Cómo es el “Icon of the Seas”, el crucero más grande del mundo que genera críticas
La nueva embarcación de Royal Caribbean partirá su primer viaje este sábado desde Miami. Tiene 20 pisos, es cinco veces más grande que el Titanic y puede albergar a 7.600 pasajeros. Apodado por los cibernautas como una “lasaña humana”, ha recibido duras críticas previo a zarpar por su contribución a la contaminación ambiental en el océano.
Este sábado iniciará su viaje inaugural el crucero Icon of the Seas, el más grande con que cuenta hasta ahora Royal Caribbean Group, la compañía global de cruceros constituida en Liberia y con sede en Miami, desde donde comenzará su recorrido. Previo a su partida, el nuevo y enorme barco se ha llenado de críticas por parte de quienes no creen que pueda ser más ecológico que el resto de la flota y afirman que el buque ha hecho “lavado verde”.
“Más largo que la Torre Eiffel, el Icon of the Seas se eleva 20 pisos sobre las olas, tiene capacidad para más de 7.000 pasajeros y tripulantes y, con un cuarto de millón de toneladas brutas, podría tragarse cinco Titanic en el desayuno”, escribe el diario inglés The Guardian sobre el navío, que mide 365 metros de largo. Éste tiene capacidad para 7.600 pasajeros en 2.805 camarotes y en total puede albergar a casi 10.000 personas, incluida la tripulación de 2.350 miembros aproximadamente, consigna la cadena estadounidense CBS News.
Esta “ciudad en el mar” -como es tildada por la prensa internacional- cuenta con siete piscinas (una de ellas es la más grande de cualquier barco), el primer parque acuático a bordo del mundo con seis toboganes, teatros, un casino y más de 40 lugares para comer y beber. En su piso más alto destacan los toboganes de colores en el parque acuático “Thrill Island”, el más grande en el mar y que cuenta con una cascada cubierta de 17 metros.
El lujoso buque fue construido en 2023 y actualmente navega bajo bandera de Bahamas, según VesselFinder. Es un 6% más grande que el Wonder of the Seas, el buque insignia de Royal Caribbean inaugurado en 2022 que mide 362 metros de largo y tiene 18 pisos. Así, Icon despojó a Wonder de su título del crucero más grande del mundo. El “Icon” zarpará este sábado desde Miami, Florida, y navegará al menos hasta abril de 2026, ofreciendo cruceros de 7 noches al Caribe oriental y occidental.
Casi todos los cruceros visitarán Perfect Day en CocoCay, una isla privada de Royal Caribbean en las Bahamas. El crucero del 5 de mayo de 2025 navegará a Labadee, Haití, en lugar de CocoCay. Antes de llegar a Miami el 10 de enero, el barco navegó a Cádiz, España y Ponce, Puerto Rico para algunos toques finales. La tripulación también disfrutó de una gran fiesta de celebración en CocoCay.
Respecto a los precios, un crucero por el Caribe de una semana de duración cuesta alrededor de 3.500 dólares para dos personas en un camarote promedio. Para aquellos que buscan más lujo, la opción Ultimate Family Townhouse, que consiste en una suite de tres pisos completa con mesas con pantalla táctil y un tobogán, puede costar hasta 100.000 dólares por viaje. El Royal Loft, dirigido a adultos con altos ingresos, ofrece dos dormitorios, una tina de hidromasaje privada y un amplio balcón desde 40.000 dólares, según reportó CBS News.
Previo a emprender su primera travesía, la noticia del nuevo y enorme barco ha vuelto a centrar la atención del mundo medioambientalista en el impacto del turismo de cruceros en el planeta. Según dice Royal Caribbean, el “Icon” defiende la responsabilidad medioambiental ya que funciona con gas natural licuado, trata sus propios residuos y produce su propia agua. Sería el primer barco de la compañía propulsado por gas natural licuado, o GNL, un combustible fósil que la industria de cruceros ha promocionado como una alternativa más limpia al combustible pesado comúnmente utilizado.
Pero sus detractores catalogan estas declaraciones como un “lavado verde”, ya que las emisiones de metano del GNL son un gas climático más potente que el CO2. Bryan Comer, director del programa marítimo del Consejo Internacional de Transporte Limpio, dijo a The Guardian que el uso de ese combustible muestra una industria que “invierte en falsas soluciones climáticas”.
“Están redoblando su apuesta al llamar al GNL un combustible verde cuando el motor emite entre un 70% y un 80% más de emisiones de gases de efecto invernadero por viaje que si utilizara combustible marino normal”, dijo. “Icon tiene los tanques de GNL más grandes jamás instalados en un barco. Es un lavado de cara verde”, dijo el director del programa marítimo.
La Asociación Internacional de Líneas de Cruceros -grupo que busca la promoción y crecimiento de la industria-, señaló en su Informe de Prácticas y Tecnologías Ambientales de 2023 que el GNL “es actualmente el combustible fósil disponible a escala que tiene el mejor rendimiento en la reducción de emisiones atmosféricas”, citando un análisis de Sea-LNG, una coalición industrial que promueve los beneficios del GNL como combustible marino viable.
No obstante, los analistas medioambientales están preocupados por los problemas a largo plazo del GNL, ya que éste si bien emite alrededor de un 25% menos de dióxido de carbono que los combustibles marinos convencionales, de todas formas es principalmente metano, un poderoso gas que con el tiempo atrapa más calor en la atmósfera que el dióxido de carbono, según dicen.
De acuerdo con un estudio de gases de efecto invernadero de 2020 realizado por la Organización Marítima Internacional, el organismo de las Naciones Unidas que regula el transporte marítimo mundial, el uso de GNL como combustible marino creció un 30% entre 2012 y 2018, lo que resultó en un aumento del 150% en las emisiones de metano de los barcos.
Esta no sería la primera vez que parte de la flota de Royal Caribbean enfrenta incidentes y genera controversias. El holding global de cruceros ha enfrentado brotes de norovirus a bordo, un controvertido amarre en Haití después del terremoto de 2010, la desaparición del pasajero George Allen Smith durante su luna de miel, una multa ambiental por vertido de desechos, la erupción del volcán Whakaari/Isla Blanca durante una excursión que dio lugar a acciones legales, la trágica muerte de la menor de 18 meses Chloe Rae Margaret Wiegand tras una caída de un crucero y los desafíos durante la pandemia de Covid-19, con miembros de la tripulación varados y pausas operativas debido al virus.
En julio del año pasado, las fotos recién publicadas del crucero Icon tras haber completado sus primeras pruebas en el océano ya habían originado reacciones entre los cibernautas, quienes expresaron a través de redes sociales que el barco les provocaba ansiedad, especialmente tras la tragedia de Titan, el sumergible que en junio de 2023 estuvo desaparecido por días y cuya implosión le costó la vida a sus cinco tripulantes multimillonarios. Otros usuarios de X -antes Twitter- compartieron en la plataforma su desdén por el gran barco, llamándolo “infierno en el agua” o “lasaña humana”. Otra persona lo calificó como “la versión Candy Crush” del mundo subterráneo en “Silo”, una serie dramática distópica de Apple TV+.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.