A partir del 1 de febrero, quienes vivan en Barcelona tendrán prohibido manejar sus scooters eléctricos en las veredas, además deberán usar casco obligatoriamente de lo contrario se arriesgan a recibir una multa que puede llegar a los 500 euros (520.000 pesos chilenos). Según Adrià Gomila responsable de movilidad del municipio de la ciudad catalana, “estas medidas están diseñadas para provocar un cambio de comportamiento por parte de algunos usuarios, mejorar la seguridad y ser de beneficio colectivo”.

La medida generó cierta sorpresa, considerando que desde la pandemia el número de personas que posee uno de estos vehículos eléctricos ha aumentado unas cuatro veces en la ciudad, llegando a un total de 44.000 viajes por día, muy por encima de las personas que usan bicicleta a diario.

El gobierno municipal ha defendido defienden esta medida argumentando que estos transportes, representan un peligro sobre todo por las velocidades que alcanzan, lo que podría conllevar riesgo de accidentes y choques.

Un hombre anda en bicicleta mientras otro pasa a toda velocidad en un scooter en la ciudad de Nueva York, el 25 de junio de 2024. Foto: Reuters

No todas las autoridades están de acuerdo con esta medida. Los partidos políticos Juntos y Vox han acusado que los miembros del oficialista Partido Socialista Catalán buscan “prohibir más que limitar”, mientras desde el Partido Popular se abstuvieron de la votación y propusieron una mejora en el transporte público y en las ciclovías de la ciudad.

Anteriormente, el ayuntamiento de Barcelona aprobó una normativa estableciendo que la gente que use estos patinetes eléctricos solo podrá ir a 25 km/h, casi la mitad del máximo de velocidad que alcanzan estos medios de transporte. Además de prohibir la renta de estos vehículos en la vía pública o el subirlos a medios del transporte público.

Los scooters eléctricos no son los únicos que enfrentan este tipo de medidas. Las autoridades de la ciudad también han impuesto restricciones a los ciclistas a quienes también se les prohíbe subir a las veredas, a excepción de menores de 14 años y adultos que los acompañan, pero en el caso de concentración masiva de gente deberán bajar de sus bicicletas.

Una mujer conduce un scooter en París, el 31 de marzo de 2023. Foto: Archivo

Incluso desde la misma entidad se estableció una norma que limitaba las zonas de estacionamiento para las motocicletas, prohibiendoles estacionarse en las veredas, en una ciudad tiene más motocicletas per cápita (270.000) que cualquier otra ciudad europea.

Pero no es la única ciudad del viejo continente que ha tomado medidas como esa. En 2023 el municipio de Paris impuso la prohibición de renta de los scooters eléctricos en la calle, justo cuando la ciudad veía crecer la cantidad de estos medios de transporte, llegando a tener unos 15.000 de ellos en renta y en plena vía pública.

Un estudio publicado por la empresa Idéalo, mostró que la demanda de bicicletas ha caído un 70% en España al igual que en otros países de Europa, mientras que la demanda de patines eléctricos ha subido un 44%, algo que se podría explicar quizá por la eficiencia de estos últimos en lo que respecta al tiempo de transporte, o por su bajo costo de adquisición y mantenimiento. Pero también se puede relacionar con una trasformación urbana que están viviendo las ciudades para mejorar su circulación y para reducir los niveles de contaminación atmosférica.