Quedaban menos de 24 horas para la Marcha de Washington por el Trabajo y la Libertad, que luego se convertiría en la más recordada manifestación por los derechos civiles en Estados Unidos. Entonces, en la tarde del 27 de agosto de 1963, Martin Luther King (MLK) se reunió con su estrecho grupo de colaboradores en el Hotel Willard. Necesitaba preparar un discurso, un muy buen discurso. Entre sus principales asesores estaba Clarence B. Jones quien, al igual que el reverendo norteamericano, se encontraba más preocupado de la logística de la marcha en la capital del país que de otra cosa. Estaban contra el tiempo y rápidamente se pusieron a trabajar en el discurso, que terminó por transformarse en uno de los más célebres del siglo XX, gracias al "yo tengo un sueño" de Luther King.
La famosa frase no fue algo que haya sido previamente meditado sino que, más bien, respondió a una inspiración que sintió Martin Luther King, especialmente después de que la cantante de gospel Mahalia Jackson, lo instara ahí, en las escalinatas del Lincoln Memorial, a hablar del "sueño". Clarence B. Jones es prácticamente el único sobreviviente del círculo íntimo de MLK. Jones no sólo redactó el discurso , sino que también fue consejero personal, asesor y amigo de Luther King, asesinado en Memphis en 1968.
Desde California, donde actualmente reside y trabaja en el Martin Luther King Institute en la Universidad de Stanford, Jones, ahora con 87 años de edad, conversó con La Tercera el 8 de agosto de 2013, 20 días antes de que la alocución cumpliera 50 años. "El había usado la frase 'Yo tengo un sueño' en discursos anteriores", reveló el ex colaborador de King, autor de dos libros: What Would Martin Say? (2008) y Behind the Dream (2011).
¿Cómo se generó el más famoso discurso de Martin Luther King "Yo tengo un sueño"? ¿En qué circunstancias se planificó?
El discurso nació por las experiencias que habíamos tenido en la lucha por los derechos civiles, para poner fin a la segregación racial, entre los meses de abril y agosto de 1963. Por supuesto que también tuvo un componente histórico, que tiene que ver con la esclavitud, la guerra civil, la proclamación de emancipación de 1863 (la declaración de Lincoln para liberar a los esclavos), y la decepción que existía con relación a la segregación racial en la educación pública.
¿Cuándo se planificó el discurso?
Comenzó a planificarse durante la última parte de julio y la semana que precedió al 28 de agosto de 1963.
¿Qué rol jugó usted en la alocución de Luther King?
Sugerí y propuse un borrador del texto para los primeros siete párrafos, que en realidad no era más que un resumen de las discusiones que habíamos tenido con el doctor King y Stanley Levison (el otro redactor de MLK), semanas antes. Entonces trabajamos en un resumen de la forma de esos siete párrafos relativos a lo que debía decir. Estuvimos trabajando en eso en la tarde del 27 de agosto en el Hotel Willard de Washington D.C.
¿Entonces, apenas un día antes usted y MLK conversaron sobre el discurso?
Sí, junto a un pequeño grupo de otros asesores muy cercanos, en la esquina del lobby de ese hotel, que había sido especialmente acordonado para nosotros.
El día del discurso, la cantante Mahalia Jackson instó al reverendo Marin Luther King a hablar del sueño ¿Qué ocurrió realmente? ¿Se podría decir que MLK cambió lo que tenía escrito?
No diría que cambió la idea central de su performance. En ese momento él optó por comenzar a articular las mismas ideas que se encontraban escritas en el discurso original, pero de una forma diferente: extemporáneamente y espontáneamente, en vez del texto que tenía escrito.
¿La frase "Yo tengo un sueño" fue entonces algo que surgió netamente de la inspiración de Luther King?
El había usado esa frase en presentaciones anteriores.