No bastó el tuit que Pedro Castillo publicó el sábado, con su pronunciamiento luego de que se diera a conocer la muerte del líder de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, para acallar las críticas. Pese a que el Presidente de Perú ratificó en ese mensaje su “posición de condena al terrorismo es firme e indeclinable”, se vio obligado más tarde, durante un discurso en Cajamarca, a reiterar que no existe ninguna relación entre el gabinete ministerial que encabeza Guido Bellido y algún movimiento terrorista, y rechazó por completo algún vínculo violentista en sus filas.
“Falleció el cabecilla terrorista Abimael Guzmán, responsable de la pérdida de incontables vidas de nuestros compatriotas. Nuestra posición de condena al terrorismo es firme e indeclinable. Solo en democracia construiremos un Perú de justicia y desarrollo para nuestro pueblo”, sostuvo Castillo en un tuit escrito pasado el mediodía del sábado.
Pero en la noche de ese día, Castillo volvió sobre el tema. En un discurso desde Tacabamba, Cajamarca, el Mandatario dijo que, de haber algo probado en su gobierno, él será el primero en denunciarlo. “Aquellos espacios sociales que están cuestionando al gobierno, pido de que pregunten a la Justicia, y si hay algún terrorista demostrado en el gobierno, seré el primero en condenarlo”, aseguró.
Según el diario limeño La República, estas declaraciones hacen referencia a las imputaciones que vinculan al ministro de Trabajo y Promoción del Empleo, Iber Maraví, y al primer ministro, Guido Bellido, con el movimiento senderista.
“Debo condenar toda actitud terrorista y toda actitud de corrupción en el país. Hoy se está sepultando un espacio que se ha venido cuestionando, y repudio las actitudes que vienen vinculando con el gobierno”, agregó en el discurso.
Pero Luis Benavente, director ejecutivo de la consultora Vox Populi, relativiza las palabras de Castillo. “El presidente tiene un doble discurso, una doble moral permanentemente en muchos temas. Para comenzar, es un presidente que habla muy poco, es muy parco dando pie a todo tipo de conjeturas. Él tiene varios ministros que están involucrados, investigados, procesados por vinculaciones con Sendero Luminoso. El presidente del Consejo de Ministros (Guido Bellido) ha dado muestras muy claras de apología al terrorismo, lo cual es un delito en Perú y tiene un proceso fiscal por apología al terrorismo. No obstante, no ha renunciado. Otros ministros han sido cabecillas y líderes de sectores de Sendero Luminoso en los años 80 y 90”, comentó a La Tercera.
Asimismo, el analista político peruano destacó que “congresistas muy importantes de este régimen, como Guillermo Bermejo, entraban y salían de la zona del VRAEM (el Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro), en la sierra central, en la sierra sur de Perú, y con muchas vinculaciones a Sendero Luminoso”. “Además, varios miembros del gobierno y de la bancada oficialista han dado declaraciones donde no han ocultado su simpatía con Sendero Luminoso, y el presidente no ha hecho nada. Estos ministros están cuestionados, están investigados, ha habido escándalos y ninguno ha renunciado”, enfatizó.
Pero Benavente hace una excepción, en alusión a la salida del gabinete de Héctor Béjar, a mediados de agosto. “Solamente el canciller (ha renunciado), porque se había expresado contra la Marina de Guerra. Claro, la Marina tuvo que combatir a Sendero Luminoso y como él fue un guerrillero en los años 60, simpatizante de Sendero Luminoso, odia a la Marina y a la Policía, porque cumplieron su papel de enfrentar a las guerrillas primero y al terrorismo de Sendero Luminoso después”, afirma. Y reitera: “Pero el presidente en ningún momento ha tenido una acción decidida para desmarcarse de Sendero Luminoso, para nada. De tal manera que ese tuit ahora es muy oportunista y parte de su doble moral”.
Al respecto, la excandidata presidencial Keiko Fujimori indicó que el Estado peruano se encuentra en la necesidad de tomar medidas para evitar remanentes terroristas. Asimismo, aseguró que dentro del actual gobierno hay infiltrados que promueven la ideología de Sendero Luminoso y que son ellos a quienes se debe desterrar.
“Hoy más que nunca debemos entender que Abimael y Sendero Luminoso no morirán mientras el Estado no tome medidas definitivas para desterrar su ideología sangrienta y a quienes la promueven, que hoy se infiltran desde el gobierno”, señaló la lideresa de Fuerza Popular a través de sus redes sociales.
