El que fuera jefe de la mafia siciliana Cosa Nostra, Matteo Messina Denaro, arrestado en enero después de 30 años prófugo y que falleció la madrugada de este lunes, a los 61 años, a causa de un cáncer de colon, será enterrado en su pueblo natal, Castelvetrano, en Sicilia, no tendrá un funeral religioso y su sepultura será, con toda probabilidad, muy discreta, según los medios italianos.
En un reporte desde el hospital de L’Aquila en el centro de Italia, la radio estatal Rai dijo que el fuerte dispositivo policial que vigilaba su habitación del hospital se había trasladado a la morgue, tras la muerte de Messina Denaro a la 1.57 de la madrugada, según consigna el diario Il Messagero. Los médicos habían dicho que estaba en coma desde el viernes.
El breve comunicado sobre su muerte de la Fiscalía de L’Aquila señala que tanto su oficina como la Fiscalía en Palermo, Sicilia, solicitaban una autopsia a pesar de que era conocido que Messina Denaro sufría “una enfermedad muy grave”. Se esperaba que el entierro se produjera esta semana en Sicilia, según medios italianos.
“Es el final de una historia que habla de violencia y de sangre, de sufrimiento y de heroísmo. El epílogo de una existencia vivida sin remordimientos ni arrepentimientos. Un capítulo doloroso de la historia reciente de nuestra nación que no podemos borrar, pero cuyo final podemos contar hoy gracias al trabajo de las mujeres y los hombres que han dedicado su vida a la lucha contra la criminalidad”, dijo el alcalde de L’Aquila, Pierluigi Biondi, uno de los primeros en comentar la muerte.
Il Messagero detalla que Messina Denaro había sido hospitalizado en una habitación blindada del hospital San Salvatore de L’Aquila, en el ala protegida donde se habían añadido nuevas medidas de seguridad, incluida la vigilancia mediante cámaras de vídeo y la presencia masiva de agentes de los distintos cuerpos policiales.
Ingresó en el hospital el 8 de agosto, tras someterse a un tratamiento de quimioterapia en el ala de máxima seguridad de la prisión de “Le Costarelle” de L’Aquila, a pocos más de 100 kilómetros de Roma, donde el 17 de enero fue sometido al régimen para mafiosos denominado 41-Bis o “cárcel dura” inmediatamente después de su detención en Palermo, el 16 de enero. Se enfrentó a ciclos de quimioterapia con la esperanza de combatir el cáncer que lo afectó en 2020.
“No soy un mafioso” y “nunca me arrepentiré”, llegó a decir en su primer interrogatorio tras la captura en febrero de este año. “No soy un superhombre ni quiero ser arrogante, pero ustedes me atraparon debido a mi enfermedad”, declaró el capo italiano durante uno de los interrogatorios, en referencia a que su detención se produjo después de que acudiera con un nombre falso a la clínica La Maddalena para que recibiera su tratamiento contra el cáncer.
Según los historiales médicos filtrados a los medios de comunicación italianos, fue operado de cáncer de colon en 2020 y 2022 con un nombre falso. Un médico de la clínica de Palermo declaró al diario La Repubblica que la salud de Messina Denaro había empeorado significativamente en los meses previos a su captura.
Los especialistas que lo trataban en la clínica La Maddalena del centro de Palermo pronosticaron que las posibilidades de sobrevivir al cáncer de colon que padece Messina Denaro eran “muy limitadas”. Con el correr de los meses su estado se mantuvo estable. Pero a principios de agosto, el histórico capo fue trasladado al pabellón de reclusos del hospital local, donde su estado empeoró. Tras entrar en “coma irreversible”, según los medios de comunicación italianos, los médicos dejaron de alimentarlo e interrumpieron todos los procedimientos que lo mantenían con vida, y durante este proceso estuvo presente su abogado, que es también su tutor legal, consigna Il Messagero. Había expresado por escrito, en su testamento biológico, su deseo de no someterse a un tratamiento agresivo, pidiendo a los trabajadores de la salud que lo hidrataran, pero no que lo reanimaran ni lo alimentaran artificialmente.
