"Marcho por el futuro de mi nieto", decía uno de los cientos de carteles que los colombianos levantaron este miércoles -junto a otros con referencias a Chile- durante una nueva jornada del "paro nacional" contra el gobierno de Iván Duque. Justo cuando se cumple una semana de la movilización que comenzó el 21 de noviembre, liderada por las centrales obreras en conjunto con estudiantes y organizaciones sociales, agrupados en el Comité Nacional de Paro, y que ha dejado cuatro muertos, cerca de 500 heridos entre civiles, policías y militares, y 184 detenidos.

Bailes, cánticos, batucadas y cacerolazos se vieron en las -hasta esta tarde- pacíficas movilizaciones que volvieron a tomarse las calles de Colombia, aunque menos masivas esta vez. Las marchas fueron convocadas nuevamente por los líderes sindicales tras un fracaso en el diálogo que mantuvieron el martes con Duque, en el marco de la "conversación nacional" que lanzó el Mandatario. El reclamo sigue siendo contra las políticas económicas y sociales del Presidente colombiano, que han generado un fuerte malestar ciudadano. Sin embargo, muchos colombianos también salieron a protestar en homenaje a Dilan Cruz, el joven de 18 años que murió el lunes producto del daño que le provocó un cartucho de gas lacrimógeno lanzado por el Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad).

Tras la reunión del martes entre Duque y los líderes sindicales, el Jefe de Estado anunció medidas como tres días sin IVA, incentivos para la empleabilidad de los jóvenes y una devolución del 100% del IVA para las familias más vulnerables. No obstante, poco ayudaron estos anuncios a evitar que se generaran nuevas movilizaciones y, al contrario, las acciones del gobierno de alguna manera incrementaron la molestia ciudadana, según señalaron varios politólogos.

El analista colombiano Jorge Restrepo, dijo a La Tercera que con la muerte de Dilan Cruz "se demostró que había una respuesta innecesariamente represiva a la protesta social. Eso significó costos políticos, de percepción de los ciudadanos. Creo que el gobierno perdió el apoyo de algunos de los grupos que aún lo apoyaban. De aquí en adelante vamos a contar con un gobierno más marginado políticamente y con menos respaldo social".

En esa línea, el experto asegura que "la actitud del Presidente ha sido propensa a los errores. La incapacidad de tender unos puentes rápidamente con los liderazgos sociales detrás de las protestas, una marcada tendencia a la represión policial y militar, la desestimación de los mensajes de malestar y confundirlos con mensajes de oposición al gobierno. Todo eso ha contribuido a que la protesta escale".

En tanto, para Diana Avellaneda, politóloga de la Universidad Javeriana, el mandatario colombiano no ha dado respuestas concretas y las medidas anunciadas el martes son "solo paños de agua tibia". "Duque no ha dado respuestas definitivas y estructurales a las demandas. Los anuncios son medidas momentáneas que no responden a las situaciones estructurales de lo que se está pidiendo", indicó.

Mientras los medios reportaban que las protestas se producían sin disturbios, la Policía compartió el cartel de los más buscados por realizar desórdenes y actos vandálicos durante el movimiento, con recompensas por tres millones de pesos colombianos (US$ 860).