"Ahora he decidido nombrar a la persona que, en mi opinión, es capaz de consolidar nuestra sociedad, garantizar la continuación de las reformas en Rusia con el apoyo de las más amplias fuerzas políticas. Él será capaz de ponerse al frente de los desafíos que en el nuevo siglo XXI tendrán que renovar nuestra gran Rusia". Con esas palabras el entonces líder Boris Yeltsin daba el pase al entonces desconocido director del Servicio Federal de Seguridad de la Federación Rusa (FSB), Vladimir Putin, para que fuera el próximo primer ministro. Era el 9 de agosto de 1999.
Al año siguiente, Putin fue nombrado Presidente interino y en marzo del mismo año fue elegido como jefe de Estado en la primera vuelta con un 52,94% de los votos. Cuatro años más tarde, fue reelegido también en primera vuelta, con nada menos que el 71%. En el período entre 2008 y 2012 Putin se las arregló para "dejar" el Kremlin y se desempeñó como primer ministro, hasta que en marzo de 2012 volvió a ganar las presidenciales con un 63,6%.
Putin, el hombre que ha marcado el siglo XXI en Rusia, tal como vaticinó Yeltsin, se medirá este domingo nuevamente en las urnas. Todos los sondeos apuntan a que ganará de manera holgada. Estos son algunos de los hitos que han marcado sus 18 años en el poder.
Guerra de Chechenia
Desde el comienzo, Putin demostró que no le temblaba la mano. En la llamada segunda guerra de Chechenia, iniciada en 1999, el entonces Presidente logró en apenas unos meses (mayo de 2000) reestablecer el gobierno directo del Kremlin. Tampoco dudó en ordenar un operativo tras la toma de rehenes de Beslán en 2004. El enfrentamiento entre los secuestradores islámicos y las fuerzas rusas provocaron la muerte de 334 personas.
Invasión de Georgia
La noche del 7 de agosto de 2008 el mundo estaba pendiente de la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Beijing, pero en Georgia se volvían a encender las tensiones de los tiempos de la era soviética. Los primeros enfrentamientos armados se produjeron cuando el presidente georgiano Mijail Saakashvili ordenó a su Ejército recuperar el control de los territorios "rebeldes", independiente de Osetia del Sur que junto a Abjasia habían pedido en marzo el reconocimiento de su independencia. En sólo cinco días, Moscú aplastó sus intenciones, en lo que se llamó la Guerra de los Cinco Días. Aunque en ese momento Dmitri Medvedev era el Presidente, quien mandaba era Putin. Tras la derrota de las tropas georgianas, Rusia reconoció las independencias de Abjasia y Osetia del Sur, decisión que llevó a Tiflis a romper relaciones diplomáticas con Moscú.
Anexión de Crimea
El 18 de marzo de 2014, Putin anunció la anexión de la península de Crimea, en Ucrania, al territorio ruso. El lugar era conocido como un codiciado balneario, tanto de los zares como de los líderes soviéticos, como Josef Stalin. La medida conmocionó a la comunidad internacional, que no reconoció el referendo realizado por Moscú para validar la anexión. Esto le valió una serie de sanciones de la Unión Europea y de Estados Unidos que aún no han sido levantadas.
El año pasado, el gobierno anunció la construcción de un puente para unir la península con Rusia, obra que se promociona en los lujosos almacenes GUM en la Plaza Roja. La anexión marcó un punto álgido de la crisis en el este de Ucrania que comenzó a desarrollarse desde noviembre de 2013, en el movimiento conociedo como Maidan.
"Putin ve a Ucrania como un obstáculo político e ideológico. Nuevamente, están las diferencias de Ucrania con Rusia, su cercanía con Europa, para el movimiento de la Maidan (2013-2014) en Kiev se veía a jóvenes ucranianos flameando banderas europeas, pidiendo democracia, cantando eslogan contra la corrupción. Esto fue muy perturbador en 2014 para Putin, porque ese es exactamente el tipo de movimiento que tiene miedo que ocurra en Rusia. No quiere ese tipo de sentimiento en Moscú", dijo a La Tercera la escritora estadounidense Anne Applebaum.
La economía
En sus dos primeros mandatos (2000-2008), Putin dio estabilidad y logro sacar a flote la economía tras la caída de la Unión Soviética y el caos de los años 90, lo que llevó a un aumento del nivel de vida. Sin embargo, desde 2012 la situación se estancó y el país lleva cuatro años de caída del poder adquisitivo, debido a la inflación entre 2014 y 2016 a consecuencia de la baja de los precios del petróleo y las sanciones tras la crisis en el este de Ucrania. Si bien la tasa de pobreza se redujo del 29% de la población en 2000 al 10,7% en 2012, según la agencia de estadísticas rusa Rosstat, en 2016 volvió a subir al 13,5%.
Según el Banco Mundial, menos de la mitad de la población (46,3%) posee una situación económica segura, 10 puntos menos que en 2014. De acuerdo con la agencia France Presse, la situación es particularmente crítica en las zonas rurales, donde, a diferencia de Moscú, los sueldos y las pensiones apenas permiten subsistir.