China fijó un modesto objetivo de crecimiento económico para este año, en torno al 5%, según un informe de trabajo del Gobierno, en el arranque el domingo de la sesión anual de la Asamblea Popular Nacional (APN), que pondrá en marcha la mayor remodelación del Gobierno en una década.
En un documento, el primer ministro saliente, Li Keqiang, afirmó que era esencial dar prioridad a la estabilidad económica, estableciendo la meta de crear unos 12 millones de empleos urbanos este año, por encima del objetivo del año pasado de al menos 11 millones.
El producto interior bruto (PIB) de China creció solo un 3% el año pasado, uno de sus peores resultados en décadas, lastrado por tres años de restricciones por el COVID-19, la crisis de su vasto sector inmobiliario, una represión a la empresa privada y el debilitamiento de la demanda de exportaciones chinas.
Li fijó un objetivo de déficit presupuestario del 3,0% del PIB, frente al 2,8% del año pasado. “La inflación mundial sigue siendo alta, el crecimiento económico y comercial mundial está perdiendo fuelle, y los intentos externos de reprimir y contener a China se están intensificando”, dijo Li durante su discurso de apertura en el Parlamento, que se prolongará hasta el 13 de marzo.
“En el interior, es preciso consolidar los cimientos de un crecimiento estable, la insuficiencia de la demanda sigue siendo un problema agudo y las expectativas de los inversores privados y las empresas son inestables”, dijo.
El objetivo de este año, en torno al 5%, se sitúa en el extremo inferior de las expectativas. Fuentes políticas habían declarado recientemente a Reuters que podría fijarse una horquilla de hasta el 6%, además la meta es menor a la del año pasado, en torno al 5,5%.
Alfredo Montufar-Helu, director del Centro de China del Conference Board, con sede en Pekín, dijo que fijar un objetivo de crecimiento más alto habría requerido un estímulo masivo y “exacerbado los desequilibrios estructurales que China está tratando de resolver para alcanzar sus objetivos de desarrollo a largo plazo”.
El objetivo más bajo está más al alcance, dijo, y “reconoce que la economía china se enfrentará a importantes escollos este año”.
El planificador estatal chino dijo que su meta es aumentar los ingresos de las rentas bajas e incorporar a más personas al grupo de rentas medias, para lo cual anunció estímulos al consumo, aunque no llegó a ofrecer gastos directo, como reparto de efectivo.
Para impulsar el crecimiento, el Gobierno tiene previsto seguir su línea de gasto en infraestructuras, aumentando la financiación de grandes proyectos con 3,8 billones de yuanes (550.000 millones de dólares) en bonos especiales de los gobiernos locales, frente a los 3,65 billones de yuanes del año pasado.
Li, de 67 años, y un grupo de funcionarios políticos más reformistas se retirarán durante el congreso, dejando paso a los leales al presidente Xi Jinping, que reforzó aún más su control del poder cuando se aseguró un tercer mandato sin precedentes en el Congreso del Partido Comunista de octubre.
Durante la asamblea, se espera que el antiguo jefe del partido en Shanghái, Li Qiang, de 63 años y un aliado de Xi, sea confirmado como primer ministro, encargado de revitalizar la segunda mayor economía del mundo.
El Parlamento también discutirá los planes de Xi para una reorganización “intensiva” y de “amplio alcance” de las entidades estatales y del Partido Comunista, informaron el martes medios de comunicación. Analistas esperan una mayor penetración del Partido Comunista en los organismos estatales.
Aumento del gasto militar
Li dijo que las fuerzas armadas chinas deberían dedicar más energía al entrenamiento en condiciones de combate y aumentar la preparación para el enfrentamiento.
El presupuesto incluye un aumento del 7,2% en el gasto de defensa este año, un incremento ligeramente mayor que el presupuestado el año pasado, del 7,1%, y de nuevo superior al crecimiento previsto del PIB.
Sobre Taiwán, Li adoptó un tono moderado, afirmando que China debe promover el desarrollo tranquilo de las relaciones a través del Estrecho y avanzar en el proceso de “reunificación pacífica” de China, pero también tomar medidas decididas para oponerse a la independencia de Taiwán.
Pekín se enfrenta a múltiples retos, entre ellos unas relaciones cada vez más tensas con Estados Unidos, que intenta bloquear su acceso a la tecnología punta, y un deterioro de las perspectivas demográficas, con una caída de la natalidad y un descenso de la población el año pasado por primera vez desde la hambruna de 1961.
China planea reducir los costos de los partos, el cuidado de los niños y la educación, y responderá activamente al envejecimiento de la población y al descenso de la fertilidad, dijo el planificador estatal en el informe de trabajo publicado el domingo.
La APN se inauguró en un día de niebla tóxica y fuertes medidas de seguridad en la capital china, con 2.948 delegados reunidos en el Gran Salón del Pueblo, en el lado oeste de la plaza de Tiananmen.
Durante la sesión, el poder legislativo chino votará un plan de reforma de las instituciones del Consejo de Estado, o gabinete, y decidirá su nueva composición para los próximos cinco años, según el orden del día de la reunión.