Este lunes, el Correio da Manha tituló: “El huracán Chega hace pendular el país a la derecha”. Luego de las legislativas anticipadas en Portugal, el partido de extrema derecha, cuyo nombre significa “Basta”, ha hecho la primera página de todos los diarios internacionales, sin por eso ganar las elecciones realizadas este domingo.
Los verdaderos ganadores, en todo caso, fueron la Alianza Democrática (AD), de centroderecha, con un 29,5% de los votos y liderados por Luís Montenegro. Esta coalición es la llamada a sacar del poder al Partido Socialista, que después de 8 años y medio en el poder y con un 28,6% se llevó el segundo lugar en las elecciones.
En escaños, este estrecho margen se traduce en 79 contra 77, de los 230 diputados que forman la Asamblea de la República. En tanto, Chega consiguió 48 escaños, cuadruplicando a los 12 que tenía en la anterior legislatura, y deja en una posición difícil a la AD: permitir a los ultras en el poder, o mantener la “represa democrática” y tener que negociar con el Partido Socialista (PS), que ya se declaró como opositor. Tras ocupar el cargo desde 2015, el primer ministro socialista António Costa dimitió en noviembre pasado en medios de investigaciones por presunta corrupción, prevaricación y tráfico de influencias.
El avance de Chega, en tanto, fue inapelable: superaron el millón de votos en una nación con 10 millones de habitantes, y superó al Bloco de Esquerda, conquistando el título de tercera fuerza política, en un país que llevaba décadas haciéndole el quite a la extrema derecha.
“Considerando la repartición de los escaños, no podremos esperar una gran estabilidad”, aseguró a la agencia AFP Filipa Raimundo, profesora de Ciencias Políticas en el Instituto Universitario de Lisboa ISCTE. Visto el margen tan extraño de la victoria de la Alianza Democrática, Chega cuenta con aprovecharse de la situación e imponer su presencia en el Ejecutivo: André Ventura, el líder del colectivo, aseguró estar “disponible para darle un gobierno estable a Portugal”, en lo que sería una “mayoría fuerte a la derecha”.
El giro portugués, de todas maneras, es fuerte: pasaron de tener un PS con mayoría absoluta en 2022, a castigar fuertemente al partido, en medio de la crisis política por la cual el primer ministro António Costa renunció en noviembre pasado. La participación, en esta ocasión, fue histórica: un 66,23%, un entusiasmo democrático pocas veces visto, y que incluso se vio en televisión, donde los debates políticos que se dieron llegaron a igualar a la final de la Eurocopa en rating.
A casi 50 años de la Revolución de los Claveles, el fin del régimen militar en Portugal y las guerras coloniales, por primera vez la extrema derecha tiene posibilidades de gobernar de nuevo en Lisboa. Su líder, André Ventura, llevó al partido donde está hoy portando un discurso contra la corrupción, la inmigración y las minorías, siendo en particular los gitanos una comunidad varias veces apuntada por el político.
A sus 41 años, Ventura fue profesor de derecho, pero se hizo conocer como polemista en los programas de televisión futbolística, como fan del Benfica de Lisboa. En su currículum, Ventura también puede decir que fue inspector del Fisco y novelista, antes de tentar la suerte como político en unos comicios locales en 2017. En una entrevista, el ultraderechista declaró: “En política, hay que ser diferente, y yo quería ser diferente”.
Ferviente católico, Ventura asegura estar guiado por una “misión divina” que lo lleva a liderar a sus compatriotas. Fan de Donald Trump y de Jair Bolsonaro, el abogado ha formado un partido “ultrapersonalizado” alrededor de su figura, indica la politóloga Marina Costa Lobo a AFP. En otra entrevista, el líder de Chega aseguró: “Para cambiar a Portugal, decidí entrar en el ámbito de lo políticamente incorrecto. No tuve miedo de comprometerme con ese camino, y otros al final me siguieron”.
Originario de Sintra, llegó a ser comentarista habitual en el Correio da Manhã, hasta que fue despedido en 2020 por estigmatizar a la comunidad gitana en tiempos de pandemia. “Un plan de confinamiento específico es esencial para la comunidad gitana, que en su mayoría no acepta las normas sanitarias y de las autoridades públicas”, había dicho entonces.
Su partido, en tanto, es de creación reciente: nació en 2019, dos años después de la primera aventura política de Ventura. En 2022, llegó a tener 12 escaños, para multiplicar por cuatro su representación este domingo. En X, el líder aseguró: “Ayer, Portugal despertó y cambió. Ahora tenemos mucho trabajo, y muchas responsabilidades”.
Desde la creación del partido, Chega ha cultivado un auténtico populismo de derecha, similar al que persiste en varios países europeos, como ocurre con Vox, en España. El partido, que se declara una estructura antisistema, había hecho una promesa de campaña, manifestada durante las reuniones de André Ventura: “Limpiar Portugal”.
Durante varios años el partido ha estado promoviendo una ideología xenófoba, anticorrupción y desafiante contra las élites, alimentada por las contundentes declaraciones de su líder. En 2020, uno de sus comentarios racistas también causó polémica, cuando pidió que una diputada negra fuera “devuelta a su país de origen”.
El lema de Chega recupera el que se usaba durante la dictadura de António Salazar, “Dios, Patria, Familia y Trabajo”. A pesar de eso, Ventura dice no comulgar con el dictador portugués: “Yo no soy salazarista, el partido tampoco, pero esos son buenos valores orientadores de la sociedad”.
A nivel europeo, Ventura cuenta con aliados importantes: la candidata presidencial por Francia, Marine Le Pen, ha ido muchas veces a Portugal a visitar a quien considera un aliado clave. En miras a las elecciones europeas, la ultra francesa decía: “Esperamos con impaciencia la llegada de los eurodiputados de Chega, para que apoyen la fuerza que representamos en el Parlamento Europeo”. La elección de nuevos eurodiputados portugueses sería un movimiento estratégico para engrosar las tropas del grupo Identidad y Democracia, al que pertenece Agrupación Nacional de Le Pen. Este lunes, en la red social X, felicitó a su “amigo” André Ventura “por este gran resultado”.
Al otro lado de sus fronteras, Chega tiene un aliado vital en España: Vox. El líder de la formación ultraderechista, Santiago Abascal, catalogó como “extraordinario” el triunfo de su par portugués.