Continuó hoy la evacuación de combatientes y civiles de la provincia siria de Al Quneitra (sur) tras un acuerdo alcanzado con las fuerzas gubernamentales y Rusia, que prosiguen su ofensiva en la vecina región de Deraa, de donde han huido 20.000 civiles debido a los intensos bombardeos.
Unas 2.500 personas, entre rebeldes, sus familiares y otros civiles, han abandonado Al Quneitra en dirección a la provincia de Idleb, en el norte del país y último feudo opositor en Siria, siendo la segunda tanda de evacuados de esta zona en virtud de un acuerdo con las autoridades de Damasco y su aliado, Moscú.
La agencia oficial de noticias siria, SANA, informó de que 48 autobuses con "centenares de terroristas" a bordo han salido del pueblo de Um Batna, en Al Quneitra, y el Observatorio Sirio de Derechos Humanos cifró en 2.500 los evacuados, entre los que figuran aquellos civiles que rechazan permanecer en la zona bajo el control del Gobierno sirio.
La evacuación se produce gracias a un "acuerdo de reconciliación" entre los insurgentes y Damasco, auspiciado por Rusia y que establece la entrega de las armas pesadas y medianas de los opositores, la entrada de la policía militar rusa a las localidades de Al Quneitra, regularizar la situación de los hombres que no realizaron el servicio militar y el regreso de los desplazados.
Sin embargo, en los pactos que los negociadores rusos están sellando con los rebeldes del sur de Siria, que permitirán al gobierno restablecer su autoridad en esta región, no están incluidos los combatientes del Ejército Jaled bin Walid, vinculado al grupo terrorista "Estado Islámico" (EI).
Según el Observatorio, más de 20 mil civiles han huido en las últimas 24 horas de las zonas controladas por esa agrupación situadas en la cuenca del río Yarmuk, en el oeste de la provincia de Deraa, que están siendo blanco de intensos bombardeos por parte de la aviación siria y rusa.
El ejército sirio y sus aliados están intensificando su ofensiva contra esos lugares con el objetivo de controlar por completo la región fronteriza con Jordania, después de haber forzado la rendición de las demás facciones rebeldes en las pasadas semanas.
El Observatorio ha advertido de que unos 10 mil civiles se encuentran atrapados en los pueblos y localidades de la cuenca del río Yarmuk, en medio de la ofensiva gubernamental, que ha causado desde el pasado 19 de junio decenas de muertos y miles de desplazados en Deraa.
Mientras, SANA informó de que las autoridades alcanzaron hoy un "acuerdo de reconciliación" con los combatientes de la localidad de Naua, en Deraa, después de la salida ayer de 250 "terroristas" que rechazaron reconciliarse con el Estado y que fueron evacuados en 20 autobuses hacia el norte de Siria.
La agencia destacó que el ejército sirio ha conseguido recuperar el control del 90 por ciento de la superficie de Deraa gracias a los pactos de "reconciliación" o arreglos con los grupos armados opositores.
Por otra parte, Jordania, que ha mantenido hasta ahora su frontera cerrada a los sirios que huyen de los combates en Deraa, ha aceptado acoger a unos 800 "cascos blancos", voluntarios de la Defensa Civil siria que desarrollan labores de rescate en zonas fuera del control del régimen.
El Gobierno jordano anunció anoche que ha permitido la entrada de 800 sirios, los cuales serán reubicados en los próximos tres meses en Alemania, el Reino Unido y Canadá, siendo los primeros ciudadanos del país vecino que acceden al reino hachemita.
Los 800 trabajadores de emergencias fueron evacuados a través del territorio de Israel, que permitió su traslado como "un gesto humanitario excepcional" debido a "la amenaza inmediata sobre sus vidas", según expresó el Ejército del país en un comunicado.
Asimismo, agregó que ejecutó esta evacuación siguiendo los requerimientos de Estados Unidos y de países europeos, y el Ministerio de Exteriores israelí especificó que los rescatados son "cascos blancos".
Tanto Jordania como Israel se han visto presionados por los miles de desplazados sirios que han acampado al otro lado de sus fronteras debido a la violencia en Deraa y Al Quneitra, y ambos han ofrecido ayuda humanitaria a los civiles pero no les han permitido el paso a sus territorios.