quienes el presidente ha acudido durante mucho tiempo en busca de consejo y asesoría. Ambos creen que el presidente no debería retirarse cuando está deprimido y creen que puede recuperarse de lo que consideran un desempeño mediocre.
Muchos han visto a la esposa de Biden, Jill Biden, de 73 años, como la única persona que podría influir en el presidente en cualquier sentido, destaca el Daily Mail. Al respecto, The Guardian sostiene que “la primera dama es una pieza clave en la administración y los críticos temen que haya estado protegiendo a su marido más allá de lo razonable”.
Maureen Dowd, del New York Times, predijo el sábado que Jill y el personal de la Casa Blanca “construirán su muro protector cada vez más alto” y rechazarán la cuestión de la edad “cada vez más vigorosamente”, en alusión a los cuestionamientos por la edad de Biden, de 81 años, en esta carrera presidencial.
Ya en un perfil de portada de Vogue en 2021, la revista señaló que el papel que desempeña Jill no es “ni primera dama ni profesora, sino una pieza clave en la administración de su marido, una sustituta del ala oeste y defensora de políticas”. Y ahora la esposa de Biden vuelve a ocupar la portada de publicación –correspondiente a la edición de agosto próximo- donde defiende la candidatura del mandatario, pese a las críticas por su desempeño en el debate, asegurando que “no permitirán que esos 90 minutos definan los cuatro años que ha sido presidente. Seguiremos luchando”.
Jill Biden ha reaccionado enérgicamente en el pasado contra los llamados para que convenza a su esposo de que renuncie, incluidas las burlas de que es “culpable de abuso a personas mayores” y se dice que disfruta de los símbolos del prestigio de la Casa Blanca, consigna Th Guardian. El jueves en Atlanta, sacó a su esposo del escenario y se la escuchó decirle: “¡Joe, hiciste un gran trabajo! ¡Respondiste todas las preguntas, conocías todos los hechos!
Sin embargo, esta vez, su hijo Hunter, declarado culpable de tres cargos penales en su juicio por armas y drogas el 11 de junio y alguien que constantemente ha distraído a la gente de las debilidades de su padre, ha sido quien ha hablado con más fervor del mandatario.
Según el Daily Mail, Hunter Biden, conocido por sus salvajes hazañas con el alcohol, las drogas y las mujeres, además de sus casos judiciales, se está convirtiendo en el miembro más inflexible de la familia Biden en insistir en que el político demócrata permanezca en la carrera.
El New York Times afirma que Hunter, que, a pesar de sus problemas, siempre ha aconsejado a su padre, no quiere que el país lo vea como el hombre “envejecido y tambaleante” que apareció en el debate del jueves, citando a una persona familiarizada con las conversaciones. En lugar de ello, quiere que Estados Unidos lo perciba como aparentemente lo ve: “inteligente y en control de los hechos”.
Otros miembros del círculo íntimo de Biden que pueden contar con la atención del presidente incluyen a la hermana menor de Biden, Valerie Biden Owens, quien ha desempeñado un papel clave a lo largo de la carrera política del presidente; la directora de campaña, Julie Chávez Rodríguez; la presidenta de campaña, Jen O’Malley Dillon; la asesora principal de campaña, Anita Dunn, y el asesor Ron Klain.
Si bien la familia permanece unida en su “apoyo inequívoco” al presidente, otros se preguntan sobre el equipo que preparó a Biden para el debate. Es el caso de John Morgan, un importante donante demócrata y aliado del hermano menor de Biden, Frank, quien no ha escondido sus críticas a algunos de los asesores de confianza del mandatario.
Morgan criticó a quienes consideraba “estafadores”, como el exjefe de gabinete de la Casa Blanca, Ron Klain, la asesora principal de la Casa Blanca, Anita Dunn, y el abogado personal de Biden, Bob Bauer, quien es el esposo de Dunn.
“Los asesores de Biden le fallaron”, escribió en las redes sociales, refiriéndose a cómo el equipo Biden eligió el formato del debate. ‘El formato fue un desastre para él y una ventaja para Trump. Practicó demasiado y estaba agotado… ¿quién no lo estaría?, añadió.
Luego criticó específicamente a Dunn y Bauer por desviar al presidente. “Biden se ha dejado engañar durante demasiado tiempo por el valor de Anita Dunn y su marido. Tienen que irse... Hoy. La estafa es asquerosa. Fue una negligencia política”, cuestionó.
En tanto, los donantes demócratas, los actores de poder antiguos y actuales de Washington y los partidarios de Biden aparentemente se han unido en torno a tres caminos diferentes que podrían tomar durante el resto de esta temporada electoral, sabiendo que solo hay una persona que decidirá el destino de la campaña, apunta el Daily Mail.
Muchos de los partidarios más ricos del presidente creen que, si bien el jueves fue un desastre, no hay mucho que puedan hacer si Biden no toma la decisión él mismo. “Lo más inteligente es pensar en cómo operan ustedes (como outsiders influyentes), suponiendo que no haya cambios”, dijo a CNN Dmitri Mehlhorn, quien organiza a los impulsores ricos de Biden como el director ejecutivo de LinkedIn, Reid Hoffman.
El presidente de Signum Global Advisors y principal donante demócrata, Charles Myers, descartó inmediatamente la idea de reemplazar a Biden. “Sí, los donantes estaban nerviosos después del pésimo desempeño del debate, pero todavía están muy a bordo y algunos quieren hacer más”, dijo.
Una tercera vía se está desarrollando entre algunos donantes, que están alarmados por el desempeño de Biden, pero quieren estudiar más a fondo la reacción al debate del jueves antes de tomar medidas importantes, sin dejar de planificar el futuro. “Es hora de hacer encuestas y descubrir si hay posibles sustitutos que obtengan mejores resultados que Trump”, dijo el empresario Mark Cuban, que respaldó a Biden esta semana.
En última instancia, la única persona que puede determinar el destino de esta campaña es el propio Joe Biden. ‘El partido está en manos del presidente Biden, para bien o para mal. Merece nuestro respeto y espacio para tomar cualquier decisión”, dijo un senador demócrata que habló de forma anónima con CNN.