Carlos Escaffi, analista internacional: “El foco del Congreso de Perú en este minuto es la subsistencia política y llegar al 2026″
El profesor de la Pontificia Universidad Católica del Perú dice a La Tercera que “se habría despejado la preocupación en el sector privado y en la sociedad peruana respecto de que este año o el siguiente habría un nuevo proceso electoral”.
“No cerramos los ojos ante algunas deficiencias”, dijo la Presidenta de Perú, Dina Boluarte, al presentar su balance de seis meses de gobierno, en junio pasado. Con una alta desaprobación, según las encuestas, y con acusaciones de organismos internacionales de uso excesivo y desproporcionado de la fuerza durante las protestas de diciembre de 2022 que dejaron un saldo de más de 60 muertos y centenares de heridos, Boluarte se encamina a concluir el mandato del destituido Pedro Castillo en 2026, pese a las dudas iniciales.
Para Carlos Escaffi, director de Relaxiona Internacional y profesor de la Pontificia Universidad Católica del Perú, “en este minuto la percepción es que hay una tensa calma” en Perú. Sin embargo, en la siguiente entrevista con La Tercera, señala que “no ve mayor espacio” para que se genere nuevamente una instancia para promover una vacancia presidencial en el Congreso.
En junio se cumplieron los primeros seis meses de Dina Boluarte al mando del gobierno, con una desaprobación del 77% y solo un 5% que confía en su gestión, según Datum. ¿Cómo ha logrado mantenerse en el poder?
Yo partiría diciendo que en este minuto la percepción es que hay una tensa calma. Y esa tensa calma obedece, primero, a que se habría despejado la preocupación en el sector privado y en la sociedad peruana en general respecto de que este año o el siguiente habría un nuevo proceso electoral, con el adelanto de elecciones. Recordemos que Boluarte presentó dos iniciativas legislativas de adelanto de elecciones y ambas fueron rechazadas por el Congreso. ¿Cómo ha logrado finalmente esta subsistencia? Yo diría, básicamente, entendiendo lo que significa la informalidad en Perú. De cada 10 peruanos, ocho viven en informalidad. Concretamente, ¿qué significa ser informal en el Perú? Vivir el día a día. Por lo tanto, el vivir el día a día no necesariamente le permite a este ciudadano, que no se siente conforme con ella o siente que sus expectativas se vieron diluidas cuando finalmente cae el expresidente Pedro Castillo, poder mantenerse en la calle de manera permanente, sostenida y estar reclamando para que la presidenta se vaya. Por otro lado, el sector privado le ha entregado cierta tranquilidad a la presidenta. Hay un gabinete de tecnócratas en el poder que también le ha entregado cierta estabilidad. Pese a esta cierta tranquilidad y esta tensa calma, en Perú cualquier cosa puede pasar, o sea, nada está dicho en este minuto. Las cifras económicas del Perú, si bien es cierto, se han contraído, siguen siendo auspiciosas respecto de la región latinoamericana. En Perú se dice que no necesariamente lo político salpica a lo económico. Yo creo que sí salpica algo, pero claramente hay cuerdas separadas, muy bien delineadas, y tú le preguntas hoy al peruano de a pie qué es lo que quiere y dice que quiere que lo dejen trabajar. ¿Por qué? Porque básicamente responde a una economía netamente informal. Hay una convocatoria para este 19 de julio para la tercera toma de Lima. Pero en este momento, al día de hoy, yo no veo mayor espacio para que esto tenga mayor eco y finalmente se genere nuevamente una instancia para promover, por ejemplo, una vacancia presidencial en el Congreso.
Respecto al rol del Congreso, Waldemar Cerrón, de Perú Libre, el partido que postulo a Pedro Castillo a la presidencia, está pugnando por la presidencia de la nueva mesa directiva del Legislativo. ¿Qué riesgo supone esa candidatura?
Perú Libre siempre ha tenido las intenciones de ocupar la mesa directiva. Las posibilidades están en la mesa, pero también están las posibilidades de que Martha Moyano, que representa a Fuerza Popular, sobre todo el grupo más cercano a Keiko Fujimori, pueda tener algún espacio también en la mesa directiva este próximo 28 de julio. Ambos tienen posibilidades en este minuto. ¿Cuál es el riesgo que representaría un triunfo de Cerrón? Yo diría que acotado, porque en este minuto el Congreso está hiperfraccionado. Los temores, más allá de quien ocupe la mesa directiva, están en temas de orden regulatorio, que claramente podrían tener un impacto, como por ejemplo temas vinculados al tema previsional, de salud, e incluso de predictibilidad tributaria. De hecho, hay un proyecto para la colaboración eficaz que ha generado bastantes cuestionamientos y que es muy probable que finalmente el Ejecutivo, a través de la Presidenta Boluarte, lo termine observando. Yo creo que la preocupación debe estar por ahí, no necesariamente por quién ocupe la presidencia. Naturalmente, si en este caso el presidente (del Congreso) es el hermano de Vladimir Cerrón (secretario general de Perú Libre), obviamente fortalecería de alguna forma la figura de Perú Libre.
