El Congreso peruano rechazó este jueves el voto o “cuestión de confianza” solicitado por el primer ministro Aníbal Torres, alegando que no cumplía los requisitos legales, mientras crece la pugna política entre el gobierno y el Legislativo.
El presidente del Congreso, José Williams Zapata, dijo que la decisión fue tomada mediante un acuerdo de la mesa directiva del parlamento, sin llegar a producirse una votación, como se realiza formalmente para abordar una iniciativa de control de poderes.
Torres, un férreo defensor del mandatario Pedro Castillo, pidió la semana pasada el voto de confianza al Congreso dominado por la oposición en torno a un proyecto que buscaba derogar una ley que afirma restringe el “derecho a referéndum”.
La mesa directiva del Congreso rechazó “de plano la cuestión de confianza planteada por el presidente del Consejo de Ministros (...) por tratarse de materias prohibidas” en la Constitución, dijo Williams Zapata en la lectura de la decisión.
Torres había manifestado la semana pasada que interpretaría la falta de una votación como el equivalente a un rechazo al voto de censura y ahora no estaba claro si mantendrá esa postura.
La “cuestión de confianza” en Perú es un controvertido mecanismo constitucional porque puede tener consecuencias importantes tanto para el poder Ejecutivo como para el Legislativo.
De acuerdo a la Constitución, si un voto de confianza es rechazado por el Congreso, todo el gabinete del gobierno debería renunciar. Si el Congreso rechaza dos veces una “cuestión de confianza” a un primer ministro, el presidente está facultado a disolver el parlamento y convocar elecciones legislativas.
“No vengo aquí (...) con el fin de cerrar el Congreso”, dijo Torres la semana pasada cuando se presentó ante el Congreso.
En el 2019, el presidente centrista Martín Vizcarra disolvió el Congreso en medio de una intensa riña con la oposición. Al año siguiente, un nuevo y fragmentado Congreso destituyó a Vizcarra en medio de acusaciones de corrupción.
Castillo, que asumió al poder en julio del año pasado, ha sobrevivido a dos intentos de destitución y legisladores de oposición están buscando respaldo para lanzar un nuevo juicio político contra el mandatario, aunque en el Congreso han reconocido que no tienen los votos necesarios.