La victoria masista en las elecciones del 18 de octubre y la posesión ayer del nuevo mandatario de Bolivia, Luis Arce Catacora, fueron la antesala de la celebración del Movimiento Al Socialismo (MAS) que se intensificó hoy con el regreso del líder del partido y expresidente Evo Morales (2006-2019), que tras 363 días desde su dimisión y posterior autoexilio -primero a México y luego a Argentina- retornó a su tierra natal a través del puente La Quiaca, desde donde cruzó a pie por el paso fronterizo hasta Villazón para luego continuar un viaje en caravana que lo llevará hasta su bastión en Chimoré, Cochabamba.
Escoltado por su exvicepresidente, Álvaro García Linera y varios exministros, Evo llegó el domingo hasta La Quiaca tras un breve paso por Jujuy, donde visitó la casa de Milagro Sala, dirigente social y líder de Tupac Amaru.
Horas antes y después del acto protocolar por la asunción de Arce en La Paz, el Presidente de Argentina, Alberto Fernández y altos funcionarios de su gobierno se trasladaron hasta el norte de su país para ofrecer una cena de honor en la última noche del expresidente como refugiado. En la foto de la cena, todos estaban sin mascarilla pese a la pandemia.
“Es un día muy importante para todos, es muy lindo estar en La Quiaca con este motivo, que es garantizarnos que nuestro querido Evo Morales regrese a su patria, de la que nunca debió haber salido y nunca debió haber sido maltratado como lo fue”.
Alberto Fernández, Presidente de Argentina.
En un discurso emotivo, el gobernante peronista reavivó la idea de “la Patria Grande que quiere crecer, justicia y desarrollo para todos”, especialmente porque a juicio del mandatario “en los últimos años, América Latina fue desintegrándose en individuales”.
Hasta la mitad del puente internacional Horacio Guzmán llegaron Fernández y Morales, que se abrazaron antes de despedirse después de 11 meses en la misma ciudad. En entrevista con La Tercera en enero pasado, el exmandatario boliviano aseguró que transcurría sus días entre reuniones, “partidos de fútbol, aquí se come mucha carne, muy contento”. Justamente, en la despedida el jefe de Estado argentino bromeó al señalar a Evo “te vamos a extrañar, e intentaremos mandarte carne”.
En medio de gritos de “Viva Evo” y “Jallalah Bolivia,” cientos de adherentes del partido azul esperaban al grupo de masistas. A las 10:09, hora local, Evo Morales pisó territorio boliviano y declaró que "estaba seguro que iba a volver, no pensé que tan pronto”.
Sin embargo, en el primer discurso en Bolivia el exmandatario fue más allá al asegurar que no hubo fraude en los comicios anulados de 2019, donde obtuvo un 47% de los votos, ya que prueba de ello fue el 55% que alcanzó el binomio de Arce y el excanciller David Choquehuanca en los recientes comicios. A la vez apuntó a que el mandatario de Estados Unidos, Donald Trump habría estado detrás de la crisis del año pasado.
“El gringo que nos dio el golpe (de Estado) el año pasado. Alguien me dijo: ‘Evo, nos has abandonado’. Yo le dije: ‘Si me quedaba tenía dos caminos: el cementerio o Estados Unidos'".
Evo Morales, expresidente de Bolivia.
Este escenario dista totalmente de lo que ocurrió el 10 de noviembre pasado, cuando después de 21 días de movilizaciones nacionales que acusaban fraude electoral en los comicios del 20 de octubre, que como resultado extendían el mandato de Evo Morales hasta 2025, el líder del MAS renunció a la Presidencia y a los dos días partió en un avión de la Fuerza Aérea de México a Ciudad de México siendo recibido por el mandatario Andrés Manuel López Obrador.
Desde ahí, Evo y su círculo cercano denunciaron un “golpe de Estado” en curso ante la posesión respaldada por las Fuerzas Armadas como mandataria interina de la entonces segunda presidenta del Senado, Jeanine Áñez. A pesar de esto, el gobierno masista quedó hundido tras la huida de gran parte del Ejecutivo.
En diciembre pasado y apenas asumió Fernández, la comitiva masista se trasladó a Buenos Aires, desde donde llevaron a cabo una serie de reuniones que definieron la dupla Arce-Choquehuanca. A pesar del exilio, Morales mantuvo un rol crítico con el gobierno interino y las movilizaciones. Esto le costó una serie de acusaciones judiciales por terrorismo y sedición, ya que Áñez lo acusó de promover los bloqueos carreteros.
Con el nuevo gobierno masista instalado en el Palacio Quemado, Evo Morales seguirá su viaje acompañado de al menos 800 vehículos. De acuerdo a la agenda, la comitiva seguirá hasta Uyuni donde pernoctará hoy, para continuar mañana hasta Oruro y desde ahí hasta Chimoré, donde ya se organizan actos culturales, religiosos y políticos de bienvenida.
En una reciente conversación con La Tercera, el exvicepresidente Álvaro García Linera señaló que “por supuesto que queremos volver a Bolivia y con Evo nos defenderemos en los juzgados”. Ante la negativa de involucrar a Morales en el próximo gobierno masista, pero aún con la incógnita del futuro gabinete, el expresidente buscará cumplir con lo que en ocasiones anteriores apuntó como su “sueño” tras salir de la política que involucra seguir liderando las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba, cultivar una chacra y criar peces.