Caso de barco con inmigrantes convierte a Italia en un socio incómodo de Unión Europea
Roma mantuvo ayer su negativa a acoger a los 629 inmigrantes a bordo de la nave Aquarius en el Mediterráneo. Madrid ofreció recibirlos en Valencia.
Italia se ha convertido en una suerte de socio incómodo de la Unión Europea. El recién asumido gobierno populista y euroescéptico del Movimiento 5 Estrellas (M5S) y la Liga mantuvo ayer su negativa a acoger a los 629 inmigrantes que se encuentran a bordo del buque Aquarius en el Mediterráneo y calificaron de "victoria" el ofrecimiento que hizo Madrid para que la embarcación llegue hasta un puerto en Valencia.
El sábado pasado el barco de la ONG "SOS Mediterráneo" rescató a 629 inmigrantes frente a las costas de Libia, entre los cuales figuran 123 menores sin acompañantes y siete mujeres embarazadas. Los menores tienen entre 13 y 17 años y son originarios de Eritrea, Ghana, Nigeria y Sudán, según una periodista de la BBC que está en el barco.
Aunque la embarcación solicitó hacerles desembarcar en Italia, como ha ocurrido en los últimos años, las autoridades lo rechazaron e instaron a Malta a que acogiera a los ocupantes de la nave.
Así, se desató una tensión entre Roma y La Valeta respecto de quién debería recibir a los migrantes. La controversia parecía bajar de tono anoche tras la propuesta del nuevo gobierno español del socialista Pedro Sánchez, de recibir el barco.
El primer ministro de Malta, Joseph Muscat, agradeció a España y acusó a Italia de "quebrantar las leyes internacionales y provocar una situación desagradable", por lo que instó a la Unión Europea a debatir sobre el tema "para que no vuelva a ocurrir".
Por su parte, el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, celebró que tras esta férrea negativa "las reclamaciones de Italia comienzan a ser escuchadas". "Habíamos pedido una Europa más solidaria y que nuestro país no fuera abandonado en la gestión de los flujos migratorios. La iniciativa de España va realmente en esta dirección", añadió.
Según el diario The Guardian, la nueva postura italiana adoptada por el gobierno del M5S y la Liga llega después de una elección en la que el actual vicepresidente y ministro del Interior de Italia, Matteo Salvini, prometió adoptar medidas más duras contra los migrantes. La tensión por el Aquarius "marca la primera vez que esta retórica se ha llevado a la acción como ministro del Interior, rol en el que supervisará la migración y la seguridad doméstica", explicó el diario.
En este sentido, el exministro europeo italiano, Sandro Gozi, dijo que la Unión Europea había dado munición a los partidos populistas anti-inmigración al no ayudar a Italia con la gran cantidad de inmigrantes. "Europa podría y debió haber hecho más", dijo Gozi a The Guardian. "El hecho que los italianos sientan que han sido abandonados ha avivado la agenda populista", añadió.
La Unión Europea ha pasado más de dos años tratando de ajustar sus leyes de asilo, que se conocen como las regulaciones de Dublín. Sin embargo, existen profundas diferencias respecto de la reubicación de los refugiados una vez que lleguen al bloque. Países como Polonia y Hungría estiman que no pueden aceptar que se impongan cuotas para recibir migrantes, mientras que Italia y Grecia señalan que han sido dejados solos con toda la carga.
Hasta anoche, la embarcación seguía a la espera de instrucciones en alta mar e incluso un migrante llegó a amenazar con lanzarse al mar por miedo a regresar a Libia. "Tenía mucho miedo porque nunca había visto tanta agua", dijo una mujer que se encuentra en el barco, citada por El País. "¡Qué voy a hacer! Estoy en medio del mar, solo me queda esperar que esto mejore. ¿Cuánto durará esto?", añadió.
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