La confirmación del gobierno de Arabia Saudita de que el destacado periodista y columnista de The Washington Post, Jamal Khashoggi, murió tras un altercado dentro del Consulado de Arabia Saudita en Estambul, provocó condenas internacionales y despertó un escepticismo inmediato frente a versiones previas del caso.
La canciller alemana, Angela Merkel, consideró como "insuficientes" las explicaciones de Riad por el terrible desenlace de Khashoggi. Y no solo eso, además, junto a su ministro de Relaciones Exteriores, Heiko Maas, indicó que esperan "transparencia sobre las circunstancias de la muerte y las razones de fondo".
Horas después, Jean-Yves Le Drian, ministro de Relaciones Exteriores de Francia condenó con la misma firmeza lo ocurrido y exigió que asuman los responsables. Además, a través de un comunicado, la Unión Europea pidió un investigación "exhaustiva, creíble y transparente" por los hechos.
Así, los hallazgos saudíes, que pretenden sellar la incógnita sobre lo que sucedió con Khashoggi el pasado 2 de octubre y que serán revelados en los próximos días los detalles que podrían no ser suficientes para esclarecer dudas y contradicciones en el emblemático caso.