Científicos del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), dependiente del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades de España confirmaron la presencia del virus de la gripe aviar altamente patogénica por primera vez en la Antártica.

El virus fue encontrado en dos muestras de skuas muertas, son también conocidas como págalos y están emparentados con las gaviotas. Las aves fueron halladas por científicos argentinos en las proximidades de su base “Primavera”.

Las muestras se obtuvieron usando las medidas de protección correspondientes para evitar la transmisión del virus a las personas. Una vez en posesión de estas, se procedió a inactivarlas inmediatamente para permitir su estudio en forma segura. Luego las muestras fueron transportadas por un buque argentino de la Patrulla Antártica Combinada a la Base Antártica Española “Gabriel de Castilla” ubicada en la Isla Decepción.

Ahí, fueron analizadas por los investigadores del CSIC, Ángela Vázquez y Antonio Alcamí. Los análisis mostraron de forma concluyente que las aves estaban infectadas con el subtipo H5 de gripe aviar y al menos una de las aves muertas contenía el virus altamente patogénico de la gripe aviar.

Este descubrimiento demuestra por primera vez que el virus de la gripe aviar ha llegado a la Antártida a pesar de la distancia y barreras naturales que la separan de otros continentes. Este hallazgo podría explicar, además, las mortandades de aves registradas durante el verano antártico, las cuales no tenían motivo conocido.

La confirmación se logró con la colaboración internacional, especialmente con Argentina, y a la coordinación del Comité Polar Español. Las organizaciones internacionales antárticas que han colaborado han sido: Scientific Committee for Antarctic Research (SCAR) y Council of Managers of National Antarctic Programs (COMNAP), que han sido informadas de los descubrimientos, tal como lo exige el Tratado Antártico.

El descubrimiento del virus permitirá a los programas polares estar preparados para evitar la transmisión de la infección y, sobre todo, el contagio a personas.