El ya ajustado calendario legislativo de Perú sufrió un nuevo atraso este martes, cuando el presidente del Congreso, José Williams, aplazó nuevamente el horario de la sesión basándose en sus potestades constitucionales. En dicha instancia era donde se discutiría el adelanto en las elecciones generales, lo que debía, según el cronograma original, terminar de debatirse el lunes, día en que finalizaba la legislatura.
Inicialmente, la sesión fue suspendida durante la tarde del lunes para que la Junta de Portavoces se reuniera y lograra la creación de un texto que convenciera a la mayoría del Congreso. Dicho aplazamiento se justificó bajo el argumento de que para la aprobación de un proyecto de este tipo se requiere de 87 votos en dos legislaturas (o votaciones) distintas -segunda instancia que se daría probablemente durante la segunda semana de febrero- o 66 votos más la aprobación de la ciudadanía a través de un referéndum nacional.
Momentos antes, el pleno había aprobado la reconsideración del proyecto para adelantar las elecciones durante 2023 con 66 votos a favor, 49 en contra y seis abstenciones, medida impulsada por parte de los legisladores y la propia Presidenta Dina Boluarte, pero sin contar con un apoyo mayoritario necesario para convertirlo en ley.
La medida fue cuestionada debido a la urgencia de llegar a una solución institucional a la crisis que afecta al país, considerando que ya estaba vencido el plazo de la primera legislatura. Fuentes en el Congreso dijeron al diario La República que la jugada de Williams ponía al Parlamento en una carrera contra el reloj, y que el presidente de la institución buscaba ampliar hasta el 9 de febrero la legislatura, forzando a que la siguiente sea iniciada el día 10 del mismo mes. Decisión que, en opinión de las fuentes consultadas, es una manera de dilatar el debate y quitarle sentido de urgencia a la búsqueda de una salida institucional a la crisis.
No obstante, la sesión fue pospuesta por segunda vez consecutiva. Se esperaba que a las 11.00 se iniciara la discusión en el Congreso, pero el relator del órgano legislativo anunció al mediodía que el presidente de la Comisión de Constitución, Hernando Guerra García, había planteado su atraso para las 16.00.
Minutos después, el presidente de la Mesa Directiva del Congreso, José Williams, amplió la legislatura hasta el 10 de febrero, pese a que originalmente finalizaba en diciembre del año pasado. La búsqueda de una propuesta definitiva, aseguraron medios locales, sería la principal razón para justificar dicho atraso.
Guerra García, congresista fujimorista, dijo a los medios locales en la salida del Congreso que no querían apresurarse en la toma de decisiones. “Sabemos que desde la prensa, la opinión pública, hay un interés porque esto se vea rápido, pero estamos en plenas conversaciones y no queremos dar detalles para no inclinarnos por una u otra posición, y por ende pedimos comprensión”.
Finalmente, la Mesa Directiva del Congreso anunció la suspensión la sesión del pleno hasta este miércoles, a las 11.00. Según el presidente del Parlamento, José Williams, la reprogramación busca “encontrar consenso” con miras al texto a debatir. “Con la finalidad de encontrar consenso entre la representación nacional y ante el pedido del presidente de la Comisión de Constitución, la sesión del pleno convocada para aprobar el adelanto de elecciones se reprograma para mañana miércoles a las 11.00 am”, escribió en Twitter.
Negociando unas elecciones
Durante la noche del lunes y la mañana del martes, la prensa peruana aseguraba que no se contaba con los votos necesarios en el órgano legislativo, por lo que se barajaban distintas posibilidades. Una de ellas planteaba que se realizaran “elecciones generales complementarias” para lograr un gobierno de transición, las que se llevarían a cabo en diciembre de este año y las nuevas autoridades asumirían en abril de 2024. La negociación con los sectores que se han negado a adelantar los comicios se centraría en la posibilidad de que actuales congresistas puedan volver a postular al cargo, lo que no está permitido en una votación regular.
Según el congresista Arturo Alegría, de Fuerza Popular, uno de los partidos que apuestan por la salida de todos y la reestructuración en el pleno, esta propuesta “es una figura que ha generado consenso”, dijo a radio Exitosa. Dicha opción contaba con cierto apoyo dentro de las bancadas, ya que “tendría entre 78 u 80 votos”, agregó.
Entre los detalles de la propuesta destacan el llamado a elecciones durante diciembre, cuyos vencedores gobernarían por dos años y medio, tanto el nuevo Congreso como la nueva o el nuevo presidente. Dicho cronograma se traduciría en que Dina Boluarte y el actual pleno se mantendrían en el poder hasta el 31 de marzo de 2024, mientras que las nuevas autoridades jurarían el 1 de abril del mismo año.
