Un grupo de nueve hombres, miembros del “brazo militar” del grupo Reichsbürger (Ciudadanos del Reich), fue juzgado en Alemania el pasado 29 de abril por alta traición, intento de asesinato y de planear un violento golpe de estado en 2022. La audiencia en una sala del tribunal de máxima seguridad en Stuttgart marcó el primero de tres juicios maratónicos de 27 personas en total acusadas de conspirar en un complot frustrado por las autoridades a finales de 2022.
El movimiento Ciudadanos del Reich es un grupo de unas 20.000 personas con carácter de secta fundado en 1985 que no acepta la Constitución alemana y que se propone restablecer la monarquía. Se niegan a pagar impuestos, imprimen su propio dinero y tienen hasta su propio documento de identidad, todo de un valor meramente imaginario, según explica Radio Francia Internacional.
Los Reichsbürgers creen que son ciudadanos de una Alemania anterior (el Reich alemán anterior a la Primera Guerra Mundial) que ha sido usurpada por la actual República Federal. Consideran además que la República Federal de Alemania de la posguerra no tiene una Constitución válida, que la República Federal no es en absoluto un Estado, sino una empresa privada, y que Alemania sigue bajo ocupación aliada.
“La creencia principal es que Alemania no es un Estado, sino una empresa privada (sociedad de responsabilidad limitada) propiedad de los Estados Unidos de América”, señala a La Tercera el académico Ulrich Battis, jurista experto en derecho constitucional.
Otra creencia fundamental de los Reichsbürger “es que la Segunda Guerra Mundial nunca terminó y que todavía existe el Kaiserreich (el Segundo Reich), y que ese sería el gobierno legítimo”, indica a La Tercera Katharina Nocun, autora de varios libros sobre ideologías conspirativas asociadas al extremismo de derecha, activista en derechos digitales y exportavoz del Partido Pirata de Alemania.
“Ellos dan diferentes explicaciones: algunos suponen que Alemania sigue ocupada porque no hubo tratados de paz después de la Segunda Guerra Mundial. Algunos piensan que la RFA es una empresa porque carece de una Constitución democráticamente legitimada. Por eso algunos Reichsbürgers piensan que pueden decir ‘renuncié’ y cancelar el contrato entre ellos y la RFA porque las leyes de la RFA ya no sirvan para ellos. Y algunos afirman que el Reich alemán de 1871 todavía existe pero actualmente es incapaz de actuar, por lo que quieren ayudar a reactivarlo”, explica a La Tercera Andrea Kreschmann, socióloga y decana en la Escuela de Estudios Culturales de la Universidad Leuphana.
Pese a compartir ideologías de extrema derecha, los Ciudadanos del Reich se diferencian del partido Alternativa para Alemania (AfD), el segundo partido con mayor intención de voto en el país, solo detrás de la Unión Cristiano Demócrata (CDU). “Muchos Reichsbürgers no votan porque son muy escépticos con respecto al orden actual y, por tanto, a los partidos que participan en él en general. Esto también significa que una gran parte se muestra escéptica respecto a Alternativa para Alemania. Sin embargo, cuando se trata de qué partidos son los más cercanos al movimiento, por supuesto que hay similitudes”, indica Kreschmann.
Algunos Reichsbürger se niegan a pagar multas e impuestos, ignoran órdenes judiciales o declaran sus propios “territorios nacionales”, a los que dan nombres como “Segundo Imperio Alemán”, “Estado Libre de Prusia” o “Principado de Germania”. Los Reichsbürger a veces imprimen sus propios pasaportes y permisos de conducir, o se declaran monarcas, según explica la cadena alemana Deutsche Welle.
El movimiento, que surgió originalmente en la década de 1980, está formado por grupos organizados e individuos de toda Alemania, que albergan diversos grados de resistencia al Estado y sus órganos administrativos. Fundado por el Príncipe Reuss, un empresario antisemita de linaje aristocrático de Turingia, el movimiento busca derrocar el orden estatal mediante la violencia y establecer un nuevo Estado alemán basado en las fronteras de 1937.
Desde 2016, la Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV), el servicio de inteligencia interna de Alemania encargado de monitorear grupos extremistas, ha estado observando a los Reichsbürger. En 2021, estimó que había alrededor de 21.000 seguidores que no reconocen a la Alemania moderna como legítima. Para 2022, esta cifra aumentó a unos 23.000, con más del 5% identificado como extremistas de extrema derecha. Además, desde 2019, la BfV ha registrado un constante aumento de delitos vinculados a los Reichsbürger, y en los últimos años se han revocado miles de permisos de porte de armas de fuego.
“Los ciudadanos del Reich están muy presentes en los medios, pero no está tan claro cuántos son. Según mi investigación, creo que es mucho más (que la estimación de la BfV), porque en los grupos de Telegram donde chatean hay entre 100.000 y 150.000 personas”, dice Kreschmann. “Los Reichsbürger operan encubiertos en pequeños grupos y tienen una estructura fuertemente definida. Tienen conexiones con seguidores de teorías de conspiración, miembros de QAnon, negacionistas del Covid y movimientos fascistas, incluidos sectores del partido de derecha AfD”, detalla Battis.
