No busques una traducción al mandarín de los caracteres que componen los apodos de estos dos pandas, no la hay. Pero como siempre ha ocurrido desde el principio de la “diplomacia panda”, “Baoli” el macho y “QingBao” la hembra, enviados por China, actuarán como “pandembajadores” para los visitantes del Smithsonian National Zoo de Washington.
Se trata de un asunto muy serio: el regreso de una pareja de pandas gigantes a Estados Unidos fue tratado directamente por Xi Jinping y Joe Biden cuando los presidentes chino y estadounidense reanudaron las conversaciones el pasado noviembre en San Francisco.
Este acuerdo llega poco más de un año después de la repatriación de tres osos veganos a China, interpretada como una señal de las tensiones entre las dos superpotencias. En aquel momento, las redes chinas despotricaron contra el supuesto maltrato de los animales por parte de los cuidadores estadounidenses.
La misma indignación han expresado hoy algunos internautas, que dicen no entender la “diplomacia del panda” que pondría en peligro a las bolas de pelo, elevadas a la categoría de tesoro nacional.
Consultas técnicas
Como siempre, el acuerdo incluye disposiciones financieras y técnicas para garantizar que Baoli y Qingbao “lleven una vida sana en Estados Unidos”. Según los medios estatales chinos, veterinarios chinos visitaron la capital estadounidense tres veces en el primer semestre de este año para proporcionar “asesoramiento sobre la renovación del lugar y consultas técnicas, aclarando los requisitos del nivel de vida de los pandas gigantes”.
Por parte estadounidense, se espera con impaciencia la inminente llegada de la nueva pareja de úrsidos herbívoros. Brandie Smith, directora del zoo, lo ha calificado de “momento histórico”. Es ”a prueba de que nuestra colaboración con nuestros colegas chinos ha tenido un impacto irrefutable”, afirmó.
“Gracias a esta asociación, hemos aumentado la población de pandas, hemos avanzado en nuestra comprensión compartida de cómo cuidar a este querido úrsido y hemos aprendido lo que hay que hacer para proteger a los pandas salvajes y preservar su hábitat natural”, añadió, según informa AFP.
China lleva utilizando la llamada “diplomacia del panda” desde 1972, cuando se enviaron los primeros animales a Estados Unidos como regalo, tras la histórica visita del entonces presidente Richard Nixon a la nación comunista.
Las tensas relaciones entre las superpotencias rivales en los últimos años han llevado a Pekín a reclamar algunos de los pandas de vuelta a casa.