Con pompa y esplendor, China dio la bienvenida este miércoles a representantes de al menos 53 países africanos que se encuentran en Beijing para la cumbre 2024 del Foro de Cooperación China-África (Focac). Entre los representantes, asistieron jefes de Estado y delegados ministeriales, que fueron recibidos con alfombra roja en el aeropuerto y un espectáculo vibrante de bailarines en trajes coloridos.
La bienvenida fue cuidadosamente coreografiada para hacer sentir a los líderes que se trataba de una reunión entre iguales. “Nos conocemos por muy lejos que estemos, pero seguimos siendo vecinos a miles de kilómetros de distancia. He visitado África 10 veces y he recibido a muchos líderes africanos en China”, dijo el presidente de China, Xi Jinping, en el brindis durante el banquete de bienvenida a los líderes, según informó la agencia Xinhua.
También dijo que mientras los 2.800 millones habitantes de África y China permanezcan unidos, lograrán “brillantez en el camino hacia la modernización”. Durante la cumbre de tres días, se espera que Beijing, el mayor prestamista e inversor del continente, reciba en cuatro cumbres generales y reuniones bilaterales con Xi a los diferentes líderes africanos, para debatir políticas y acuerdos de cooperación sobre industrialización, avances agrícolas, seguridad y cooperación en relación con la iniciativa de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, un proyecto masivo que apunta a conectar varios continentes con China mediante infraestructura física.
China, que actualmente es la segunda economía más grande del mundo, es el mayor socio comercial de África, con un comercio bilateral que alcanzó los 167.800 millones de dólares en el primer semestre de este año. Según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), una quinta parte de las exportaciones de África se destinan a China, y la mayor parte de ellas son metales, productos minerales y combustibles.
Los préstamos otorgados por China a países africanos en 2023 alcanzaron su nivel más alto en cinco años, según una base de datos de la Universidad de Boston. Los principales países prestatarios fueron Angola, Etiopía, Egipto, Nigeria y Kenia.
Pero el monto de los préstamos, 4.610 millones de dólares, ha disminuido en comparación con los máximos alcanzados en 2016, cuando ascendieron a casi 30.000 millones de dólares.
Los líderes africanos en conversaciones con Beijing enfrentan serias dificultades para cumplir con sus deudas a China, lo que ha llevado a que los críticos del gigante asiático acusen a Beijing de atraer a los países africanos a importantes acuerdos de préstamos que les resulta difícil pagar, lo que le permite luego apoderarse de activos lucrativos, una práctica que algunos llaman “diplomacia de la trampa de la deuda”.
Los acuerdos alcanzados en cumbres anteriores han permitido a Beijing acceder a los mercados de materias primas de África sin igual, así como generar inversiones en dólares para los países africanos. Ahora, se espera que China corteje a los líderes africanos con más dólares de inversión y presione para mejorar el acceso a minerales importantes como el litio, el cobre y el cobalto, que actualmente extrae en la República Democrática del Congo (RDC), Zimbabwe, Botswana y otros países.
Los países africanos buscarán soluciones de financiamiento más rápidas para su creciente crisis de deuda en todo el continente, junto con nuevas promesas de inversión que generen empleo. Ello, a través de “proyectos de conectividad, infraestructura de redes, muchos proyectos nuevos de energía, paneles solares e iniciativas de movilidad verde”, según dijo Eric Olander, director general del China Global South Project (CGSP), a Radio Francia Internacional.
Ya cuatro países cerraron filas con el gigante asiático. Chad y Senegal firmaron múltiples acuerdos que involucran proyectos de electricidad, infraestructura, agua potable y tecnología de comunicaciones. Mientras que Tanzania y Zambia firmaron con China un acuerdo para rehabilitar el ferrocarril TAZARA, de 1.860 kilómetros, construido entre 1970 y 1975 con financiamiento de Beijing.
La cumbre se celebra en un momento en que China está contrarrestando cada vez más la influencia de Estados Unidos y Europa en África y otras regiones en desarrollo, en su ascenso hacia la condición de superpotencia mundial. Los acuerdos alcanzados en este foro, que se celebra cada tres años desde el 2000, determinarán el rumbo de las relaciones entre China y África hasta 2027.
Para Beijing, la cumbre representa una “enorme oportunidad diplomática de hacer alarde de su prominencia en el escenario mundial”, afirmó Jana de Kluiver, investigadora del Instituto de Estudios de Seguridad, con sede en Sudáfrica, a la cadena Al Jazeera. Tener a los líderes africanos como aliados significa que Beijing puede ejercer influencia diplomática en las Naciones Unidas, añadió.
“África es importante para China debido a la fuerza de sus votos en la Asamblea General de las Naciones Unidas. Esas fotos con líderes africanos, esos grandes titulares en los periódicos, serán muy importantes para el presidente Xi”, dijo De Kluiver. El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, fue el invitado especial de la cumbre, mientras que varias organizaciones internacionales y regionales también asistirán en calidad de observadores.