"Apodado el vicepresidente más poderoso de Estados Unidos", Dick Cheney reinó, con su carácter firme y mano dura, en los dos mandatos de George W. Bush (2001-2009), al punto que fue apodado el "Darth Vader de la Casa Blanca".

En medio del convulsionado Estados Unidos de Donald Trump, su figura vuelve a relucir con la película Vice, que se estrenó el jueves pasado en Chile y que narra su ascenso al poder en Washington. Protagonizada por Christian Bale, quien subió 18 kilos para interpretar a Cheney, la película relata desde su fracaso universitario en Yale hasta cómo movía los hilos del Salón Oval en la era Bush.

El político de 78 años, ahora jubilado, se transformó en un consejero presidencial de primer orden en asuntos de política energética, política exterior y seguridad nacional. Fue uno de los miembros más duros del gobierno Bush, defendiendo la guerra contra Irak en 2003, incluso si ésta no contaba con el respaldo del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. La prensa norteamericana sostiene que también respaldó las políticas de tortura, como el ahogamiento simulado.

Si bien se distanció del Partido Republicano en 2009 por su respaldo al matrimonio homosexual, debido a que su hija Mary es lesbiana, se ha mantenido fiel a la colectividad. Durante los mandatos de Barack Obama realizó duras críticas a ese gobierno en varias entrevistas.

Su legado sigue presente en la familia, debido a que su otra hija, Liz es congresista por Wyoming y al igual que su padre se convirtió en la presidenta de la Conferencia de la Cámara Republicana, el tercer puesto de mayor importancia en la colectividad.

"Ha habido cierta rehabilitación con George W. Bush, en comparación con Donald Trump. Ahora todos lucen mejor. Pero a Dick Cheney le gustaba el hecho que todo el mundo lo llamara Darth Vader. No creo que haya un esfuerzo de su parte para suavizar su imagen", dijo al diario The Guardian, Jack Bernstein, coautor del libro Vice: Dick Cheney and the Hijacking of the American Presidency.