En México, 10 mujeres son asesinadas en promedio cada día. El domingo se produjo el penúltimo de estos casos: Ingrid Escamilla, una joven de 25 años a la que su pareja apuñaló, desolló, descuartizó y sacó sus órganos, que de acuerdo a su propia confesión, botó por las cañerías.

Sin embargo, recién el martes estalló el debate, cuando la prensa publicó imágenes de la escena del crimen y los restos de Escamilla. Las fotos habían sido filtradas antes por agentes de la policía que estuvieron presentes en el sitio. Según destacó la BBC, el diario Pásala tituló en su portada del lunes "La culpa la tuvo Cupido", ya que el asesinato ocurrió "a unos días de San Valentín", y colocó una foto grande y explícita del cuerpo de la víctima. El diario La Prensa, por su parte, decía "Descarnada", con tres fotos ocupando toda la portada: una del detenido, otra del cuerpo de la víctima, y una más del edificio donde vivían.

Hace algunos días, el fiscal general Alejandro Gertz había sugerido que tratar el femicidio como un tipo penal específico era contraproducente porque dificultaba el proceso judicial, algo que despertó la indignación en la comunidad feminista. Gertz explicó, según la BBC, que con la ley actual se deben cumplir más condiciones para judicializar un caso como femicidio que como homicidio, lo que hace más lenta la justicia para las mujeres. "Deberíamos de hacerlo mucho más sencillo para proteger a las víctimas", planteó.

Además, el Presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador se enojó en su conferencia de prensa matutina el lunes cuando lo interrumpieron para preguntarle sobre el femicidio, porque esa cuestión interfería con el mensaje que él quería mandar sobre otro asunto. AMLO dijo que el tema de los femicidios "se ha manipulado" por medios críticos de su gobierno, en alusión a los planes del fiscal Gertz para cambiar la forma en que se clasifican los femicidios. "Se ha manipulado mucho sobre este asunto en los medios, no en todos desde luego, los que no nos ven con buenos ojos aprovechan cualquier circunstancia para generar campañas de difamación, así de claro, de distorsión, información falsa", señaló.

En un tono muy distinto, el mandatario calificó ayer el femicidio de "inaceptable" y "aborrecible", comprometiéndose a combatirlo "con todos los medios y con toda la fuerza que tiene el gobierno para erradicarlo" y, mientras tanto, "que se castigue de manera severa".

Pero la situación ya había generado indignación en redes sociales. Tras la difusión de las imágenes de los restos de la joven, varias personas empezaron una campaña que consistía en subir imágenes de flores, paisajes y animales con el nombre de Escamilla, para que cada vez que alguien la buscara en redes sociales, aparecieran imágenes agradables.

"Una vez vi un caso de un femicidio a una chica de EE.UU. en que filtraron las imágenes de su cuerpo y de sus familiares y amigos compartían fotos de cosas bonitas para que cuando buscaran su nombre no aparecieran las desafortunadas fotos", dijo la usuaria @citcitcitcit_. El tuit, publicado el miércoles, ya llegó a más de 31.000 "Me gusta" y más de 9.000 retuits.

En un video filtrado por la policía, Francisco Robledo, de 46 años, aparece confesando el crimen entre lloriqueos y justificándolo por "miedo" y "vergüenza". Con el cuerpo ensangrentado, señala que su novia le pegó y lo amenazó con un cuchillo, a lo que él respondió clavándoselo en el cuello.

En el último lustro, los femicidios se han incrementado en México un 137%, cuatro veces más que el resto de homicidios, según los datos del fiscal general. El año pasado en la capital mexicana se reportaron 68 casos de femicidio, una tasa de 1,44 casos por cada 100.000 habitantes, la decimocuarta de los 32 estados del país. A nivel nacional la cifra llegó a los 976 casos, según el Sistema Nacional de Seguridad Pública. Y en lo que va de este año ya llegaron a la docena.

Pero múltiples organizaciones dicen que los casos que no se reportan elevan el número considerablemente. También critican el hecho de que la gran mayoría de los crímenes nunca se resuelven y solo un pequeño porcentaje de los autores son llevados ante la justicia. "Apenas se judicializan el 3% de estos casos y sale con sentencia un 1%", recordó la responsable de la Dirección General para una Vida Libre de Violencia, Fabiola Alanís.