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Chats filtrados, despidos y denuncias de abuso: Las polémicas que complican al jefe del Pentágono

Después de su nueva controversia esta semana por conversaciones sobre seguridad nacional en Signal, incluso surgieron rumores de una destitución, aunque desde la Casa Blanca han negado aquellas declaraciones.

Pete Hegseth, secretario de Defensa, durante la investidura de Donald Trump, en Washington, el 20 de enero, de 2025. Foto: Archivo Evelyn Hockstein

El secretario de Defensa y jefe del Pentágono, Pete Hegseth, sigue envuelto en la polémica. Y es que el fin de semana pasado, compartió por segunda vez información sensible de seguridad nacional y operativa sobre las tropas estadounidenses en un chat de Signal. Esta vez, lo envió a un chat grupal donde estaban presentes su esposa, su hermano y su abogado personal, minutos después de que un alto oficial militar le informara sobre los ataques en Yemen.

Hegseth, quien además es un ex presentador de Fox News, compartió los detalles sensibles poco antes de que el Ejército estadounidense llevara a cabo una compleja operación para atacar a los hutíes respaldados por Irán en Yemen. La noticia reavivó el escrutinio sobre el liderazgo de Hegseth, que ya estaba siendo cuestionado públicamente en los últimos meses (incluso desde su nominación en noviembre pasado).

Estas son las principales controversias que enfrenta el jefe del Pentágono:

Filtraciones de chats en Signal

Esta es la segunda vez que se filtran conversaciones por chat relativas a planes de seguridad nacional. La primera fue en marzo pasado, cuando compartió detalles sobre los próximos ataques aéreos contra los rebeldes hutíes en un chat grupal de Signal donde el editor en jefe de la revista The Atlantic, Jeffrey Goldberg, había sido agregado por error, según declaró este último.

El diario The Wall Street Journal informó que Israel había proporcionado información confidencial sobre un operativo contra los hutíes con ataques aéreos, descritos por el asesor de Seguridad Nacional Mike Waltz en el chat. La charla duró días e incluyó información específica sobre el momento, las armas y los objetivos que se utilizarían en el ataque que, según legisladores y ex altos funcionarios del Pentágono, constituyó una grave violación de los procedimientos de seguridad que rigen el manejo de información confidencial de defensa.

Hegseth y otros altos funcionarios restaron importancia a la filtración tras hacerse pública la conversación, negando que el jefe del Pentágono hubiera compartido planes de guerra e información clasificada.

El inspector general del Departamento de Defensa, a pedido del senador Roger Wicker (republicano de Mississippi), presidente del Comité de Servicios Armados del Senado, y del senador Jack Reed (demócrata de Rhode Island), el demócrata de mayor rango del comité, inició una investigación a principios de este mes sobre el manejo del chat por parte de Hegseth.

Despidos de funcionarios de gobierno: “Caos total”

Aunque Hegseth niega haber manejado mal información clasificada, se ha centrado en rastrear lo que él sostiene que son filtraciones, incluso de sus propios asistentes. Así, ha despedido a una velocidad sorprendente a generales y almirantes de alto rango, mientras busca implementar la agenda de seguridad nacional del presidente Donald Trump y erradicar las iniciativas de diversidad que, según él, son discriminatorias.

La purga de funcionarios de seguridad nacional por parte de la administración Trump, provocada por la investigación de filtraciones ordenada por el jefe de gabinete de Hegseth el 21 de marzo pasado, ha llegado a todos los niveles del liderazgo militar de Estados Unidos, incluido el jefe del Estado Mayor Conjunto, el más destacado almirante de la Marina y los principales abogados del Ejército.

Entre los asesores despedidos se encuentra Dan Caldwell, antiguo colega de Hegseth, quien se convirtió en uno de sus asesores de mayor confianza. Fue escoltado fuera del Pentágono la semana pasada debido a filtraciones de las que niega ser responsable. También fue despedido el subjefe de gabinete de Hegseth, Darin Selnick.

John Ullyot, quien fue destituido de su trabajo como portavoz del Pentágono después de dos meses, dijo que el Departamento de Defensa de Hegseth estaba en un “caos total”. “Hegseth ahora preside una purga extraña y desconcertante que lo dejará sin sus dos asesores más cercanos durante más de una década -Caldwell y Selnick- y sin jefes de gabinete para él y su adjunto”, escribió Ullyot en un mordaz artículo de opinión publicado en Politico.

