En la misma semana en que el país conmemora el 90 aniversario de la hambruna que devastó al país en la era soviética, el Presidente Volodimyr Zelensky advirtió a los ucranianos de que les espera otra semana brutal de frío y oscuridad, y predijo más ataques rusos contra las infraestructuras que no se detendrán hasta que Moscú se quede sin misiles. Su discurso ocurre en momentos en que los combates se han intensificado en el este del país.

Desde principios de octubre, Rusia ha lanzado masivos bombardeos de misiles contra las infraestructuras energéticas de Ucrania, y cada ataque tiene un impacto mayor que el anterior, a medida que se acumulan los daños y llega el invierno boreal. En un discurso nocturno, Zelensky dijo que espera nuevos ataques esta semana que podrían ser tan graves como los de la semana pasada, los peores hasta ahora, que dejaron a millones de personas sin calefacción, agua o electricidad.

“Sabemos que los terroristas están planeando nuevos ataques. Lo sabemos con certeza”, dijo. “Y mientras tengan misiles, lamentablemente no se calmarán”, añadió.

El lanzacohetes múltiple Grad del Ejército ucraniano dispara cohetes contra posiciones rusas en la línea del frente cerca de Bakhmut, región de Donetsk, Ucrania, el jueves 24 de noviembre de 2022. Foto: AP

En la región oriental de Donetsk, Rusia está luchando por apoderarse de la ciudad de Bakhmut y lograr una victoria simbólica después de estar a la defensiva durante meses. Según The guardian, los combates alrededor de esa ciudad considerada clave se han convertido en “un pantano sangriento con cientos de muertos y heridos reportados diariamente, ya que ni las fuerzas rusas ni las ucranianas pudieron lograr un avance significativo después de meses de combates”, indicó el periódico.

A medida que Rusia movió nuevas formaciones al área en las últimas semanas, incluidos refuerzos previamente en la región de Kherson, la lucha en el sector de Bakhmut se ha convertido en una guerra de trincheras que recuerda a la Primera Guerra Mundial, dijo The Guardian.

La destrozada ciudad, en gran parte abandonada por sus 70.000 habitantes, se encuentra en el centro de los combates y ambos bandos están enviando refuerzos para una batalla que ha continuado sin descanso desde el verano.

Durante el fin de semana, surgieron imágenes de soldados ucranianos en trincheras inundadas y fangosas y campos de batalla salpicados de troncos de árboles talados por devastadores bombardeos de artillería.

Los intensos combates continuaron el lunes alrededor de Soledar, con mercenarios de la corporación militar privada rusa Wagner, que incluye a convictos indultados, en el frente.

La oficina presidencial de Ucrania dijo el lunes que al menos cuatro civiles murieron y otros 11 resultaron heridos en los últimos ataques rusos. Dijo que los intensos combates continuaban a lo largo de la línea del frente en el este, con los rusos bombardeando Bakhmut y Toretsk en el epicentro de los combates.

Soldados ucranianos disparan artillería contra posiciones rusas cerca de Bakhmut, región de Donetsk, Ucrania, el domingo 20 de noviembre de 2022. Foto. AP

“La gente se refugia en los sótanos, muchos de los cuales están llenos de agua”, dijo al periódico el gobernador de Donetsk, Pavlo Kyrylenko. “Han estado viviendo en condiciones catastróficas sin electricidad ni calefacción”.

El Estado Mayor General de las fuerzas armadas de Ucrania dijo el lunes que Rusia se estaba preparando para transferir fuerzas estacionadas en Bielorrusia, cerca de la frontera norte de Ucrania con el aliado de Moscú, al territorio ucraniano ocupado para apuntalar las unidades que sufrieron pérdidas mientras luchaban para detener el avance de Ucrania.

Los esfuerzos de Rusia para fortalecer las defensas en las áreas ocupadas se producen mientras continúa teniendo tropiezos en su campaña militar, que ahora tiene más de nueve meses. El jefe de la compañía estatal de energía nuclear de Ucrania, Energoatom, Petro Kotin, dijo el domingo que había señales de que Rusia podría estar preparándose para abandonar la planta de energía nuclear de Zaporizhzhia, la más grande de Europa, de la que se apoderó en marzo.

“En las últimas semanas hemos estado recibiendo información de que han aparecido señales de que pueden estar preparándose para irse”, dijo Kotin en una entrevista con la televisión ucraniana.

El Kremlin negó el lunes que hubiera preparativos rusos para desalojar el territorio de la planta, que Rusia ha fortificado fuertemente con tropas y vehículos blindados y que durante mucho tiempo ha sido blanco de bombardeos regulares de los que ambos bandos se culpan mutuamente.

“No tiene sentido buscar señales donde no las hay y no puede haberlas”, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov.

Una mujer sostiene una vela y espigas de trigo mientras visita un monumento a las víctimas del Holodomor durante una ceremonia de conmemoración de la hambruna de 1932-33, en la que millones murieron de hambre, en medio del ataque de Rusia a Ucrania, en Kiev. Foto: Reuters

En Kiev, la nieve cayó y las temperaturas rondaron el punto de congelación el domingo, mientras millones de personas en la capital ucraniana y sus alrededores luchaban contra las interrupciones del suministro eléctrico y la calefacción central causadas por las oleadas de ataques aéreos rusos.

Las autoridades locales afirmaron que los trabajadores estaban a punto de completar el restablecimiento de la electricidad, el agua y la calefacción, pero los altos niveles de consumo provocaron algunos apagones.

En Kherson, una ciudad del sur que ha estado sin electricidad ni calefacción desde que las fuerzas rusas la abandonaron a principios de mes, el gobernador regional Yaroslav Yanushevych dijo que el 17% de los clientes ya tenía electricidad. Otros distritos se conectarán pronto.

Ucrania ha obtenido una ventaja en el campo de batalla en parte gracias al despliegue de sistemas de cohetes occidentales que le permiten apuntar a posiciones rusas detrás de las líneas del frente, neutralizando en parte la ventaja de Moscú en cuanto a potencia de fuego de artillería.

En el último ejemplo de ayuda militar de Occidente a Kiev, el Pentágono está estudiando una propuesta de Boeing para suministrar a Ucrania pequeñas y baratas bombas de precisión que pueden encajar en cohetes con un alcance de 150 kilómetros, poniendo más objetivos rusos a su alcance.

En noviembre pasado, el Departamento de Defensa (DoD) anunció la autorización de un retiro presidencial de asistencia de seguridad valorado en hasta US$ 400 millones “para satisfacer las necesidades críticas de seguridad y defensa de Ucrania”. Esta autorización es el vigésimo sexto retiro de equipos de los inventarios del Departamento de Defensa para Ucrania por parte de la Administración Biden desde agosto de 2021.