El jefe de policía de Minneapolis, Medaria Arradondo, testificó el lunes que retener del cuello, como lo hizo el exagente Derek Chauvin con el fallecido afroestadounidense George Floyd, es una violación a la política de la institución.
Al testificar en el juicio por asesinato contra Chauvin, Arradondo dijo: esa restricción no es “parte de nuestra política, ni de nuestro entrenamiento, y ciertamente no es parte de nuestra ética o valores”.
Arradondo, un hombre afroamericano de 54 años que lleva tres años al frente de la policía en esa ciudad, fue convocado por la fiscalía a este juicio extraordinario, después de una primera semana de testimonios, en su mayoría conmovedores, que cautivaron al público de Estados Unidos.
En el país, los oficiales de policía que hacen uso excesivo de la fuerza rara vez son despedidos por sus superiores y, por el contrario, se benefician de los convenios colectivos, negociados por su sindicato, que son muy protectores.
Además, en muy raras ocasiones se les procesa y con menos frecuencia se les declara culpables.
El 25 de mayo, en Minneapolis, los cuatro policías que querían arrestar a Floyd, sospechoso de haber intentado pagar con un billete falso de 20 dólares, lo esposaron y lo inmovilizaron contra el suelo.
Chauvin luego se arrodilló sobre su cuello durante casi nueve minutos.