El 7 de diciembre de 2022, la policía alemana detuvo a 25 individuos vinculados al movimiento Reichsbürger, entre ellos exoficiales del Ejército y miembros de extrema derecha, acusados de planear un golpe de Estado al Parlamento alemán. Recién el 29 de abril, los conspiradores llegaron los tribunales enfrentando cargos por terrorismo. No comparecieron todos juntos, ya que las autoridades decidieron celebrar no uno, sino tres juicios, debido al número de acusados.
“Aunque inicialmente hubo cierta preocupación por las amenazas potenciales que este grupo podría representar, los Reichsbürger no fueron tomados demasiado en serio en los medios y, en ocasiones, fueron retratados como un grupo de monstruos”, indica Battis, añadiendo que fue tras el intento de golpe de Estado que recién el movimiento “atrajo mucha atención y la discusión se centró más en la preocupación real por este y otros grupos de derecha similares”.
“Lo que es muy amenazador acerca de este grupo específico es que tenía algunos miembros que tenían conexiones con la Bundeswehr alemana, es decir, el Ejército, y también tenían personas que están o estaban empleadas o tenían algunas conexiones con otras ramas del Estado, como un exjuez o alguien que solía trabajar para la policía”, afirma Nocun. “Durante mucho tiempo, el movimiento estuvo bastante patologizado, a pesar de que los servicios de seguridad lo han estado observando durante muchos años. Muchos creían que sus miembros estaban locos y que no era necesario tomar el movimiento en serio”, dice Kreschmann.
“Creo que la visión de la policía también cambió sobre este movimiento en 2016, cuando un Reichsbürger mató a un policía en Georgensgmünd, Baviera, porque intentaron registrar su casa y comenzó a disparar contra la policía y uno de ellos recibió un disparo. Y creo que este fue un punto de inflexión. Hubo un cambio al menos en algunas áreas de la policía y los departamentos de seguridad que dijeron ‘esto es una amenaza real’”, agrega.
“Por ejemplo, en algunas zonas de Alemania, las autoridades fiscales incluso dan consejos oficiales sobre cómo tratar con un Reichsbürger. Porque estas personas son muy intensas cuando tienes contacto con ellas porque intentarán discutir todo y, a veces, serán agresivas. Y esto también es a veces un problema en el sistema legal porque incluso empiezan a discutir legalmente diciendo ‘no pagaré mis impuestos debido a un documento de, no sé, hace 100 años’. Y eso es una argumentación no basada en un juicio jurídico legítimo”, cuenta Nocun.
Los investigadores del caso al intento asalto al Bundestag de 2022, no creen que el golpe hubiera funcionado, pero están convencidos de que los primeros pasos podrían haber causado daños inmensos, según indica el programa de televisión alemán Taggeschau, que estuvo presente durante la primera audiencia judicial contra el grupo. “Hoy en día, la obstrucción de los miembros del Reichsbürger ante los tribunales perturba el procedimiento de las autoridades, ya que algunos miembros atacan con violencia. Varios funcionarios y agentes de policía fueron violados o incluso asesinados”, indica el jurista Battis.
Uno de los acusados, al que se hace referencia en los documentos del juicio como Markus L., también es responsabilizado por un intento de asesinato, ya que disparó e hirió gravemente a un policía mientras se resistía a un arresto en Reutlingen, dicen los fiscales. En el grupo formado por un exsoldado de élite y un soldado activo con un enorme arsenal de armas, tenían acumulado 500.000 euros en efectivo, además de 380 armas de fuego, 350 blancas -cortantes y punzantes- 148.000 cartuchos de munición, según Taggeschau.
Pese a ser un grupo creciente, los expertos coinciden en que no es probable que lleguen a ocupar cargos políticos. “El movimiento Reichsbürger es simplemente demasiado oscuro para atraer a un gran número de seguidores”, indica Battis. “No veo que haya un nuevo partido. No es poco realista que las personas que creen en algunas narrativas del movimiento Reichsbürger prefieran votar a AfD que a cualquier otro partido”, afirma Nocun.
El próximo 21 de mayo, otros nueve Ciudadanos del Reich, considerados los cerebros del intento de golpe de Estado -el príncipe Reuss, un exdiputado de extrema derecha y un exoficial de alto rango del Ejército- serán juzgados en Frankfurt. A partir del 18 de junio se celebrará un tercer juicio en Múnich contra los últimos ocho miembros detenidos en 2022, que tuvieron un papel secundario.
Inicialmente se iba a juzgar a 27 personas: las 25 detenidas el 7 de diciembre de 2022, más otras dos que fueron detenidas posteriormente. Como uno de ellos ha fallecido desde entonces, sólo 26 comparecerán finalmente ante el tribunal. En conjunto, los tres juicios representan uno de los procedimientos legales más grandes de la historia de Alemania.
Nota aclaratoria: El título del artículo fue modificado de “Ciudadanos del Reich: Los nostálgicos de Hitler que impacta a Alemania” a “Ciudadanos del Reich: Los nostálgicos del Káiser que impacta a Alemania”, debido a una imprecisión en las fechas de los Reichs en Alemania. Los Reichsbürger extrañan el período del Imperio Alemán (o Segundo Reich, en alemán Kaiserreich) que comenzó en 1871 y culminó en 1918, con el fin de la Primera Guerra Mundial.