El cohete Starship de SpaceX, propiedad del magnate Elon Musk, se desintegró sobre el Caribe este jueves tras perder el control durante su vuelo de prueba. La Administración Federal de Aviación (FAA) suspendió vuelos en varios aeropuertos de Florida debido a la caída de escombros.
La nave de 123 metros despegó desde Texas poco antes del atardecer, pero sufrió fallos minutos después. SpaceX recuperó la primera etapa del cohete en la plataforma con enormes brazos mecánicos, pero los motores de la nave espacial en la parte superior comenzaron a apagarse mientras se dirigía hacia el este en lo que se suponía que sería una entrada controlada sobre el Océano Índico.
El vuelo, que debía durar una hora, alcanzó casi 150 kilómetros de altitud antes de que la nave girara fuera de control. Se perdió comunicación antes de que pudiera completar su objetivo de liberar satélites simulados en el espacio.
Usuarios en redes sociales reportaron haber visto restos incandescentes cayendo sobre las Bahamas y República Dominicana. La situación recuerda a un incidente similar ocurrido hace casi dos meses, cuando otra explosión dejó escombros en las islas Turcas y Caicos.
Dan Huot, comentarista de vuelo de SpaceX, reconoció la repetición del fallo: “Desafortunadamente, también pasó esto la última vez, así que ahora tenemos algo de práctica”.
Las autoridades investigan el incidente mientras la FAA mantiene restricciones en los aeropuertos de Miami, Fort Lauderdale, Palm Beach y Orlando.
La nave había despegado a las 18:30 hora local (23:30 GMT) impulsado por el Super Heavy desde la base de SpaceX en Boca Chica, en el sur de Texas, en la frontera con México.