“Golpe al corazón de los senderistas”
En tanto, los exintegrantes del Grupo Especial de Inteligencia (GEIN), el equipo de élite de la Dirección contra el Terrorismo que capturó a Abimael Guzmán en 1992, coincidieron en que la muerte del terrorista “es un golpe al corazón de los senderistas”, según comentaron al diario La República.
“La muerte de Abimael Guzmán significa un golpe en el corazón a sus seguidores que lo endiosaban. Ellos decían que cada 100 años nace un líder comunista, tipo Mao Zedong y Ho Chi Minh”, apreció el exjefe del GEIN y coronel en retiro de la Policía Nacional del Perú (PNP), Benedicto Jiménez, quien luego de abandonar la institución se dedicó a estudiar a Sendero Luminoso. Entre sus libros se cuentan “La captura del presidente Gonzalo” (2000) e “Inicio, desarrollo y ocaso del terrorismo en el Perú: el ABC de Sendero Luminoso” (2002).
El coronel PNP en actividad Guillermo Bonilla Arévalo, otro de los oficiales clave de la “Operación Victoria”, también destacó el impacto del deceso de Guzmán. “Sendero Luminoso fue derrotado militarmente el 12 de setiembre de 1992 y lo firma y reconoce al año siguiente Abimael Guzmán con las cartas que escribió. Recién entonces se emprende la pacificación nacional con la derrota del terrorismo senderista”, explicó Bonilla, autor de “Golpe mortal” (2015), un libro testimonial sobre el relevante papel que cumplió en la ubicación y captura del líder senderista.
Sin embargo, Bonilla advirtió que el fallecimiento de Guzmán no significa la desaparición automática del llamado “pensamiento Gonzalo”, la ideología que elaboró para emprender la guerra terrorista. “No podemos decir que las ideas de Abimael con su muerte hayan terminado. Eso es relativo, nadie puede adivinar el futuro. Porque eso es un tema ideológico, es un tema político. La academia, los políticos y los gobiernos deben adoptar una serie de medidas”, precisó.
Una línea coincidente a la expresada por el general en retiro de la PNP Carlos Morán Soto, exmiembro del GEIN y exministro del Interior, quien indicó a La República que el deceso de Guzmán no debe significar dejar de seguirle los pasos al Movimiento por la Amnistía y Derechos Fundamentales (Movadef), el brazo político de Sendero Luminoso, cuyo expreso propósito era excarcelar al “presidente Gonzalo”. “Todavía el trabajo político es una tarea pendiente. Hay que combatir a Sendero Luminoso no solo militarmente, sino también ideológicamente”, manifestó. “Mientras el Movadef siga activo, persistirá el pensamiento Gonzalo”, puntualizó.
Debate por cadáver de Guzmán
Perú debatía ayer qué hacer con el cadáver del líder histórico y fundador del grupo terrorista Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, quien murió de neumonía en la cárcel en la víspera.
El artículo 13 del Código Civil del país ordena la entrega de un cadáver a su esposa o a sus familiares para que decidan si lo entierran o incineran, pero las autoridades temen que, si Guzmán es enterrado, su tumba pueda provocar una especie de culto entre sus seguidores.
El ministro de Justicia Aníbal Torres reconoció en la víspera a la televisora local N que no existe un protocolo para proceder en el caso de personajes tan controversiales como Guzmán. Indicó que el gobierno podría sugerir que el cadáver sea “incinerado y, si es posible, que sus cenizas sean esparcidas en el mar, a fin de que nadie pueda tener un recuerdo de este personaje”.
El exjefe del GEIN, Benedicto Jiménez, dijo ayer que Perú “nunca se puso a pensar qué hacer con el cadáver en caso que muera en prisión un alto dirigente de Sendero Luminoso para evitar el martirologio”.
Sebastián Chávez, abogado de Guzmán, comentó a The Associated Press que según la ley corresponde que le entreguen el cadáver a su esposa, Elena Iparraguirre, también integrante de Sendero y condenada a perpetuidad, quien debe decidir si el cuerpo de Guzmán es cremado o enterrado.
“Ella decidirá los pasos a seguir”, dijo el abogado. Precisó que aún no sabe la decisión de Iparraguirre, presa en otra cárcel de Lima. Ambos fueron capturados el 12 de septiembre de 1992 por un grupo policial de inteligencia apoyado por Estados Unidos, tras un seguimiento de varios años. El Ministerio Público señaló que se evaluará la petición de una ciudadana, quien presentó un poder otorgado por Iparraguirre para la entrega de sus restos.
El gobierno peruano advirtió en la víspera que cualquier intento de rendir homenaje al fundador de Sendero Luminoso o realizar movilizaciones en su memoria será considerado como la comisión del delito de apología al terrorismo, penado con cuatro años de cárcel.