Un ciberataque global en mayo de 2017, mediante herramientas que se cree fueron desarrolladas por la Agencia de Seguridad Nacional de EE.UU., infectó a computadores en 150 países, entre los que estaban los del National Health Service (NHS), el servicio de salud británico.
Según explicó el diario The Daily Telegraph, en partes de Inglaterra los hospitales, así como los consultorios, se vieron obligados a rechazar pacientes y cancelar sus citas luego que los computadores fueran infectados con el cibersecuestro de datos, ya que provocó una confusión en la información y los computadores comenzaron a pedir entre US$ 300 a US$ 600 para restaurar el acceso. Tal fue el caos, que se aconsejó a las personas en las áreas afectadas que buscaran ayuda solo en casos de emergencias.
El malware se llamaba Wanna Decryptor y afectó a 16 organizaciones de salud en Inglaterra y Escocia. El personal tuvo que volver a utilizar el lápiz y el papel para anotar la información de los pacientes y comenzaron a usar sus propios teléfonos celulares, ya que el programa también afectó este servicio.
La ciberbanda Shadow Brokers fue responsabilizada por el hackeo, que también afectó a empresas como la estadounidense FedEx y Telefónica de España. Más de 300 mil computadores se vieron afectados principalmente en Rusia, Taiwán, Ucrania e India.