El juicio contra Nicolás Zepeda en la ciudad francesa de Besanzón entró este lunes en su fase final con los alegatos de las partes civiles, quienes solicitan que el joven chileno de 31 años sea declarado culpable del asesinato de su exnovia japonesa Narumi Kurosaki.
“Las lágrimas comedidas de la parte civil es lo que debe primar a la hora de condenar a quien está en el banquillo [de los acusados], Nicolás Zepeda”, defendió Sylvie Galley, abogada de la familia de Narumi, cuya madre, que viajó desde Tokio hasta Besanzón, provocó emoción en la audiencia del miércoles al expresar su dolor por no saber qué le ocurrió a su hija, cuyo cuerpo nunca fue encontrado.
Al escuchar las palabras de su abogada, Taeko Kurosaki se abrazó al retrato de su hija, del que no se ha despegado desde que empezó el juicio, el 29 de marzo.
“Narumi escribía el 17 de julio de 2016: ‘Nicolás, estoy tan orgullosa [...] tú eres a buen seguro el mejor chico de mi vida’. Cinco meses después, el mejor chico le arrebataba la vida”, sostuvo Galley.
En el banquillo de los acusados, con mascarilla y corbata, Nicolás Zepeda permanecía inmóvil, observando y escuchando.
Narumi Kurosaki realizaba un intercambio universitario en Besanzón en el momento de su desaparición, el 4 de diciembre de 2016. Según la acusación, Zepeda viajó a Francia para volver a verla, motivado por los “celos”, y luego la mató y escondió el cadáver.
El chileno rechaza los cargos, pasibles de cadena perpetua, y asegura que, si bien pasó cerca de 30 horas con Narumi en su habitación, en una residencia universitaria de Besanzón, cuando la dejó, en la madrugada del 6 de diciembre, la joven se encontraba en perfecto estado de salud.
“Crimen a sangre fría”
Por su parte, Randall Schwerdorffer, el otro abogado de la parte civil, que representa a quien era el novio de Narumi en el momento de su desaparición, Arthur del Piccolo, afirmó que Zepeda cometió un “crimen a sangre fría”, como lo atestiguan -según él- las compras que hizo días antes de reunirse con Narumi y de que esta desapareciera: un bidón de líquido inflamable y cerillas.
“La mano de Nicolás Zepeda no tembló, y le pediría a esta corte que no tiemble cuando tome su decisión”, lanzó el letrado, quien tildó al acusado de “manipulador”.
Zepeda “ha hecho de todo para salir [impune] sin remordimientos: mentiras, cambios constantes de versión... todo con el fin de ocultar la realidad”, insistió Schwerdorffer.
Por la tarde, el fiscal Étienne Manteaux emitirá su pedido de pena.
Al final de la jornada, las abogadas de la defensa, Jacqueline Laffont y Julie Benedetti, insistirán, en sus alegatos, en las “zonas de misterio” que rodean al caso.
Con Zepeda acorralado por los elementos de la investigación y por los testimonios, todos los actores de este proceso -incluyendo a su propia abogada- le preguntaron al acusado qué le ocurrió a Narumi Kurosaki la noche del 4 de diciembre de 2016 y dónde se encuentra el cuerpo de la joven.
“¡Yo no maté a Narumi! ¡Yo también quiero saber!”, gritó llorando el chileno durante su último interrogatorio, el pasado jueves, manteniendo su versión hasta el final.
Zepeda podrá realizar una última declaración durante la clausura de los debates el martes, antes de que el jurado se retire a deliberar para decidir su veredicto.