Cierre de consulados: el nuevo eje de la “guerra fría” 2.0 entre China y EE.UU.
Beijing ordenó el cierre del consulado estadounidense en Chengu, luego que Washington hiciera lo propio con la sede diplomática china en Houston.
Cuatro décadas después de que EE.UU. estableciera relaciones diplomáticas con China, las tensiones entre ambas potencias pueden haber alcanzado un momento crucial. En un nuevo eje de tensión en la llamada “guerra fría” 2.0, Beijing ordenó el cierre del consulado norteamericano en Chengu, tres días después de que Washington hiciera lo propio con el consulado chino en Houston, que preparaba su evacuación, en medio de acusaciones mutuas de espionaje.
“Algunos empleados del consulado de EE.UU. de Chengdu se han librado actividades que van más allá de sus funciones, se han inmiscuido en los asuntos internos de China y han puesto en peligro la seguridad e intereses chinos”, acusó el portavoz de la Cancillería china, Wang Wenbin.
“Nuestra decisión de ordenar el cierre del consulado de China en Houston fue tomada para proteger la propiedad intelectual estadounidense y la información privada de los estadounidenses”, retrucó el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional John Ullyot. “Instamos al Partido Comunista de China (PCCh) a cesar estas malignas acciones, en lugar de iniciar represalias ojo por ojo”, agregó.
Esta disputa tiene lugar en medio de otro episodio de tensión diplomática entre ambos países. El Departamento de Justicia de EE.UU. confirmó la detención del último de los cuatro presuntos integrantes del Ejército chino acusados de infiltrarse en el país tras cometer fraude de identidad en sus visas de entrada. La acusada se entregó a las autoridades estadounidenses la noche del jueves tras recibir albergue en el consulado chino de San Francisco.
La tensión entre China y EE.UU., ya alimentada por las disputas comerciales y las acusaciones mutuas sobre el origen de la pandemia, ha aumentado en las últimas semanas con la imposición por parte de Beijing de una Ley de Seguridad Nacional en Hong Kong. En otro punto de conflicto, Washington acusa a Beijing de violación de los DD.HH. contra la minoría uigur en Xinjiang.
Hace dos semanas, el ministro chino de RR.EE., Wang Yi, preguntó en voz alta si las relaciones podrían mantenerse normales. El jueves, el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, respondió: Llegó la hora de cambiar de curso. “Si el mundo no cambia a la China comunista, la China comunista cambiará al mundo”, dijo Pompeo y recordó que en los 70, el expresidente Richard Nixon decidió abrir el mundo al PCCh y luego manifestó sus preocupaciones por esa elección.
“El discurso de Pompeo es la nueva declaración de guerra fría de EE.UU.”, dijo Shi Yinhong, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Renmin, a The New York Times. “La nueva realidad es que las relaciones China-EE.UU. no están entrando en ‘una nueva guerra fría’, sino que están entrando en una ‘guerra suave’”, matizó Zhao Kejin, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad de Tsinghua.
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