El quiebre lleva tiempo, pero esta vez se está expresando en las rutas bolivianas: desde casi inicio del mandato de Luis Arce, Evo Morales ha ido alejándose del gobierno que su propio partido lidera, criticando y dejando claras sus intenciones de volver a tomar las riendas de Bolivia una vez acabe el gobierno actual.
Ahora, sin embargo, el evismo pasó de las declaraciones a la acción, y 14 puntos de bloqueo en distintas partes de Bolivia han detenido la circulación de camiones y buses durante los últimos días. Todo esto, a causa del cambio que se está negociando hacer en el Poder Judicial, y cuyos resultados podrían (o no) implicar la inconstitucionalidad de la candidatura presidencial de Evo Morales en 2025.
El MAS (Movimiento al Socialismo), el partido al que pertenecen tanto Arce como Morales, y que ostenta la mayoría en la Asamblea Legislativa, no ha podido seleccionar a los candidatos a jueces a causa de sus desacuerdos políticos. Esta vez, para mover las cosas en su dirección, los seguidores de Morales han comenzado a bloquear las rutas.
Los diputados y dirigentes “evistas” exigen la renuncia de los jueces de altas cortes: esto, dado que tuvieron que prorrogar su mandato después de que en el MAS no pudieran ponerse de acuerdo con la negociación de candidatos al Poder Judicial. La posición “arcista” es que tales jueces deben seguir en sus cargos, al menos hasta que se pueda hacer la elección de otros.
Estas dos visiones, de un tema aparentemente mínimo, tiene otro antecedente a la vista: el 30 de diciembre, el Tribunal Constitucional boliviano se pronunció en contra de las intenciones presidenciales de Morales para 2025, asegurando que la reelección “no es un derecho”, lo que inhabilitaría la candidatura del líder histórico del MAS. Algunos líderes opositores llegaron incluso a hablar de un “golpe judicial”.
En medio de este ánimo en el oficialismo, aparecieron los bloqueos este lunes, y hasta este miércoles eran 14 los puntos de bloqueos en las principales carreteras: el principal acceso bloqueado es el que conecta la región de Santa Cruz con Cochabamba, Oruro y Potosí, afectando rutas internas que se dirigen a Perú y Chile. También hay cortes en la sureña Tarija, según los últimos informes del gobierno.
Los sindicatos de camioneros y transportistas aseguran que ya se trata de 3 mil camiones varados, y miles de personas en las carreteras sin poder avanzar. En medio de esta crisis ya se han registrado muertos: la mañana de este jueves se confirmó el fallecimiento de un hombre en Locotal, Cochabamba, en pleno bloqueo. Se presume que su deceso se debió a un paro cardiaco.
Una segunda muerte tuvo lugar en La Paz, cuando una mujer en busca de atención médica no pudo viajar hasta Santa Cruz a causa del cierre de las carreteras. Se habría quedado esperando en una terminal y sufrió una descompensación.
Fue el 30 de diciembre que el Tribunal Constitucional boliviano emitió su sentencia: no es posible candidatearse a un tercer período presidencial, y esta prohibición es compatible con la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Por esto mismo, una candidatura de Evo Morales es imposible bajo estos términos.
Según Edmundo Novillo, ministro de Defensa boliviano, el trasfondo del conflicto es la candidatura del MAS para el próximo año, que Morales querría quitarle a su delfín político. “Morales ve como su adversario al presidente Luis Arce y al vicepresidente David Choquehuanca, y está concentrado en cómo va a desgastar y sacar del esquema electoral” a ambos, indicó el ministro.
El viceministro de Seguridad Ciudadana, Roberto Ríos, fue más lejos con sus acusaciones, llegando a indicar que los manifestantes estarían usando dinamita para dañar las rutas: “Lo que el ‘evismo’ quiere son muertos, son personas heridas y, como gobierno nacional, nosotros precautelamos el bien mayor, que es la vida”.
La ministra de la Presidencia, María Nela Prada, indicó que las protestas no buscarían una reforma judicial, sino que están vinculadas “a ambiciones de poder desmedidas y a la imposición de una candidatura única” en el oficialismo con Evo Morales.
Por su parte, Evo Morales se expresó a través de la red X, asegurando que el pueblo “recordará siempre a quienes han traicionado sus principios, perdido todo horizonte ideológico y se han alejado de nuestras convicciones revolucionarias”. En medio de este conflicto al interior del MAS, ambos bandos se descalifican el uno al otro llamándose “de derecha” y “traidores”.
El ministro de Planificación del Desarrollo, Sergio Cusicanqui, criticó los bloqueos: “Lamentamos que se lleve adelante este tipo de medidas de presión. Claramente, el principal perjudicado es el pueblo, que en primera instancia no puede trasladarse de un punto a otro, y afecta también la distribución de algunos productos, como es el diésel y algunos alimentos”.
Para France24, la politólogo Ana Lucía Velasco, de la Universidad Católica Boliviana, aseguró que más allá del tema judicial, “el bloqueo de carreteras y este impase político son el resultado de varios meses de una ruptura totalmente abierta en el MAS”. De momento, aún no se sabe qué líder se impondrá en la crisis del partido oficialista: “Temo que estos líderes estén terminando con la paciencia de la gente”.
En tanto, el gerente general del privado Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Rodríguez, aseguró que aun cuando es difícil hacer un reporte exacto, “es posible asegurar que las pérdidas de los últimos tres días superan fácilmente los 100 millones de dólares y van en aumento. Sin embargo, otra pérdida, de carácter intangible, es la imagen de incertidumbre que proyecta Bolivia al exterior, como un país nuevamente convulsionado”.
Según el gobierno, potencialmente, las pérdidas podrían llegar a 128 millones de dólares diarios con daños a la actividad económica y al empleo. Por su parte, el gerente de la Cámara Nacional de Comercio (CNC), Gustavo Jáuregui, cifra en unos 120 millones de dólares las pérdidas económicas diarias del sector a causa de las obstrucciones.