Durante su agonía en el hospital estuvo acompañado por su hermana Giovanna, su sobrina y abogada Lorenza Guttadauro, y por su única hija legítima conocida, Lorenza, de 27 años, y a la que vio por primera vez el pasado abril cuando fue a visitarlo a prisión.
“El último Padrino”
Durante más de 30 años se le buscó por todo el mundo, se le localizó en Barcelona para una operación en los ojos y se documentaron otros viajes, pero Messina Denaro residió, al menos los últimos años, en Campobello di Mazara, en la provincia de Trapani, a sólo ocho kilómetros de su pueblo natal Castelvetrano, rodeado de personas que lo cubrieron durante años y por la “omerta”, el silencio mafioso, del resto de la población.
Apodado por la prensa italiana “el último Padrino”, su actividad delictiva se remonta a la década de los 80, cuando no había cumplido 30 años, y marcó a algunas zonas del país durante décadas, por lo que la Justicia lo condenó a dos cadenas perpetuas. La última de ellas deriva de su conexión los asesinatos en 1992 de los jueces Giovanni Falcone y Paolo Borsellino, en dos tragedias históricas de la lucha de las autoridades italianas contra el crimen organizado durante la década de los 90.
También se le consideró responsable de los atentados con bomba perpetrados en Roma, Florencia y Milán en 1993, en los que murieron 10 personas, así como de ayudar a organizar el secuestro de Giuseppe Di Matteo, de 12 años, para intentar disuadir al padre del niño de declarar contra la mafia. El niño fue retenido durante dos años y después asesinado.
El capo siempre mantuvo contacto con su familia: tenía un hermano y cuatro hermanas, a saber, Salvatore Messina Denaro (el hermano mayor), Anna Patrizia Messina Denaro (la más joven), además de Bice Maria, Giovanna y Rosalía. Todos acabaron, tarde o temprano, en el punto de mira de los investigadores: Salvatore y Rosalía también acabaron en prisión. Rosalía es la madre de Lorenza Guttadauro, la abogada que ayudó al jefe mafioso desde el momento de su detención y que también vio ir a prisión a su padre, Filippo Guttadauro, destaca Il Messagero.
“Ahora que ha muerto de verdad (Messina Denaro), nos deja en herencia una buena cantidad de secretos que están sepultados quién sabe dónde”, ha sido uno de los primeros comentarios de Attilio Bolzoni, uno de los periodistas que más ha escrito sobre él. “Para entender quién fue realmente Messina Denaro y el peso que tuvo dentro de su organización criminal, hay que empezar a investigar precisamente sobre sus protectores”, añadió Bolzoni, citado por El Periódico de España.
Por razones de orden público, la jefatura de policía de Trapani (Sicilia) sólo permitirá un discreto entierro en el cementerio de Castelvetrano, donde la sepultura familiar ya está preparada para recibir el cuerpo del capo, que descansará junto a su padre Francesco, “Don Ciccio” Messina Denaro, quien fue jefe mafioso a finales de los años 80. Se dice que murió de un ataque cardíaco mientras huía y que su cuerpo fue abandonado en el campo, vestido para el funeral.
Pero Messina Denaro ya había expresado en uno de sus pizzini –mensajes incluso cifrados para evitar la captura- con fecha el año 2013, su voluntad de no querer un funeral religioso (que igualmente la Iglesia siciliana niega a los mafiosos). “Rechazo cualquier celebración religiosa porque está hecha por hombres impuros que viven en el odio y el pecado”, escribió en aquella nota mafiosa, según filtró el diario italiano La Repubblica. “No son aquellos que se proclaman los soldados de Dios quienes pueden decidir y ejecutar mi cuerpo sin vida, no serán ellos quienes rechacen mis honras fúnebres”, insistió.