La naturaleza no le da tregua al sur de África. En su devastador paso por Mozambique, Zimbabwe y Malawi, el ciclón Idai provocó a mediados de marzo más de 800 muertos y 200 mil desplazados, en una de las mayores tragedias del continente. "El mundo tiende a responder principalmente a las principales amenazas a la seguridad mundial desde África. Los desafíos que no amenazan la estabilidad global generalmente no son una prioridad. El problema de Idai es aún más oscuro porque afecta solo a partes del sur de África: Mozambique, Zimbabwe, Malawi y Madagascar", dijo a La Tercera el analista polìtico Soji Adelaja.
La tormenta que azotó al sureste del continente el pasado 14 de marzo, dejó a dos millones de damnificados sólo en Mozambique. "Los tres países necesitan US$ 392 millones para los próximos tres meses y hasta ahora solo se han registrado 46 millones de dólares en el Sistema de Seguimiento Financiero", afirmó la vicesecretaria general de la ONU, Amina Mohammed.
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FOTO: REUTERS[/caption]
En Mozambique, el país más afectado, el daño abarca 3.000 kilómetros cuadrados, área que se encuentra totalmente inundada. La magnitud de la tragedia se hace visible con sobrecogedoras postales: hogares destruidos, personas desplazadas y calles anegadas. Las consecuencias de esta tragedia son múltiples y se han hecho sentir en cada ámbito de la vida de las víctimas. "Las condiciones en todos los países afectados por el ciclón se están deteriorando. El acceso a los alimentos, el agua y el refugio es limitado y está a cargo de algunas organizaciones humanitarias internacionales. Sin embargo, se requiere más" explica a La Tercera la politóloga de la Universidad de Sudáfrica, Jo-Ansie van Wyk.
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A los daños y el peligro que representan la escasez y el nulo acceso a servicios básicos, se une el riesgo de padecer malaria o cólera, apareciendo ya los primeros casos en Mozambique. "Este ciclón ha creado una gran crisis humanitaria, con cientos de miles de personas que necesitan asistencia humanitaria. Los impactos en el medio ambiente, la salud y otros también han sido significativos" afirma Adelaja. Hasta el lunes se habían contado 1.052 casos de cólera. Esta cifra ya era más del doble de las 500 camas disponibles en siete centros de tratamiento de cólera en toda la región, aunque la Organización Mundial de Salud (OMS) dijo planeaba "aumentar el cupo de manera significativa".
Los expertos sostienen que existe una falta de atención global tras el paso del ciclón, la cual tiene repercusiones en múltiples áreas de la sociedad, las que pueden extenderse por años. "Puede ser que los medios globales no quieran informar sobre estas condiciones. Hay una percepción africana de que las vidas africanas valen menos que las vidas del norte industrializado" sostiene la académica Van Wyk.
"Los países afectados por el ciclón han experimentado dificultades económicas antes de Idai. El ciclón ha agravado estos problemas, ya que el costo de reparación y restauración será extremadamente alto. No creo que ninguno de los gobiernos pueda financiarlo", concluye Van Wyk.