No todos se mostraron contentos con la idea. Digna Calle, de Podemos Perú, aseguró en su cuenta de Twitter que “la única fórmula por la que votaré a favor es el adelanto de elecciones al 2023: primera vuelta en octubre y nuevas autoridades en diciembre. Podemos no apoyará fórmulas con triquiñuelas de complementarias con reelecciones encubiertas. Entiendan, nos vamos todos”, aseveró la legisladora.
Por otro lado, José Cueto, congresista de Renovación Popular, partido que se ha negado a la realización de comicios durante 2023, reiteró al diario La República que su bancada no cambiaría de opinión. “Nuestra opción está clara, nosotros nunca hemos cambiado, nosotros vamos a votar en contra. Si todos los demás 120 votan a favor, bueno, bienvenidos, es la decisión del Congreso”, dijo durante la mañana del martes.
Los puntos en disputa
Con más de 50 muertos en ocho semanas de manifestaciones, encontrar una solución para salir de la crisis política y social ha sido la preocupación de cientos de peruanos. Sin embargo, lograr encontrar una fórmula que deje a todos satisfechos parece ser el principal obstáculo. Y el Congreso, especialmente cuestionado con un 89% de rechazo, según la última encuesta del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), es el lugar donde más ha costado llegar a consensos.
Las principales disputas se han dado en torno a tres puntos: la eventual salida de Boluarte del poder, la reformulación constitucional -y el método para realizarlo- y la posibilidad de reelección de los actuales congresistas.
Prueba de aquella falta de consenso quedó manifestada en la votación por la reconsideración de las elecciones discutida el lunes, donde a duras penas se llegó a 66 votos a favor. Tanto parte de las bancadas de izquierda como de derecha sufragaron en contra, sumando 49 rechazos.
Entre los partidos de izquierda y extrema izquierda que se oponen a la elección anticipada se encuentran Perú Libre, Perú Bicentenario, Bloque Magisterial y Perú Democrático. Las razones que esgrimen se resumen, principalmente, en la necesidad de la renuncia inmediata de Dina Boluarte y la exigencia de la conformación de una Asamblea Constituyente para la creación de una nueva Constitución.
Óscar Urviola, expresidente del Tribunal Constitucional de Perú, aseguró que “hay un clamor de un grupo minoritario y bastante confundido de la población, de exigir una Asamblea constituyente (…) Yo no creo que la Constitución del 93 deba modificarse, en especial la parte dogmática de los derechos esenciales de las personas”, dijo a El Comercio.
“Decir eso es una forma de complacer a quienes quieren Asamblea Constituyente, lo que necesita la Constitución es cambios en los aspectos necesarios, como volver a la bicameralidad o la cantidad de representantes y el tema de las jurisdicciones, cosas de ese tipo”, agregó.
Edgar Tello, del Bloque Magisterial, dijo a través de redes sociales que “si queremos adelantar las elecciones, tienen que ir acompañadas con la decisión de la población, que es la consulta popular para una Asamblea Constituyente. No hacerlo es engañar a la población”, en línea con la postura de su partido.
En la derecha radical, por otro lado, la preocupación más grande estaría en la eventual salida de la totalidad del pleno, sin posibilidad de reelección. Así lo informó La República, periódico que consultó al congresista de Renovación Popular, Jorge Montoya. En la ocasión, el miembro del Congreso afirmó que su bancada está por la renuncia de Boluarte, pero defienden la opción de un llamado únicamente a elecciones presidenciales y no parlamentarias.
“Sesenta y seis congresistas acaban de cometer una infracción constitucional. Acabamos de presenciar que los intereses políticos están pasando por encima de la Constitución… La historia los juzgará; sus nombres y votos quedarán impregnados”, aseguró.
Sobre esto, la parlamentaria no agrupada Susel Paredes dijo en una conferencia de prensa que el bajo apoyo al Congreso actual era argumento suficiente para su total renovación. “Tenemos el 8% de aprobación y quieren complementar ese pedazo de período, es decir, estos mismos postularían para el período complementario (…) Si dicen que nos vamos todos, pues nos vamos todos, los que deben complementar son los partidos, pero quieren quedarse las mismas caras, y eso no es posible”, declaró.
Si bien hay diferencias entre las distintas bancadas, los sectores intermedios, quienes han respaldado el llamado a elecciones para este año, han demostrado apertura a la propuesta de modificaciones constitucionales, pero hechas por el propio Congreso.
El último intento por adelantar los comicios para este año contó solo con 45 de los 87 votos necesarios para la aprobación de una ley de estas características.