Este martes, cuatro regiones ocupadas por las tropas de Moscú en Ucrania anunciaron que llevarán a cabo referéndums durante los próximos días, para decidir si se volverán “partes integrales de Rusia”. Los líderes separatistas, apoyados por el Kremlin, estarían acelerando sus esfuerzos para declarar esos territorios como rusos, en miras a escalar la guerra contra las fuerzas de Kiev.

Las regiones donde se realizarían estas votaciones serían Donetsk, Luhansk, Kherson y sectores de Zaporiyia. Según indica The Associated Press, un aliado cercano al Presidente ruso, Vladimir Putin, le habría indicado la necesidad de realizar estos comicios, a medida que Moscú va perdiendo terreno en la invasión que comenzó hace ya siete meses.

Al igual que en la anexión de Crimea en 2014, se espera que los votos en territorios que Rusia controla se inclinen, casi con completa certeza, hacia la opción de Moscú: que las regiones pertenezcan a la Federación Rusa. De todos modos, no es claro el modo en que se llevarán a cabo las consultas, sobre todo en un momento en que las fuerzas invasoras controlan solo el 60% de Donetsk, y las fuerzas ucranianas intentan retomar Luhansk.

Un miembro de las tropas prorrusas en Donetsk dispara un mortero. Foto: Reuters

Este martes, el líder separatista de Donetsk, Denis Pushilin, comentó en la televisión rusa que estaba trabajando activamente para instalar la votación en la región. “El pueblo de Donbás, que ha sufrido por tanto tiempo, se ha ganado el derecho a ser parte del gran país que ellos siempre han considerado su patria”, señaló refiriéndose a Rusia. También dijo que los referéndums ayudarían a “restaurar la justicia histórica que millones en el pueblo ruso han estado esperando”.

Algunas autoridades en Kherson, una de las regiones bajo control ruso parcial al sur de Ucrania, también reiteraron su deseo por un referéndum inmediato, de acuerdo con comentarios citados por la agencia de noticias rusa RIA Novosti. Según estas mismas fuentes, los referéndums tendrían lugar entre el 23 y el 27 de septiembre, y podrían llevarse a cabo electrónicamente.

En los últimos años, Rusia ha estado distribuyendo pasaportes a los residentes de las llamadas “Repúblicas Populares” de Luhansk y de Donetsk, ambos “Estados” respaldados por Rusia, pero sin reconocimiento internacional.

El vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitri Medvedev, habla durante una reunión con ejecutivos de empresas militares en Moscú. Foto: Reuters

El hecho de que estos referéndums tengan lugar podría convertirse en un punto de inflexión en el conflicto ruso-ucraniano, y el expresidente ruso Dmitri Medvedev se refirió a esto. “Después de que ocurran, y los nuevos territorios entren a Rusia, la transformación geopolítica del mundo se volverá irreversible”, señaló quien fuera mandatario ruso entre 2008 y 2012.

“La invasión de territorio ruso es un crimen que merecería cualquier medio de autodefensa”, continuó Medvedev, señalando también que los territorios que voten “sí” en los referéndums podrían ser reconocidos también en la Constitución rusa, impidiendo así que cualquier líder futuro en Moscú pueda devolverlos.

De todos modos, aquellos Estados que Rusia reconoció como independientes en febrero no controlan de facto todas las áreas que reclaman para sí. Aun cuando estas votaciones puedan respaldar la narrativa del Kremlin de estar liberando legítimamente territorio ruso, también podrían dejar en evidencia el hecho de que Rusia no ha sido capaz de tomar control de esas zonas.

Según los expertos del Instituto para el Estudio de la Guerra, en Washington, “la anexión parcial en este momento podría poner al Kremlin en la extraña posición de pedirles a las fuerzas ucranianas el desocupar territorio ‘ruso’, y la posición humillante de no poder hacer cumplir esa petición a través de la fuerza”.

Fuentes rusas citadas por The Washington Post señalaron que, en el caso de que la “operación militar especial” del Kremlin pasara a reconocerse como guerra, eso podría ampliar sus opciones políticas, incluyendo la capacidad de considerar a los ataques en territorio controlado por Moscú como ataques a la misma Rusia.

El ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, habla en una conferencia de prensa conjunta con su par de Alemania, Annalena Baerbock, en Kiev. Foto: Reuters

Desde la oficina del Presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, se refirieron a los planes rusos, apuntando al “miedo a la derrota” que imperaría en el Kremlin. “Un chantaje ingenuo, con amenazas e historias horrorosas de referéndums y movilizaciones, desde aquellos que solo saben pelear con niños y gente pacífica…, así es como se ve el miedo a la derrota. El enemigo está asustado, y manipula primitivamente”, aseguró Andriy Yermak, jefe de las comunicaciones presidenciales.

Por su parte, el canciller ucraniano Dmytro Kuleba publicó en Twitter: “Los referéndums falsos no van a cambiar nada, ni tampoco lo hará una ‘movilización’ híbrida. Rusia ha sido y sigue siendo un agresor, ocupando ilegalmente tierras ucranianas. Ucrania tiene todo el derecho aligerar sus territorios, y seguirá haciéndolo, independientemente de lo que Rusia tenga que decir”. También aclaró que ni Ucrania ni la comunidad internacional van a reconocer los resultados de los “plebiscitos falsos” que se organicen.

Soldados ucranianos son transportados en un tanque, en la región de Donetsk. Foto: AP

En otras señales que muestran la posibilidad de que el conflicto escale, la Cámara Baja del Parlamento ruso votó este martes leyes que endurecen las penas contra la deserción, rendición y saqueo por parte de fuerzas rusas. También se votó la posibilidad de condenar a 10 años a los soldados que se nieguen a combatir. De aprobarse estas iniciativas en la Cámara Alta, la legislación les daría más poder a los comandantes, en un contexto en el que se han visto bajas en la moral de los soldados rusos.

Esta legislación también podría volver más fácil la capacidad de movilización en territorios ucranianos ocupados, antes de tomar el más peligroso movimiento político de anunciar un movimiento general de tropas en Rusia. Vladimir Saldo, el líder instalado por los rusos en la región de Kherson, señaló este martes que se ha vuelto “necesario crear batallones de voluntarios” para mejorar las defensas contra Ucrania.

Con todo, Ucrania recuperó un pueblo cercano a la ciudad oriental de Lysychansk, en una victoria pequeña pero simbólica que significa que Rusia ya no tiene el control total de la región de Luhansk, uno de los principales objetivos de guerra de Putin. El gobernador de Luhansk, Serhiy Haidai, dijo que las Fuerzas Armadas de Ucrania tenían el “control total” de Bilohorivka, un suburbio de Lysychansk.