Sobre este proyecto de colaboración eficaz, hay bastante debate debido a que se recortan los plazos que estaban estipulados, de 36 a 8 meses. ¿Cómo se explica que se esté reduciendo tan drásticamente?
Lo que se busca básicamente es acortar los plazos obviamente para la colaboración eficaz por temores que son evidentes, en razón de la diversidad de casos de investigación por colusión, casos criminales, acusaciones que involucran a jefes de Estado, en donde muchas veces la justicia peruana entrega, en este caso a través del Ministerio Público, esta figura para que puedan acogerse a la colaboración eficaz. Pero el plazo era bastante amplio, hoy lo están acotando, para que de alguna forma genere ciertas limitantes acogerse a esta figura. Si bien se podría ajustar a ocho meses en caso de aprobarse, el fiscal podría prorrogarlo hasta por cuatro meses. Aquí lo lógico indica que la Presidenta Boluarte debería observar el proyecto.
¿Cómo está el debate del retorno al bicameralismo del Congreso en este momento?
No hay espacio para la bicameralidad en este minuto en Perú. No hay espacio básicamente por la percepción social respecto a la representación que tiene el Parlamento en este minuto. Sigue siendo muy pobre, el rechazo es altísimo, con una escasa aprobación. Y si bien es cierto ha estado siempre en boga y ha concitado interés por parte de congresistas que fueron de la vieja guardia el volver al bicameralismo que disolvió Fujimori en el año 92, hoy tampoco la agenda ni el interés social está fijado en ello. El foco del Congreso en este minuto es la subsistencia política y llegar al 2026. En su momento en la sociedad peruana, en redes sociales, se instaló como tendencia el hashtag “que se vayan todos, se vaya el Ejecutivo y se vaya Legislativo”. Pero finalmente la percepción generalizada que hay es “nos quedamos todos y nos quedamos todos hasta 2026″.
La convocatoria a una Asamblea Constituyente era una de las propuestas de campaña de Pedro Castillo. ¿Cómo se visualiza hoy esa opción?
Existe muy poco espacio. De hecho, se rechazó inicialmente y ahí fue clave la intervención en su momento de Fuerza Popular y otras bancadas que también que se sumaron a eso. Por lo demás, no necesariamente había un respaldo social para que se discutiera la redacción de una nueva Constitución. Esa no es la prioridad de los peruanos en este momento, por lo tanto, está despejado eso, no debería haber una discusión vinculada a que se escriba una nueva Carta. Perú mira mucho a Chile y muchas veces te lo decían. Yo enseño en la Pontificia Universidad Católica del Perú y chicos de pregrado decían “qué pena lo que le pasó a Chile” (con el primer proceso constitucional). No solamente con el estallido social, sino básicamente con los resultados que se tuvo. Cuando miraban los resultados, decían que el plebiscito se interpretaba como un resultado a la gestión del Presidente Boric. Entonces, ambos países se miran mucho y aprenden mucho de lo bueno y lo malo. Yo creo que en este caso Perú ha aprendido de la experiencia chilena y las implicancias de una discusión constitucional.
Usted dice que ambos países se miran mucho. ¿Cómo se están manejando en Perú los temas de la violencia y la presión migratoria?
De hecho, tuvimos una situación compleja a nivel bilateral, porque en su minuto, en razón de la no profundización de los temas noticiosos, se creía en Perú que los migrantes que estaban en la frontera entre Santa Rosa y Chacalluta eran migrantes que Chile estaba expulsando. Y eso no era cierto y se les explicó a los peruanos que eran básicamente fake news. En este momento hay un buen entendimiento a nivel de Cancillerías respecto de cómo atender esa situación. Ha ocurrido que los niveles de agresividad criminal o delincuencial han sorprendido no solamente al peruano, sino que también a la propia Policía Nacional de Perú. Tú no veías, por ejemplo, robos de relojes, tú no veías el nivel de agresividad o desprecio por la vida al cometer un atraco, el nivel de sicariato. Tú ves una industria de sicariato. Ese nivel de agresividad y violencia no se veía y lamentablemente en la mayoría de casos son bandas de origen venezolano. Entonces, obviamente (el tema de migración) ha generado un rechazo, ha generado una preocupación. El propio primer ministro Alberto Otárola ha comenzado, junto con la División de Migraciones del Ministerio del Interior, a ejercer mayor control de identificación y quienes no estén identificados y tengan antecedentes, van a someterlos a un proceso para evaluar su expulsión del país. Por eso hablaba de este equipo de tecnócratas que tiene la Presidenta Boluarte. De repente, no necesariamente con tanta cintura política, pero sí con efectividad.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.