Los estadounidenses se preparaban este viernes para honrar al fallecido ícono nacional John McCain, cuyos restos permanecerán en el Capitolio de Estados Unidos como parte de una trascendental despedida para el guerrero convertido en político.
Cientos de miembros del Congreso, incluidos sus 99 colegas del Senado, asistieron a la ceremonia que se realiza en la rotonda del Capitolio, un honor que se le ha otorgado solo a 30 estadounidenses a lo largo de la historia de la nación.
La visita final de McCain a Washington, donde sirvió en el Congreso por 35 años, se llevará a cabo durante dos días.
Incluye un servicio conmemorativo el sábado donde los expresidentes George W. Bush y Barack Obama -un republicano y un demócrata que terminaron con los sueños de la Casa Blanca de McCain- pronunciarán discursos fúnebres.
El exaviador naval que pasó más de cinco años como prisionero de guerra en Vietnam y regresó a casa para iniciar una extensa carrera política que lo llevó a ganar la nominación presidencial republicana en 2008, será enterrado el domingo en la Academia Naval en Annapolis, Maryland.
Este viernes, poco antes de las 15.00 GMT, su ataúd fue escoltado a la Rotonda del Congreso y colocado sobre un catafalco, utilizado por primera vez en 1865 para sostener el féretro del asesinado presidente Abraham Lincoln.
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"John McCain fue un gigante de nuestro tiempo, no solo por las cosas que consiguió, sino por quién fue y por lo que luchó toda su vida", dijo el jueves jefe de la cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan.
McCain "fue un patriota y sirvió a nuestro país toda su vida. Lo vamos a extrañar", tuiteó el senador Bob Corker, quien al igual que McCain ha sido un crítico del presidente Donald Trump.
Los servicios fúnebres a McCain, quien por meses planeó su despedida antes de morir el sábado a los 81 años tras batallar un año contra el cáncer, es visto por muchos como una especie de reprimenda hacia Trump, cuyo abierto desdén por McCain ha alarmado a muchos.
Su amarga disputa surgió durante la campaña de Trump en 2016, cuando dijo que McCain no era un héroe de guerra.
El líder multimillonario no fue invitado al funeral ni al entierro, y no está programado que se presente en la Rotonda del Congreso, donde el féretro de McCain cubierto con la bandera, será escoltado por una guardia de honor.
El vicepresidente Mike Pence asistió a la ceremonia en lugar de Trump, uniéndose al Secretario de Defensa Jim Mattis y al Asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, en representación del gobierno.
La viuda de McCain, Cindy, y sus siete hijos, junto con su madre de 106 años Roberta McCain, estuvieron presentes en el funeral junto con su personal, gobernadores estatales, diplomáticos y otros dignatarios.
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Cindy McCain, viuda de John McCain. AFP[/caption]
"Equidad, honestidad, dignidad"
Los restos de McCain fueron trasladados por un avión militar a Washington el jueves desde Arizona, el Estado que ha representado en el Congreso desde su primera elección en 1982.
El exvicepresidente demócrata Joe Biden pronunció un entusiasta elogio de su amigo en una ceremonia en Phoenix, describiendo al hijo adoptivo de Arizona como un "hermano" y un "gigante" cuya creencia en el alma de Estados Unidos ayudó a darles a los ciudadanos su confianza y optimismo.
Las palabras de Biden llegaron de cierta forma con el objetivo de marcar un contraste entre la integridad demostrada por su excolega del Senado y el estado de división política que se ha agravado con el gobierno de Trump.
Biden habló de los valores de "equidad, honestidad, dignidad, respeto, sin dar lugar al odio, sin dejar a nadie atrás y entendiendo que como estadounidenses, somos parte de algo mucho más grande que nosotros mismos".
Es probable que se aborden temas similares cuando Pence, Ryan y el líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell, realicen sus discursos en la Rotonda del Congreso.