Tras las revelaciones este lunes de que envió mensajes desde su teléfono personal a su esposa, hermano y abogado con planes confidenciales de un ataque militar estadounidense, Hegseth acusó a sus antiguos asesores de confianza de volverse en su contra. “Qué gran sorpresa que despidan a unos cuantos filtradores y salgan a la luz un montón de artículos difamatorios”, dijo Hegseth en el césped de la Casa Blanca, con sus hijos detrás de él, durante una celebración de Pascua.

Alcohol y denuncias de acoso sexual

En enero pasado, la administración Trump confirmó a Hegseth para el Pentágono. Su nominación, a elección del presidente, se realizó en noviembre pasado y desde el principio ya venía con polémica. En diciembre, la revista The New Yorker publicó un informe donde se le acusa de mala conducta financiera, alcoholismo y conducta sexual inapropiada.

Según se informó, las acusaciones obligaron a Hegseth a dimitir de puestos de liderazgo en dos organizaciones sin fines de lucro que apoyan a veteranos (Hegseth es un veterano que sirvió en Irak y Afganistán): Veterans for Freedom (VFF) y Concerned Veterans for America (CVA), antes de incorporarse a Fox News. Entre las supuestas razones de su salida de VFF, se encuentra que Hegseth supuestamente acumuló una deuda de más de 400.000 dólares con la organización.

Un informe de siete páginas de un denunciante cuando Hegseth estaba en CVA (2013-2016), supuestamente lo describió como repetidamente borracho en eventos laborales. El informe del denunciante también alegó que Hegseth -quien estaba casado en ese momento- y otros gerentes de la organización, acosaron sexualmente a algunas de sus colegas femeninas.

El informe también detalló un incidente en el que Hegseth, supuestamente borracho, coreó “¡Maten a todos los musulmanes!”, mientras estaba en el bar de un hotel durante un viaje de trabajo. “Lo he visto borracho muchísimas veces”, declaró a la revista uno de los autores del informe del denunciante. “Lo he visto arrastrarse no pocas veces, sino muchísimas. Tenerlo en el Pentágono sería aterrador”, afirmó en ese entonces.

Un mes antes, un informe policial divulgado por la prensa estadounidense reveló que una mujer acusó a Hegseth de violarla en una conferencia republicana de mujeres en Monterey, California, en 2017. Si bien no se presentaron cargos y Hegseth alegó que el encuentro fue consensual, terminó pagándole a la mujer como parte de un acuerdo de confidencialidad, según informó el diario The Washington Post.

En esa ocasión, Tim Parlatore, abogado de Hegseth, declaró al Post que la mujer que hizo la acusación fue “la agresora al iniciar la actividad sexual” y que su clente realizó el pago “sabiendo que era el auge del movimiento MeToo” y temiendo perder su puesto en Fox News.

La postura del gobierno

La Casa Blanca vio una conspiración contra Hegseth que se extendía mucho más allá del pequeño grupo de sus otrora leales ayudantes, que fueron despedidos tras acusaciones de filtrar información confidencial, para incluir al propio Departamento de Defensa.

El presidente Donald Trump respaldó a su jefe de Defensa luego del escándalo del segundo chat grupal, calificando la última controversia sobre el alto funcionario del Pentágono como una “pérdida de tiempo”. Y ante los rumores de que Hegseth sería reemplazado, dijo a los periodistas que no tiene planes de despedir a Hegseth por las nuevas acusaciones sobre los chats en Signal.

Haciendo eco de sus declaraciones, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, negó que exista un intento de reemplazar a Hegseth, publicó en X que el presidente Trump lo apoya firmemente y calificó la noticia como “una campaña de desprestigio”. Además, se centró en cómo las filtraciones pudieron haber salido a la luz.

“Eran empleados del Pentágono que filtraron información contra su jefe a las agencias de noticias aquí presentes”, dijo. “Y desde el primer día de esta administración, ha quedado claro que no vamos a tolerar a quienes filtren información a los grandes medios de comunicación, sobre todo cuando se trata de información sensible”.

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