Este domingo fue capturado Luis Fernando Iribarren, múltiple homicida argentino conocido como el “Carnicero de San Andrés de Giles”.
Iribarren fue condenado a cadena perpetua por el asesinato de sus padres, sus dos hermanos y una tía, hechos ocurridos en 1986 y 1995, y se encontraba prófugo desde el 28 de agosto, cuando fue autorizado para rendir un examen de la carrera de Derecho en la Universidad de La Plata. Tenía que regresar a las 21.00, pero nunca volvió.
De acuerdo a TN, fue capturado en Santiago del Estero, en la localidad de Villa Atamisqui, mientras paseaba a su perro.
Los crímenes del “Carnicero de Giles”
En 1986, Luis Iribarren, de 21 años, afirmaba que su familia -compuesta por sus padres, Luis Iribarren (49) y Marta Langevin (42), y sus hermanos pequeños, Marcelo (15) y María Cecilia (9)- se habían ido a vivir a Paraguay. Fue recién en 1995, cuando se descubrió la verdad tras ese discurso.
Esto, luego de que vecinos alertaran -tras la desaparición de Alcira Iribarren, tía de Luis- un olor putrefacto en el patio de su casa, en que ambos vivían.
El “Carnicero de Giles” había afirmado que su tía se encontraba en un hospital en Buenos Aires producto de un cáncer, a cuyas sesiones de quimioterapia él siempre la acompañaba. No obstante, tras la denuncia de los vecinos la policía encontró el cuerpo de la mujer enterrado, en avanzado estado de descomposición y con dos hachazos en la cabeza.
“Quería ayudarla a terminar con su sufrimiento y procedí a asfixiarla, pero como no pude, busqué otra forma. Recorrí la casa y encontré el hacha. Le pegué dos golpes en la cabeza”, dijo en su confesión según consigna TN.
Fue en esa misma confesión donde se develó el crimen que cometió en 1986. “No tuve el coraje de dispararle a mi tía con el arma porque me acordé de lo que les había hecho a mis padres y a mis hermanos, y no soportaría hacerlo de nuevo”, dijo.
Tres meses después, fueron encontrados los cuerpos de sus padres y hermanos, en un campo que tenía la familia en San Andrés de Giles.
En 2002 fue condenado a cadena perpetua por los cinco crímenes.