Más de 800 farmacias que fueron hace unas décadas propiedad de los jefes del temido cártel de Cali pasaron a manos del Estado colombiano, de acuerdo con una sentencia conocida este miércoles.
Los confesos narcotraficantes Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela conformaron en la época de su apogeo la cadena Drogas La Rebaja, dedicada a vender medicamentos. Las farmacias estuvieron hasta 2014 sancionadas en una lista negra de Estados Unidos, sospechosas de tener vínculos con el grupo de la droga colombiano.
El tribunal colombiano concluyó, en una sentencia de segunda instancia, que la cadena de farmacias fundada en 1974 por los capos fueron “creadas con dineros producto de actividades de narcotráfico” y justificó que los mismos Rodríguez Orejuela aceptaron ante las autoridades estadounidenses que su patrimonio ilícito obtenido por la exportación de miles de kilos de cocaína fue destinado a la creación de empresas como Drogas La Rebaja para lavar activos.
La cadena de farmacias pasó a ser del Estado bajo la figura de extinción de dominio, permitida en Colombia sobre los bienes adquiridos mediante enriquecimiento ilícito.
Los capos fueron extraditados a Estados Unidos en 2004 y condenados por delitos asociados al narcotráfico. Gilberto murió en enero de este año mientras pagaba una sentencia a 30 años en la prisión de Butnert, en Carolina del Norte.
Las farmacias dejaron de ser propiedad directa de los capos en 1990, cuando sus actividades ilegales comenzaron a ser de público conocimiento, y decidieron ceder su parte de las empresas a familiares, señala el tribunal.
Luego, en 1996 la cadena de farmacias fue vendida a una cooperativa de trabajadores. Para el tribunal, esta fue una maniobra que intentó “desligar a los confesos narcotraficantes de la marca comercial signada por su origen ilícito para continuar obteniendo réditos económicos con esa sociedad pantalla”.
El desaparecido cartel de Cali llegó a controlar el 80% de los narcóticos que se exportaron a Estados Unidos y Europa en la década de 1980 y parte de la de 1990. La cocaína era transportada en fruta congelada, listones de cemento o aviones que circulaban por Centroamérica y llegaba a Estados Unidos para ser comercializada.