Siguiendo los pasos de Finlandia y Francia, que ya tomaron esta decisión, ahora le tocó el turno a Inglaterra. La secretaria de Educación, Gillian Keegan, anunció que ya es oficial la prohibición de los teléfonos celulares dentro de las aulas. Así, durante la jornada escolar, los estudiantes ingleses no podrán utilizar estos dispositivos inteligentes.

Keegan pedirá a los directores que hagan cumplir la prohibición durante los recreos y las clases. Se esperaba que hiciera el anuncio en la conferencia del Partido Conservador en Manchester durante la tarde de este lunes, indicó el diario The Independent. La orientación propuesta por Keegan no afectaría a las escuelas de Gales, Escocia o Irlanda del Norte, precisó el diario The Guardian.

“Las nuevas directrices del Departamento de Educación respaldarán a los directores a la hora de prohibir el uso de teléfonos móviles durante la jornada escolar, incluso durante los recreos, para abordar el comportamiento disruptivo y el acoso en línea y, al mismo tiempo, aumentar la atención durante las clases”, informó un comunicado de prensa del gobierno.

“Su objetivo es apoyar el trabajo más amplio que está realizando el gobierno para elevar los estándares en las escuelas aumentando la concentración de los estudiantes y reduciendo las distracciones”, añadió.

Alumnos de una escuela en Essex, Inglaterra, ocupan pupitres distanciados entre sí tras volver a las clases presenciales.

Una fuente del gobierno dijo al Daily Mail: “Gillian cree que los teléfonos móviles plantean un serio desafío en términos de distracción, comportamiento disruptivo e intimidación. Es uno de los mayores problemas a los que se enfrentan los niños y los profesores, por lo que establecerá un camino a seguir para capacitar a los profesores para que prohíban los móviles en las aulas”.

El exministro de Educación Gavin Williamson también consideró en el 2021 prohibir los dispositivos inteligentes en los centros educativos, ya que, como expresó en aquel momento, “no sólo distraen, sino que, cuando se usan mal o en exceso, pueden tener un efecto perjudicial en la salud mental y el bienestar de los alumnos”. “Para que podamos ayudar a los estudiantes a superar los desafíos de la pandemia y aumentar las oportunidades para todos los jóvenes, debemos asegurarnos de que puedan beneficiarse de aulas tranquilas que los ayuden a prosperar”, expresó entonces, pero su sucesor paralizó la medida tras la negativa de los sindicatos, que siguen sin apoyar la idea y han acusado a Keegan de querer “desviar la atención” de los “verdaderos desafíos” que enfrentan los centros.

En ese sentido, Daniel Kebede, secretario general del Sindicato Nacional de Educación, dijo que la propia consulta del gobierno a principios de este año concluyó que la mayoría de las escuelas ya contaban con políticas para abordar los problemas del uso de teléfonos móviles e instó a la secretaria de Educación a centrarse en el desafío de la contratación de docentes, los recortes de financiamiento en términos reales, la falta de apoyo a la salud mental y los crecientes niveles de pobreza infantil.

Según el Departamento de Educación, la medida pondrá a Inglaterra en línea con otros países que ya han implementado una prohibición, incluidos Francia, Italia y Portugal. “Esto sigue a las advertencias de las Naciones Unidas sobre los riesgos de los teléfonos inteligentes en las escuelas y a los datos gubernamentales que encontraron que alrededor de un tercio (29%) de los alumnos de secundaria informaron que usaban teléfonos móviles cuando se suponía que no debían hacerlo en la mayoría o en todas las clases”, detalló.

Una profesora supervisa a sus alumnos que juegan guardando distancia social en una escuela al norte de Londres.

En julio, un informe de la ONU recomendó prohibir los teléfonos inteligentes en las escuelas para abordar las interrupciones en las aulas, mejorar el aprendizaje y ayudar a proteger a los niños del ciberacoso, consignó The Guardian.

La Unesco, la agencia de educación, ciencia y cultura de las Naciones Unidas, dijo que había evidencia de que el uso excesivo de teléfonos móviles estaba relacionado con un rendimiento educativo reducido y que los altos niveles de tiempo frente a una pantalla tenían un efecto negativo en la estabilidad emocional de los niños.

La directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, dijo: “La revolución digital tiene un potencial inmensurable. pero, así como se han expresado advertencias sobre cómo debería regularse en la sociedad, se debe prestar una atención similar a la forma en que se utiliza en la educación”.

Y agregó: “Su uso debe ser para mejorar las experiencias de aprendizaje y el bienestar de estudiantes y profesores, no en detrimento de ellos. Mantenga las necesidades del alumno en primer lugar y apoye a los profesores. Las conexiones en línea no sustituyen la interacción humana”.

Según un informe de Seguimiento de la Educación Mundial de la Unesco, los niños pueden tardar hasta 20 minutos en concentrarse desde que les llega una notificación a su teléfono.

En julio, un informe de la ONU recomendó prohibir los teléfonos inteligentes en las escuelas para abordar las interrupciones en las aulas, mejorar el aprendizaje y ayudar a proteger a los niños del ciberacoso.

Según Tom Bennett, asesor principal de conducta del Departamento de Educación, “este es un avance fantástico para garantizar que los estudiantes puedan trabajar, aprender y crecer en un lugar libre de la influencia distractiva de los teléfonos móviles. Las escuelas que ya los han prohibido informan que los estudiantes están más seguros, más felices y pueden concentrarse mucho más que antes, y esto también es popular entre ellos”.

Las encuestas muestran que los padres están ampliamente a favor de prohibir los teléfonos móviles, consigna The Independent. Un sondeo de 2021 realizado por el sitio web de comparación Uswitch encontró que más de la mitad respaldaba una prohibición, mientras que el 74% estuvo de acuerdo en que los teléfonos móviles eran una distracción en clase.

El sindicato de docentes británico NASUWT dijo que su propia encuesta realizada el mes pasado a 6.500 docentes de Reino Unido mostró que había una crisis de comportamiento en las escuelas. Las mayores preocupaciones de los profesores eran el abuso verbal y físico en el aula, mientras que un número mucho menor informó que los teléfonos móviles causaban problemas de conducta.

En junio de este año, Finlandia se convirtió en el último país en prohibir los teléfonos en clase tras una caída en los resultados de los exámenes. Francia y China se encuentran entre los otros países que han introducido prohibiciones.