El 20 de agosto de 1968, la Unión Soviética y el Pacto de Varsovia decidieron invadir Checoslovaquia para abatir el período de liberalización política en ese país conocido como la Primavera de Praga, una medida que 50 años después sigue dividiendo a los rusos. De hecho, sólo un 36% de ellos piensa que la URSS ciertamente o probablemente actuó "correctamente" al enviar las tropas y un 45% tiene dificultades en responder si se actuó de manera correcta o no, según un estudio del Centro Levada consignado por el diario británico The Guardian.
El entonces Presidente checo y líder del Partido Comunista, Alexander Dubcek, llevó adelante un programa de reformas que fue bautizado como "socialismo de rostro humano". Las iniciativas para "democratizar" el régimen incluían la libertad de prensa y de expresión. También legalizó a los partidos políticos y sindicatos, así como el derecho a la huelga y a viajar libremente a países occidentales, algo prohibido hasta ese momento.
Esa nueva política fue apoyada e impulsada por intelectuales y dirigentes que firmaron el "Manifiesto de las 2.000 palabras", donde cuestionaron el comunismo como sistema y criticaron al Partido Comunista de Checoslovaquia. Los comunistas checos tomaron distancia del documento, aunque no actuaron en contra de sus signatarios. Pero sí se negaron a ceder a las crecientes presiones de Moscú y de sus aliados en la órbita soviética.
Según la agencia EFE, al ver amenazado su poder por un posible contagio de la Primavera de Praga a todo el bloque comunista, se decidió recurrir a la fuerza militar para poner punto final al "experimento".
Bajo el nombre "Operación Danubio", el 20 de agosto de 1968, poco antes de la medianoche, 200.000 soldados, 2.300 tanques y 700 aviones de los Ejércitos de la Unión Soviética, la República Democrática Alemana (RDA), Hungría, Polonia y Bulgaria cruzaron la frontera.
El contingente fue aumentando en los días siguientes hasta totalizar 750.000 soldados y 6.000 tanques. Según los historiadores, a lo largo de 1968 murieron 137 personas a manos de soldados del Pacto de Varsovia, mientras que 400 fallecieron durante la ocupación.
El sondeo del Centro Levada señaló que casi la mitad de los rusos reconoce que no sabe nada de la invasión a Checoslovaquia y solo el 10% de quienes tienen entre 18 y 35 años dijeron que sabían sobre la Primavera de Praga.
"Los jóvenes no saben y no quieren saber lo que ocurrió", dijo Lev Gudkov, del Centro Levada, citado por The Guardian.
El experto señaló al periódico londinense que los resultados de la encuesta reflejan las realidades geopolíticas de Rusia, como la anexión a Crimea en marzo de 2014. "Creo que esto es la manifestación de la masiva amoralidad de un gran poder, que se ha convertido en la base del resurgimiento imperialista ruso bajo el Presidente Vladimir Putin", añadió Gudkov.