Las regiones ucranianas controladas por Moscú votan este viernes el referendo de adhesión a Rusia, según funcionarios prorrusos en esas zonas.

Las consultas orquestadas por el Kremlin, que Ucrania y Occidente califican de farsas sin ninguna fuerza legal, están consideradas un paso más hacia la anexión de los territorios por parte de Rusia.

Los referendos se celebran en las regiones de Luhansk, Zaporiyia — controlada parcialmente por las tropas rusas — y Donetsk. En Jersón, que está casi en su totalidad en manos de Moscú, se espera que la votación comience a lo largo de la mañana.

Casi con toda seguridad, la consulta, en la que se pregunta a los residentes si quieren que sus regiones formen parte de Rusia, favorecerá a Moscú. Esto daría al Kremlin un pretexto para reclamar que los intentos de las fuerzas ucranianas por recuperar el control de esos territorios son ataques contra la propia Rusia, lo que provocaría una drástica escalada en una guerra que dura ya siete meses.

Los referendos se producen luego de que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, ordenó una movilización parcial de reservistas que sumaría unos 300.000 efectivos a las tropas rusas en combate.

Las votaciones durarán cinco días, hasta el martes de la próxima semana. Por motivos de seguridad, durante los cuatro primeros días, las autoridades electorales llevarán las boletas a las casas e instalarán centros de votación improvisados cerca de edificios residenciales, de acuerdo con los funcionarios nombrados por Rusia en las regiones ocupadas. El martes será el único día en que el proceso se desarrollará de forma habitual.

En Rusia también se habilitaron centros de votación para los refugiados de las regiones ocupadas.

Denis Pushilin, líder separatista de las autoridades prorrusas en la región de Donetsk, dijo que el referendo del viernes era “un hito histórico”.