Ya lo había advertido la epidemióloga de la OMS Maria van Kerkhove, que dirigió la estrategia de la Organización Mundial de la Salud durante la crisis. “Si bien no estamos en modo de crisis, no podemos bajar la guardia. Epidemiológicamente, este virus seguirá causando olas”, dijo la experta el pasado 5 de mayo, cuando la entidad comunicó que el Covid-19 ya no era una emergencia de salud global. Y aunque contenida, ha llegado una nueva señal de alarma: desde China, el país donde se inició justamente la pesadilla en diciembre de 2019.
La variante XBB de ómicron, que se ha hecho prevalente en China, ha impulsado un resurgimiento de casos en todo ese país desde fines de abril y se espera que resulte en 40 millones de infecciones por semana para fines de mayo, antes de alcanzar un máximo de 65 millones en junio, informaron medios estatales, citando una presentación del especialista en enfermedades respiratorias Zhong Nanshan, en una conferencia de biotecnología realizada el lunes en la ciudad sureña de Guangzhou.
Según el diario El Mundo, la situación es menos grave que en enero pasado, cuando tras la repentina retirada del gobierno chino de la política Covid Cero, con sus asfixiantes confinamientos para la economía y la sociedad, se produjo una explosión de casos. Entonces hubo 37 millones de infecciones al día y un número indeterminado de muertes (los modelos matemáticos desarrollados en Occidente suponían alrededor de un millón de muertes en tres meses críticos, de finales de diciembre a marzo). Si se llega a los 65 millones de casos semanales previstos para finales de junio, serán unos nueve millones al día, menos de la cuarta parte de la primera ola.
Este segundo peak no supondrá un grave problema de colapso para los hospitales chinos, dijo a la prensa el Dr. Wang Guangfa, especialista del Hospital de la Universidad de Pekín. La primera ola del invierno pasado afectó a cerca del 80% de la población de las grandes ciudades, provocando un fenómeno de inmunización que se está desvaneciendo seis meses después. El periódico español indicó que el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Beijing dejó de proporcionar boletines estadísticos semanales sobre el número de infecciones por Covid-19 desde principios de mayo, pero ha señalado que en China la variante XBB ha pasado de suponer el 0,2% de los casos de Covid en febrero al 83,6% en la actualidad.
Y aunque el virus es capaz de girar en cualquier punto, evolucionando hacia una versión más letal de sí mismo, hasta ahora no lo ha hecho, y la posibilidad de que lo haga no es mayor en China que en el resto del mundo, donde el virus también se está propagando sin control, dijo a la revista Fortune Ali Mokdad, profesor del Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington.
En el foro de Guangzhou, Zhong, quien es director del Centro Nacional de Investigación Clínica de Enfermedades Respiratorias, también pidió que los grupos vulnerables, como las personas con enfermedades subyacentes y los ancianos, se vuelvan a vacunar, y señaló que la inmunidad de las personas desde su último contagio se ha debilitado y que incluso aquellos que estaban infectados anteriormente podrían volver a contraer el virus debido a sus mutaciones.
El experto dijo que China pronto tendrá disponibles vacunas contra el Covid de cosecha propia para hacer frente a las cepas, incluida la XBB. El regulador de medicamentos del país ya ha dado la aprobación preliminar a dos, mientras que otras tres o cuatro “serán autorizadas pronto”, dijo Zhong. “Podemos liderar el desarrollo internacional de vacunas más efectivas”.
El lote de dosis específicas de XBB también se sumará a un número creciente de inmunizaciones de cosecha propia que Beijing ha aprobado durante la pandemia, y está en línea con una recomendación de un panel de expertos de la Organización Mundial de la Salud, que la semana pasada aconsejó dejar de usar la cepa original de Wuhan para tomas futuras.
WestVac Biopharma, un desarrollador de vacunas con sede en la ciudad china occidental de Chengdu, también obtuvo el visto bueno para comenzar a probar sus inyecciones basadas en XBB en humanos la semana pasada, informó el diario La Vanguardia.
Joey Wang, de 24 años, estudiante de la provincia de Hebei, dijo que esta vez muchas personas encontraban los síntomas de Covid menos graves. Pero los temores públicos también parecen haberse aliviado con el cambio en los mensajes del gobierno.
“No más medios de comunicación que traten de aterrorizar al público, no más videos cortos del tipo ‘combatir la pandemia’ para alertar a las personas, y no más medidas duras como el confinamiento”, señaló Wang citado por NBC News.
La respuesta moderada del gobierno chino se produce cuando intenta reactivar la economía y tranquilizar a las empresas estadounidenses y extranjeras, que reaccionarían negativamente al regreso de las restricciones.
“La aplicación de Covid Cero interrumpió mucho los negocios”, comentó a la cadena norteamericana Michael Hart, presidente de la Cámara de Comercio Estadounidense en China. “Y por eso le dijimos una y otra vez al gobierno chino, lo que las empresas necesitan es estabilidad, claridad, para que puedan planificarse”, añadió.
Los contagios, informa el sitio Caixin Global, aumentaron en China después de que Beijing abandonara su política de Covid Cero a fines del año pasado. La primera ola después de la reapertura se había desvanecido a principios de febrero. La semana pasada, Zhong dijo que alrededor del 85% de los 1.400 millones de habitantes de China ha sido infectado con el virus, según el periódico oficial del Ministerio de Ciencia y Tecnología.