A un año desde que comenzó la guerra de Israel en Gaza, miles de personas se encuentran atrapadas en el norte del enclave palestino debido a la última ofensiva israelí y unos 50 mil niños podrían estar viviendo sin sus padres.
Según la ONG Comité Internacional de Rescate (IRC), entre los grupos más vulnerables se encuentran los niños no acompañados y separados de sus padres. Se estima que alrededor de 17.000 niños podrían estar no acompañados o separados de sus padres y cuidadores, pero basándose en la experiencia previa de otras crisis, el IRC cree que esta cifra puede ser tres veces mayor.
La investigación del IRC ha descubierto que el riesgo de separación familiar ha aumentado drásticamente en los últimos meses, exacerbado por múltiples rondas de desplazamientos, arrestos, órdenes de evacuación israelíes y muertes. De hecho, algunos niños han sido encontrados viviendo solos en hospitales.
Incluso antes de la última escalada, al menos medio millón de niños de Gaza necesitaban apoyo psicosocial y de salud mental. Ahora, la carga de ser testigos de acontecimientos profundamente angustiantes, desplazamientos múltiples y falta de seguridad significa que todos los niños, padres y cuidadores de Gaza están experimentando traumas que podrían requerir apoyo psicosocial y de salud mental a largo plazo, apunta la ONG.
La organización señaló en su informe que “el estrés tóxico que sigue produciéndose a causa de la violencia y el desplazamiento provocará problemas de salud a largo plazo para los niños”. “Actualmente no hay lugares seguros para los civiles en Gaza, y los niños sufren de forma más aguda los efectos negativos. Existe una necesidad urgente de apoyo para los niños mediante actividades psicosociales o espacios seguros. Sin esto, existe un riesgo significativo de que se produzcan efectos a largo plazo en su desarrollo, incluido el desarrollo cerebral. La situación exige urgentemente apoyo e intervención internacionales para mitigar estos efectos a largo plazo y apoyar la resiliencia y la recuperación de toda una generación de niños palestinos”, indicó el reporte.
“En Gaza, los niños son el grupo más vulnerable y sus necesidades básicas, especialmente su sensación de seguridad, se han vuelto inexistentes”, dijo Faten Abu Mousa, gerente de Protección Infantil del IRC en Gaza.
Por otro lado, la organización señaló que Gaza se enfrenta ahora a una crisis alimentaria sin precedentes, en la que su población, de 2,2 millones de personas, se encuentra en una situación de crisis o de niveles peores de inseguridad alimentaria aguda, la proporción más alta jamás registrada en una zona o país. Incluso antes de esta crisis, la desnutrición crónica ya era un problema en Gaza, lo que significa que, con la afluencia de nuevos casos de desnutrición aguda, los equipos del IRC en Gaza están observando un aumento de las tasas de desnutrición grave y aguda en niños menores de cinco años.
Si bien los socios humanitarios pueden tratar los casos en la “zona segura” designada por Israel, las operaciones humanitarias para tratar a los niños en el norte están severamente restringidas debido a la prohibición del acceso y a las hostilidades, advierte la ONG.
Incluso si un niño sobrevive a la desnutrición aguda, a menudo se enfrentará a consecuencias a largo plazo para su salud y necesitará apoyo durante toda la vida. La desnutrición prolongada puede afectar negativamente al desarrollo físico y mental, incluido el retraso del crecimiento.
Los niños de Gaza han perdido ya un año de educación debido a la destrucción de los edificios escolares y al colapso del sistema educativo. Los informes sugieren que el impacto de la guerra y el trauma retrasarán la educación de los niños de Gaza hasta cinco años. La ausencia de escolarización durante más de un año significa que los niños no sólo están retrasados en su desarrollo, sino que también han perdido el acceso a espacios seguros que las escuelas les habrían proporcionado anteriormente.
“Los niños son los más afectados por esta guerra y está claro que, sin un alto el fuego inmediato y duradero, las consecuencias a largo plazo no harán más que empeorar. El estrés tóxico prolongado provocado por la violencia y el desplazamiento puede provocar problemas de salud a largo plazo para los niños. Sin apoyo mediante actividades psicosociales o espacios seguros para los niños, existe un riesgo significativo de que se produzcan consecuencias a largo plazo para su desarrollo, incluido el desarrollo cerebral”, dijo Bart Witteveen, director de IRC.
Atrapados en Gaza
Philippe Lazzarini, director de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, UNRWA, dijo en su cuenta de X que al menos 400 mil personas se encuentran atrapadas en el norte del enclave debido a la última ofensiva israelí.
“Las recientes órdenes de evacuación de las autoridades israelíes están obligando a la gente a huir una y otra vez, especialmente del campamento de Jabaliya”, añadió Lazzarini. “Muchos se niegan a hacerlo porque saben muy bien que ningún lugar de Gaza es seguro”.
El Ejército israelí ha señalado que la incursión a gran escala, ahora en su quinto día, tiene como objetivo impedir que los combatientes de Hamas realicen nuevos ataques desde Jabaliya y evitar que se reagrupen.
Lazzarini dijo que algunos refugios y servicios de UNRWA se estaban viendo obligados a cerrar por primera vez desde que comenzó la guerra y que, como casi no había suministros básicos disponibles, el hambre se estaba extendiendo nuevamente en el norte de Gaza.
“Esta reciente operación militar también amenaza la implementación de la segunda fase de la campaña de vacunación contra la polio para niños”, afirmó.
Israel no hizo comentarios de inmediato sobre las declaraciones de Lazzarini. Las autoridades israelíes han dicho anteriormente que facilitan la entrega de alimentos a Gaza a pesar de las difíciles condiciones.
En la misma línea, la organización Médicos Sin Fronteras (MSF) indicó que las órdenes israelíes de evacuación de partes del norte de Gaza, emitidas el 7 de octubre, están empujando a decenas de miles de personas a huir inmediatamente hacia el sur, mientras la zona es blanco de ataques aéreos y de una ofensiva terrestre.
En este último desplazamiento masivo forzoso, se ha instado a los residentes de Beit Hanoun, Jabaliya y Beit Lahia a trasladarse a la superpoblada denominada zona humanitaria entre Al Mawasi y Deir al Balah, donde ya vive un millón de personas en condiciones inhumanas. La zona también sigue siendo insegura para los civiles y los trabajadores humanitarios, ya que las fuerzas israelíes continúan atacando repetidamente al área.
Estas evacuaciones masivas forzosas de hogares y los bombardeos de barrios por parte de las fuerzas israelíes están convirtiendo el norte de Gaza en un páramo inhabitable, vaciando de hecho todo el norte de la Franja de vida palestina. Desde el 1 de octubre no se permite la entrada de suministros humanitarios en la zona, indicó la organización.
“De repente, me dijeron que teníamos que irnos del norte”, dijo Mahmoud, vigilante de Médicos Sin Fronteras, quien abandonó Jabaliya por la noche para refugiarse en una casa de MSF en Ciudad de Gaza. “Dejamos nuestra casa desesperados, bajo las bombas, los misiles y la artillería. Fue muy muy difícil. Preferiría morir a que me desplazaran al sur; mi hogar está aquí y no quiero marcharme”, comentó.